Hojiblanca ya es accionista del primer envasador de aceite del mundo
Deóleo aprobó ayer la adquisición de la marca Hojiblanca y de su planta de Antequera a cambio del 9,63% de sus títulos
La cooperativa andaluza Hojiblanca ya es socia de pleno derecho de la compañía Deóleo, el primer envasador de aceite del mundo. La Junta General Ordinaria de Accionistas de Deóleo aprobó ayer la compra de la marca Hojiblanca y de la planta de envasado de Antequera a cambio de cederle a los agricultores el 9,63% de las acciones. No ha habido movimiento de dinero, sino simplemente un canje. Eso sí, Deóleo ha tenido que ampliar capital en 54,5 millones de euros y emitir nuevos títulos para dárselos a Hojiblanca. De esta forma, se unen el primer envasador mundial de aceite con el primer productor de aceite de oliva virgen del planeta. Se da la circunstancia de que ambas empresas son españolas, por lo que este país refuerza así su liderazgo.
La operación ya se anunció en octubre del año pasado. No obstante, han tenido que superarse diversos filtros para culminarla. El primero fue el de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), que puso ciertos reparos a comienzos de año pero que autorizó la operación meses después. Posteriormente, el 16 de mayo, la asamblea general de Hojiblanca dio el visto bueno a la unión y ayer hizo lo propio Deóleo.
"Con la integración de estos activos afianzamos nuestro liderazgo en el mundo; reforzamos nuestra cartera de marcas líderes; mejoramos nuestros costes indirectos, producción y logística; incorporamos un negocio líder y rentable sin incrementar el endeudamiento, y mejoramos los fondos propios y los ratios financieros", aseguró ayer Jaime Carbó, consejero delegado de Deóleo. Hojiblanca aportará a Deóleo una facturación adicional de 46 millones de euros y un ebitda de 3,2 millones.
Deóleo es propietaria de marcas como las españolas Carbonell y Koipe o a las italianas Bertolli, Carapelli y Sasso. Con Hojiblanca suma a su porfolio una firma líder en aceite de oliva virgen extra. En el polo opuesto, Hojiblanca se garantiza un mayor control sobre la comercialización y distribución de su producto y la posibilidad de tomar decisiones, pues tendrá a su presidente y a su director general en el consejo de administración.
Carbó añadió que "debemos ser capaces de ofrecer productos adaptados a las necesidades reales del consumidor, siendo claros con el nombre y las calidades", a la vez que resaltó la necesidad de trabajar para "pasar de una legislación basada en características técnicas a otra que, junto con lo primero, también tenga en cuenta el concepto de calidad tal y como es percibida por el consumidor".
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