La Policía Nacional investiga la muerte de un vecino de 52 años y residente en la barriada de la Cruz Verde cuyo cadáver fue encontrado ayer por un vecino en el suelo del salón de su domicilio. El grupo de homicidios, que se ha hecho cargo del caso, no descarta, por el momento, ninguna hipótesis. Al cierre de esta edición, la línea que cobraba más fuerza es que se tratara de un suicidio, aunque continúan recabando datos para esclarecer lo ocurrido. La autopsia que hoy se le practicará a primera hora permitirá esclarecer las causas del fallecimiento. Todo apunta a que pudo ser por asfixia ya que tenía una bolsa en la cabeza.

Las circunstancias en que se produjeron los hechos dificultan la investigación. Y es que, según el testimonio de varios de sus hermanos, a la víctima se le halló en su casa con las manos atadas a la espalda. En torno a las 12:00 un aviso en la Comisaría alertaba del suceso, que consternó a los residentes. Hasta la zona se desplazaron numerosos efectivos, que acordonaron la entrada al inmueble. La Policía Científica acudió también para tomar huellas.

Un vecino encontró el cuerpo sin vida del hombre, al que intentó reanimar. Había sangre, posiblemente, debido a un golpe que recibió en la cabeza tras caer al suelo. Los hermanos consultados se negaban a pensar en la posibilidad de que se hubiera quitado la vida de forma intencionada y estaban convencidos de que entraron a robar en su vivienda "pensando que tenía algo". Su hipótesis es que alguien pudo llamar a la puerta, que no estaba, dijeron, forzada.

El individuo era viudo, padre de tres hijos, de unos 28, 26 y 24 años, y tenía 12 nietos. Vivía en un segundo piso que le facilitó, indicaron familiares, la Junta de Andalucía. "Éramos 10 hermanos y le ayudábamos porque sólo contaba con una pagapequeña. Estaba jubilado. La tarde anterior estuvo en casa de una de sus hijas. Era feliz, no tenía problemas con nadie", argumentó una hermana.