La apuesta de la Universidad de Málaga por convertir los vacíos existentes en el campus de Teatinos en zonas verdes y ajardinadas sigue adelante. La institución académica acaba de sacar a licitación, con un valor inicial de 1.149.500 euros (IVA incluido), las obras de ejecución de un gran huerto comunitario sobre una parcela de algo más de 22.100 metros cuadrados, emplazada entre el bulevar Louis Pasteur, la Avenida Blas Infante y la calle Jiménez Fraud. La intervención se desarrollará en cuatro fases diferenciadas, correspondiendo cada una de ellas a una etapa de ampliación del recinto.

Una de las principales particularidades del proyecto, diseñado por el arquitecto Alberto García Marín, es que busca generar un recinto en el que tenga cabida desde la estancia y el descanso, con parques para niños, con el cultivo de productos ecológicos abierto a los estudiantes y a los vecinos de los barrios más próximos. A esto se suma una apuesta por un escenario que da cabida también a la docencia y la investigación. Entre los elementos llamativos se incluye una pasarela peatonal, de unos 51 metros cuadrados, con el que salvar el arroyo Zapatero, que será limpiado y replantado.

Un puente colgante, juego infantil, zonas de estancia y un auditorio, algunos de los atractivos

Conforme al cronograma incluido por el equipo redactor, la primera de las etapas a desarrollar se vincula con el huerto comunitario, con una extensión de 2.500 metros cuadrados, al que le seguirá un huerto de investigación, con 13.000 metros cuadrados; la intervención sobre el arroyo, que afecta a un espacio de 3.000 metros, y la conexión del aulario Rosa Gálvez con la Escuela Técnica Superior de Telecomunicaciones (3.423 metros cuadrados). A estas cuatro etapas se incorpora una quinta correspondiente a la propuesta de modificación del vial Jiménez Fraud para generar una "arboleda sensorial". Cada una de estas fases tiene una duración de 180 días.

El objetivo que se marca la UMA con esta intervención es "crear un espacio verde amable, que pueda disfrutar tanto la comunidad docente como los habitantes del barrio, valiéndonos del excelente clima y una configuración paisajística basada en una combinación de especies autóctonas". "Estancia y recorrido quedan cualificados por un ambiente amable, anclado a nuestra cultura mediterránea, que sirve de reclamo para la vida colectiva propia de una comunidad docente que comparte el espacio con los habitantes del barrio adyacente, y a su vez proporciona un escenario natural que facilita la concentración y el estudio de los usuarios", apostillan los encargados del proyecto.

Conforme al modelo contemplado, el nuevo huerto comunitario se abre para que las personas "pueden desarrollar diferentes actividades al aire libre envueltas de un mundo de sensaciones que tramiten cada una de las especies vegetales seleccionadas". Para ello, se propone una zona de producción agrícola para los estudiantes, personal de la UMA y las familias del barrio, buscando con ello un consumo saludable y utilizando agua reutilizada de lluvia y que se energéticamente autosuficiente. Este huerto quedará configurado con diversos microambientes y microclimas que estarán atravesados por sendas "que transportan al viandante a diferentes mundos de color, olor y sensaciones".

Asimismo, se insiste en la idea de que sea "participativo", incluyendo juego de niños, zonas para el deporte, "donde poder dar un paseo a pie o en bici". Al tiempo, se pretende que cobre protagonismo la tecnología y las técnicas tradicionales. "Se trata de acercar la investigación a las familias donde podrán comprobar nuevas técnicas y tecnologías que pueden favorecer la producción y calidad de los productos", indica el proyecto de ejecución.

Las empresas interesadas en hacerse con este contrato podrán presentar sus propuestas hasta el próximo 17 de octubre, según el pliego de condiciones.