"El IVA hará caer el PIB un 1,7% y destruirá 310.000 empleos"

EL incremento del IVA que entrará en vigor el 1 de septiembre destruirá en un año 310.000 empleos y provocará una caída del 1,76% del Producto Interior Bruto. Aunque la subida reportará 9.400 millones a las arcas públicas, su efecto sobre la economía será una losa difícil de digerir, hasta el punto de que la recaudación fiscal global sólo aumentará un 4%. Estas son las principales conclusiones a las que han llegado los profesores del Departamento de Teoría e Historia Económica de la Universidad de Málaga José Luis Torres y Gonzalo Fernández de Córdoba tras analizar y someter el nuevo escenario fiscal a un programa informático que tiene en cuenta el comportamiento de los consumidores, las empresas y del propio gobierno. La aplicación parte de un lenguaje de programación propio (Matlab, matrix laboratory) desarrollado a partir de los años 80 y de uso común por los gobiernos y bancos centrales para estimar la reacción de la economía a determinados cambios.

Para comprender lo que significa una caída anual del PIB del 1,76%, sólo hay que tener en cuenta que en el último trimestre de 2011 el retroceso del producto interior bruto fue del 0,3%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, porcentaje negativo que se volvió a repetir en el primer trimestre de 2012. Y ese -1,76% es sólo la repercusión estimada por el aumento del IVA. No tiene en cuenta los efectos del resto de los problemas de la economía española.

Además, agregar otros 310.000 parados a los existentes (5.639.500 según la EPA del primer trimestre de este año) conduce el desempleo hasta la puerta de seis millones de españoles sólo por culpa del IVA.

El Gobierno tras anunciar las medidas de ajuste anejas al rescate financiero español comunicó a los inversores internacionales, a través de el Reino Unido, que llevar el IVA reducido del 8 al 10% (en muchos casos directamente al 21%) y el tipo general del 18 al 21% reportará a las arcas públicas 10.130 millones de euros. El análisis de José Luis Torres y Gonzalo Fernández de Córdoba tiene poco que objetar a este cálculo, aún cuando su estimación es algo inferior (9.400 millones), porque el IVA tiene la discutible bondad de garantizar que a medida que sube aumenta la recaudación, mientras que los impuestos directos pueden dar lugar a un retroceso de la recaudación.

En el siglo XIV Ibn Haldun apuntó ya este comportamiento que después el economista y asesor de Ronald Reagan Arthur Laffer consagró en la denominada Curva de Laffer, que a grandes rasgos indica que alcanzado un determinado techo impositivo los ingresos fiscales caen irremediablemente.

El estudio de los profesores de la UMA determina, por tanto, que el nuevo IVA perjudicará la actividad económica, porque implica caídas de la inversión y del consumo, generará más paro, supondrá "un importante retraso para la recuperación" y pondrá en entredicho el plan de ajuste que el Gobierno presentó el 13 de julio.

Si este comportamiento no es un misterio para nadie y existen mecanismos generalizados para hacer previsiones aceptadas por todos, ¿por qué el Gobierno sube el IVA si sabe lo que va a ocurrir? "Porque es lo fácil", afirma expeditivo José Luis Torres. En su opinión sería mucho más eficaz y socialmente menos doloroso peinar a fondo el aparataje del Estado, eliminar empresas públicas, fundaciones, organismos e instituciones con funciones muchas veces duplicadas y hasta triplicadas, para ajustar ingresos y gastos.

José Luis Torres lamenta que el discurso oficial haya encallado "en vender que se hacen cosas sin hacerlas, porque no tenemos más problema económico que el Gobierno y el sistema financiero institucional". Y en esta crítica incluye tanto la gestión de la crisis que realizó el Ejecutivo socialista como la actual gestión del PP.

Este profesor que también dirige el Departamento de Teoría e Historia Económica de la UMA no teme el rescate soberano. Admite que las medidas de ajuste "serán muy duras a corto plazo" e implicarán pérdida de soberanía, aunque también aclara que eso no significa que "los hombres de negro vengan a decirnos de dónde tenemos que cortar, sino cuánto", si bien a largo plazo "evitará que nos hundamos más en el fango, porque en cuatro años y con gobiernos de los dos únicos partidos con capacidad numérica para gobernar ya hemos visto lo que ha pasado".