Inician el arreglo de las goteras surgidas en Atarazanas hace dos años

Sacyr, que hizo la rehabilitación del zoco, acomete la adecuación de la cubierta, por la que se filtra el agua cuando llueve

Placas de metal oxidadas por el agua filtrada por la cubierta del mercado de Atarazanas.
Placas de metal oxidadas por el agua filtrada por la cubierta del mercado de Atarazanas.
S. Sánchez Málaga

07 de marzo 2013 - 01:00

Dos años y tres meses después de que se detectasen las primeras goteras en el mercado de Atarazanas, inician los trabajos con los que, a priori, dar una solución definitiva a este eterno problema. Los obreros de la empresa Sacyr, firma a la que se adjudicaron los trabajos de rehabilitación de este zoco, empezaron el pasado viernes a actuar sobre la cubierta para poner freno a las constantes filtraciones que sufren los comerciantes y clientes del equipamiento y que ponen en cuestión la intervención realizada cada vez que llueve sobre la capital.

El Ayuntamiento de Málaga dio a conocer que fue la pasada semana cuando se dieron los primeros pasos para mejorar la evacuación de los pluviales de la cubierta, con el objetivo de poner freno a las goteras. El equipo de gobierno del PP subraya que esta intervención no tendrá coste para las arcas municipales, dado que será financiada por la constructora, a pesar de que ya se ha traspasado el plazo de garantías que obliga a la firma privada a costear la reparación de cualquier tara o desperfecto.

No parece que ésta sea la primera actuación de reparación que se acomete en el zoco. "Cada vez que ha habido goteras han actuado", explicaba ayer el presidente de la Asociación de Comerciantes de Atarazanas, David Ruiz, que subraya que es un problema que está desde el principio de la obra. "Incluso se retrasó la entrega porque había goteras", comentó. Según expuso, el problema de filtraciones no es puntual, sino que afecta a buena parte de los puestos.

"Y no sólo es eso, es que incluso entra el agua a los puestos que dan a los muros interiores", indicó Ruiz, que denunció que ello genera incluso cortocircuitos. El representante de los comerciantes confió en que la obra que ahora se ejecuta sea "definitiva" y apuntó que este fin de semana, debido a la lluvia, "mi puesto era una piscina; tuve que entrar con la fregona en la mano".

Desde el equipo de gobierno del PP apuntaron que la obra nueva se desarrolla después de que el Ayuntamiento haya obtenido la preceptiva autorización por parte de Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, al tratarse de un inmueble declarado Bien de Interés Cultural (BIC). De hecho, indicaron, los trabajos no afectarán al cuerpo de la portada de Atarazanas, ni alterarán su singularidad. Al tiempo, los operarios de Sacyr actuarán sólo en horario de tarde para no interferir en la actividad comercial.

La remodelación de Atazaranas fue costeadas a partes iguales por el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento y requirió una inversión de 9.130.979,35 euros. Tiempo después de la finalización de los trabajos se detectaron goteras en la cubierta del edificio. Esta circunstancia motivó en los últimos meses que el área de Promoción Empresarial mantuviese diversos encuentros con responsables de Fomento y de Sacyr para encontrar un punto de acuerdo. Todo ello cuando, según pudo saber este periódico, la constructora se negó inicialmente a actuar sobre la cubierta al poco de detectarse el problema, al considerar que había plasmado fielmente el proyecto previsto.

La solución que se aporta es doble: en la nave central, dedicada a pescadería, se colocará una pieza sobre el canalón, que permitirá ganar en altura y recoger una mayor cantidad de caudal; en las naves laterales, se colocará un canalón perimetral de chapa conectada en seis puntos de su recorrido a otras tantas bajantes de rápida evacuación. Los elementos quedarán lacados en color verde oscuro; el mismo color presente en la estructura del mercado.

"Todos los años cuando llegan las lluvias hay problemas", comentó Rafael Rey, uno de los pescaderos que tiene su puesto en Atarazanas. Este comerciante admite que el escollo sigue estando presente en los últimos días, generando una imagen que no es la más adecuada. "No es lo más razonable, porque cuando entran los clientes parece que entra más agua dentro que fuera", apostilló.

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