IU ahonda el pozo
El Prisma
Va siendo hora de que el Metro sea tomado en serio por la Junta. Y eso pasa por nombrar a un nuevo director de experiencia y conocimientos ferroviarios y en transporte público demostrados
NO, Izquierda Unida no ha tenido ninguna responsabilidad en el pozo sin fondo en que parece haberse convertido la obra de infraestructura más importante de la historia de Málaga. Pero todo apunta a que los responsables de la coalición de izquierdas pretenden aportar su granito de arena al desastre y seguir cavando hacia abajo. Con un coste que se acercará a los 800 millones de euros, el doble del importe por el que fue adjudicado, todavía no sabemos cuándo nacerá el Metro de Málaga, pero sí que lo hará cojo, por la indefinición del tramo fundamental entre el Guadalmedina y La Malagueta -y no digamos ya su prometida línea 3 hacia El Palo y Rincón de la Victoria-, y posiblemente sin cabeza. La destitución de su director, Enrique Salvo Tierra, el viernes, no solo prueba la incapacidad de los partidos políticos, en este caso IU, de sacar de la endogamia de su militancia las cuestiones de interés general, sino también la alegría con que los socialistas han pasado el marrón de esta gran obra a sus incómodos socios de gobierno: sin condiciones previas. Lo más sorprendente de todo ello es la ausencia de sustituto, puesto que a los nombramientos y depuraciones políticas estamos tristemente acostumbrados. Y, guste o no, el principal mérito de Salvo Tierra, pese a tratarse de un catedrático en Biología capaz y dialogante con amplia experiencia de gestión pública, no dejaba de ser su filiación al PSOE. El mismo partido que hasta hace dos años mantenía un consejero delegado y un gerente en una empresita pública como Emprovima, la responsable de acometer viviendas sociales en la Diputación de Málaga, no puede defender ahora con seriedad que un proyecto como el Metro de Málaga no necesita director. Y menos aún cuando quien ha tomado la decisión parece ser el director de la Agencia de la Obra Pública de la Junta, José Antonio Tallón. Como gerente de Emprovima, Tallón ganaba 67.000 euros al año y la sociedad provincial apenas entregaba una treintena de viviendas cada año. Puestos a repercutir costes, parecen un escándalo los más de 2.000 euros que se le debían cargar a cada vivienda pública por su sueldo y el de su consejero delegado, otro destacado cargo de IU.
Con apenas el 11% de los votos, la presencia en el Gobierno de la Junta supone una gran oportunidad, pero también un enorme riesgo, para Izquierda Unida. Valderas y Castro se han presentado como adalides de regeneración tras treinta años de gobiernos ininterrumpidos del PSOE -con el breve paso del PA como socio, y ya sabemos cómo les fue a los andalucistas después-. Pero por el momento no parecen abanderar nada más que el continuismo de las misma mala práctica política de siempre: coloca a los tuyos como si se tratara de colocarte a ti. Pueden pasar unos años calentitos, pero no deja de ser una técnica de suicidio retardado. Va siendo hora de que el Metro sea tomado en serio por la Junta. Y eso pasa por nombrar a un nuevo director de experiencia y conocimientos ferroviarios y en transporte público demostrados -como, pese a su simpatías socialistas, era Enrique Urkijo-, que afronte con garantías el enorme reto de reactivar y culminar la obra, de contratar a los 120 trabajadores directos que debería tener el servicio, y a seguir peleándose tanto con el Ayuntamiento de Málaga como con los propios de la Junta.
POPULISMO DESCAMISADO
Hablando de transporte público, la EMT de Málaga siempre ha destacado por ser una empresa innovadora en permanente mejora, que ha renovado su flota, muy preocupada por la accesibilidad de todos y por ir ganando usuarios al transporte privado. Es un servicio público y ni de lejos soporta sus gastos con lo que cobra por billete y bonobús. El Ayuntamiento le aportará este año 25 millones de euros para equilibrar sus cuentas. Por todo ello sorprende, por demagógica, populista, trasnochada, cateta, injusta e insolidaria, la brillante idea que aplicará hoy desde las 18:00 a las 0:00 de no cobrar el viaje a quienes lleven la camiseta de España. La medida se supone una forma de incentivar el uso de sus líneas en un día que se espera movido por la final de la Eurocopa entre España e Italia. Pero abre muchas preguntas lógicas: ¿Por qué no regalarle el billete a los parados? ¿Y a todos los pensionistas? ¿O a los que vayan al Clínico? ¿Pagan doble los valientes que lleven la camiseta de Italia? ¿Si llevo una camiseta de Cáritas me cobran?
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