La Guardia Civil, con la colaboración de la Policía Local de Coín, ha intervenido en dos actuaciones a 37 animales, principalmente perros potencialmente peligrosos, gallos de pelea y burros que se encontraban en pésimas condiciones.

Los agentes tuvieron conocimiento de la posible organización de peleas clandestinas entre animales en la barriada de la Fuensanta de Coín y la presencia de un gran número de ellos en unas condiciones de habitabilidad muy deficientes, según ha informado en un comunicado.

Tras las investigaciones comprobaron que estos animales se encontraban en corrales construidos con materiales de deshecho y residuos o atados con cadenas a los bajos de las viviendas a la intemperie.

Además eran soltados a media mañana y permanecían por los alrededores durante todo el día, sin bozal u otros elementos de protección.

De las pesquisas se desprende que algunos presentaban una gran agresividad, lo que suponía un riesgo evidente para menores y viandantes.

Se comprobó que ninguno de los habitáculos inspeccionados, construidos en suelo público de carácter urbano, posee licencia de núcleo zoológico, ni autorización administrativa alguna y carecían de las mínimas condiciones de salubridad y bienestar animal.

Además, ninguno de los ejemplares intervenidos poseía la obligatoria identificación por microchip, registro sanitario y el seguro obligatorio en el caso de los perros de raza potencialmente peligrosa.

Ante la imposibilidad de determinar la propiedad de los animales y por el estado higiénico sanitario de los mismos, la Guardia Civil procedió a la intervención de todos ellos.

En la primera inspección realizada fueron localizados un total de diez American Staffordshire Bull Terrier, dos American Bully adultos, dos pastores alemanes, una pareja de chiguaguas dedicada a la cría y diez gallos de pelea con espolones, descrestados y con evidentes muestras de participación en peleas.

También se encontró un burro con síntomas de maltrato animal y que presentaba numerosas heridas erosionadas en sus pezuñas.

A raíz de esta actuación fueron intervenidos otros diez equinos que estaban atados en olivares próximos al municipio de Coín en estado de semiabandono.

Estos equinos son propiedad de un conocido tratante de ganado de la localidad quien, ante la ausencia de un código de explotación y al no poseer unas instalaciones adecuadas para mantener a estos animales, los dejaba en un olivar a la intemperie, atados de una de las patas, carentes de agua y con poco alimento.

La Guardia Civil investiga a esta persona por un delito de abandono animal, mientras que los animales han sido trasladados a un Centro Zoosanitario concertado con la administración para su recuperación.

La investigación ha sido realizada por efectivos de la Compañía de la Guardia Civil de Coín, Patrulla del Seprona y con la colaboración de la Policía Local de la localidad.