Málaga

Iván Leszno: "Yo no soy el Pablo Hásel de Málaga"

  • El rapero Iván Leszno fue encausado por enaltecimiento al terrorismo en sus canciones, pero la Audiencia Nacional suspendió su pena

  • Asegura que la libertad de expresión es ideológica

El rapero de 29 años Iván Leszno.

El rapero de 29 años Iván Leszno. / Marilú Báez (Málaga)

Parecía un mediodía cualquiera cuando Iván Leszno se sentó a la mesa para almorzar con sus padres. Pero su móvil empezó a iluminarse con malos augurios: algunos de los integrantes de La Insurgencia (el colectivo del que participaba Leszno) estaban recibiendo citaciones para la Audiencia Nacional. A ninguno le transmitían más información que la presente en la misiva. No pasó mucho tiempo cuando sonó el porterillo de Iván, alguien quería hablar con él y le pedía que bajara.

En el portal, lo esperado: una pareja de policías de paisano le aguardaban para entregarle en mano su citación. Estalló toda la tensión que llevaba agitándose a fuego lento con cada mensaje: “¡No tenéis vergüenza, deberíais estar persiguiendo a banqueros y políticos y no a obreros!”, o algo parecido recuerda haberles gritado Iván.

A Leszno le acusaban de asociación ilícita y enaltecimiento al terrorismo, entre otras cosas. En sus canciones había rimado a favor de la amnistía de lo que él llama “presos políticos, que son todos aquellos que están en la cárcel por su lucha política sin importar el método de lucha que hayan llevado a cabo”. En especial, en algunas de sus canciones se mostraba a favor de los GRAPO, de los presos de ETA o del PCE(r).

Le asombró que el fiscal les comparase con "yihadistas de la lucha obrera"

Junto a Leszno citan a sus once compañeros en el colectivo La Insurgencia, un grupo de artistas repartidos por toda España que se habían conocido en el mundo de la lucha obrera, en el que Leszno participaba activamente desde 2012. No es hasta 2015 cuando Iván comienza a grabar temas en La Insurgencia con frases incendiarias para “concienciar al pueblo”.

Unos días más tarde de recibir la citación Leszno estaba sentado en el banquillo de la Audiencia Nacional. Asegura que le impresionó “porque allí habían juzgado a muchas personas por ejercer sus derechos y libertades y nosotros estábamos allí por lo mismo”.

En ese primer juicio fueron condenados a dos años y un día de cárcel, nueve de inhabilitación para cargo público y una multa de 4.800 euros. A Leszno se le quedó grabado que el fiscal los comparó con “yihadistas del movimiento obrero, aseguró que nosotros seríamos capaces de matar por nuestra ideología, como fanáticos religiosos”.

Dos años después redujeron su pena a 6 meses de cárcel y una multa de 1.200 euros. Entendieron que la pena debía ser menor al enaltecer a grupos que ya no están en activo.

La libertad de expresión es ideológica y tiene un bando”, Leszno es taxativo. Cree que no lo juzgaron por enaltecer al terrorismo, sino por sus ideas de izquierda. “Nuestra condena fue ejemplarizante, estaban buscando que si alguien pensaba hacer música alentando el movimiento obrero, no lo hiciera por miedo”.

La última sentencia de la Audiencia Nacional suspendió su pena de prisión, bajo el requirimiento de que no volviese a cometer un delito de ese tipo. Pese a ello, el rapero no lo duda, ha vuelto a publicar canciones con letras políticas. “El miedo no es una excusa, me puede más la conciencia que el miedo a la cárcel”, asegura Iván.

Aunque su denuncia es ahora “más refinada, menos panfletaria”. Ahora, dice, quiere acercarse más al común del pueblo, no sólo a aquellos que están interesados en la lucha política, “hablarle a la gente de la calle”.

Pese a que el de La Insurgencia no fue el primer caso de este tipo –Pablo Hásel y Valtónic fueron citados previamente por sus letras–, sí que fueron los primeros en acudir a la Audiencia Nacional por sus canciones como grupo organizado. Por eso mismo él lucha contra la etiqueta del Pablo Hásel malagueño que tantas veces ha escuchado, “los casos son muy distintos, aunque a ambos nos juzgan por nuestras ideas”.

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