Informadores: los GPS humanos al servicio del taxi

Antes de que las nuevas tecnologías facilitaran el trabajo, ya había profesionales que gracias a su memoria fotográfica guiaban a los compañeros con menos experiencia

De izquierda a derecha, Francisco Báez, Manuel Benítez y Juan José Palomo, ayer, en la calle Córdoba.
De izquierda a derecha, Francisco Báez, Manuel Benítez y Juan José Palomo, ayer, en la calle Córdoba.
Cristina Fernández / Málaga

21 de diciembre 2009 - 01:00

Miguel es nuevo en el mundo del taxi y su cliente le pide ir a un restaurante del que no sabe la calle. Solicita ayuda a la central y ésta lo deriva a un canal distinto de la emisora en el que un informador lo guía hasta su destino. No sólo le dice el nombre de la vía, también el camino más corto o las incidencias que se puede encontrar en el trayecto. En la cooperativa Taxi Unión existen unos 14 ó 15 informadores, taxistas con muchos años de experiencia a sus espaldas que aportan sus conocimientos al compañero de forma altruista y, por supuesto, gratuita. En sus memorias almacenan no sólo el callejero, sino tiendas, restaurantes, farmacias e, incluso, el número de los portales.

Manuel Benítez lleva 30 años en el taxi y es informador desde hace 28. "Hacía el servicio de noche y me lo propusieron porque hacía falta que alguien formal cubriera esa franja", comenta Manuel. En esos tiempos, no había ni GPS, ni ordenador que solucionara una consulta, "solo una niña con una emisora y un micro, no había otra cosa", recuerda. Por eso, el trabajo de Manuel es mucho más artesano. "Esto consiste en pasar por una barriada, mirar las calles, los establecimientos y retenerlos en la memoria", explica este profesional del volante. "No es aprenderte un callejero, sino toda una ciudad"

Compañeros suyos en esta labor son Francisco Báez y Juan José Palomo. "Ayudamos a los más nuevos o a los que no conocen una zona a que encuentren la calle lo antes posible, les decimos por dónde les cae el número que buscan, o cuál es dirección prohibida", dice Francisco, que ha confeccionado en su memoria palmo a palmo la ciudad después de 29 años subido al taxi 12 ó 13 horas diarias que, como él subraya, "dan para bastante".

Toda esta información se da a través de un canal que no repercute en el trabajo de la central y prácticamente las 24 horas de los 365 días del año hay algún experto dispuesto a asesorar al otro lado de la emisora. Pero el trabajo de estos informadores es más que facilitar una calle. "También marcamos las directrices para el mejor trabajo de la central, somos como pastores que evitamos que nadie se descarríe, el informador puede corregir a un compañero o a la central si hemos presenciado palabras fuera de tono, cortamos polémicas", comenta Juan José Palomo, que subraya también otra labor importante, la de avanzadilla.

"En Semana Santa, por ejemplo, avanzamos por las calles que van a sufrir cortes para informar a la central en el momento en el que ya no se pueda pasar", indica Palomo. Además, alertan de accidentes de tráfico, semáforos estropeados en lugares con poca visibilidad, robos o sucesos que observan durante su servicio. "A veces esto nos causa problemas con la Policía, porque dicen que los molestamos con nuestras llamadas", asegura este taxista que también cuenta más de 20 años de servicio.

Los informadores tienen paso prioritario con la central de Taxi Unión. Tan sólo tienen que decir su número de puerta y atienden de inmediato su llamada. "En esta cooperativa ofrecemos un servicio más personal, distinto al de la otra emisora", comenta Francisco Báez. Y lo dice porque no trabajan con máquinas robotizadas en la central, sino que en todo momento una operadora informa al cliente de dónde está su taxi, su número de licencia y cuánto va a tardar hasta llegar a su puerta.

Manuel, Juan José y Francisco aseguran que desde la cooperativa se ofrecen muchos servicios que son desconocidos por el cliente. "El taxi de Málaga está falto de un respaldo municipal mayor, tanto para nosotros como para el cliente, hace falta campañas informativas sobre nuestro trabajo para, además, intentar dejar a una lado esos tópicos que nos acompañan desde siempre", reclama Juan José Palomo.

Detrás del servicio puerta a puerta, como llaman a una carrera normal, hay muchos otros que no suele saber la mayoría. Uno de ellos es la compra de medicamentos en la farmacia y la entrega en domicilio. También conciertan servicios como la recogida de niños para llevarlos al colegio.

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