Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

José Cruz | Jefe Anestesiología del Hospital Clínico

“El turismo de chancleta no aporta nada a la ciudad de Málaga”

  • Cree que una autovía entre Málaga y Ronda es el gran déficit de la provincia

  • Defiende el papel de los anestesiólogos y recuerda que la cirugía progresó cuando comenzó a usarse la anestesia

José Cruz, en las escaleras del Hospital Clínico.

José Cruz, en las escaleras del Hospital Clínico. / Javier Albiñana

JOSÉ Cruz lleva 24 horas trabajando del tirón. Está saliente de guardia, pero hace la entrevista sin un bostezo, entero, lúcido y sin titubeos. Es el jefe de Anestesiología del Clínico y el coordinador de todas las operaciones que se hacen en ese hospital, el Marítimo y el del Valle del Guadalhorce.

–¿Esto de trabajar 24 horas seguidas habría que cambiarlo?

–Es un sistema muy duro y el cansancio es un hecho. Es cierto que hay ratos de descansar y estirar las piernas, pero eso no lo controlas. Hay días en que la cesárea es a las 10 de la noche y otros, a las cuatro de la mañana. Es duro y uno no está igual a las cinco de la tarde que a las tres de la mañana. Por eso intentamos que lo que no sea de extrema gravedad, en vez de hacerse a las cinco de la mañana se haga a las ocho, con el cambio del equipo, porque el cansancio está. No ha habido turnos en el área médica porque se necesitan muchos más recursos. Enfermería sí tiene sus turnos; entran por la mañana, por la tarde y por la noche. Pero un puesto de trabajo 24 horas, los 365 días del año consume seis recursos humanos, mientras una guardia y un saliente consume dos. Y eso es más barato. Pero aparte de eso, tampoco hay profesionales porque si hay cuatro anestesistas de guardia, necesitaríamos 24 de plantilla para cubrir la guardia y eso es inviable. Pero no sólo con anestesiólogos, también con otros especialistas. El sistema de formación de MIR no está pensado para cubrir turnos rotatorios. Además, ya lo tenemos interiorizado.

–¿Qué edad tiene? A los 55 se puede dejar de hacer guardias.

–Tengo 54. Pero no quiero dejar de hacer guardias. Por un lado, por la parte económica, porque un 30 o 35% del sueldo va en función de las guardias. Pero además, hay especialidades que si dejas de hacer guardias, pierdes parte de tu especialidad. Para un anestesiólogo no es lo mismo un quirófano programado, donde llegas descansado, que te sabes el paciente, que puedes hablar con el cirujano; a la cirugía de urgencia... Y esta nos gusta a los anestesiólogos; nos gusta la batalla y el estrés. Es difícil encontrar anestesiólogos descontentos de su especialidad. Es una especialidad que casi siempre se elige voluntariamente, no como otras que a veces se escogen porque no da la nota. Los últimos compañeros están entre los primeros 50 ó 60 del MIR; es decir que la han elegido.

–¿Todo su ejercicio profesional lo ha hecho en el Clínico?

–El Clínico se abrió en 1989 y yo vine en 1996, con el aumento de plantilla que supuso el inicio de la Cirugía Cardíaca. Aquí hubo una inflexión en el prestigio del hospital con el área de Cardiología. Esta especialidad empieza, se desarrolla y necesitaba la Cirugía Cardíaca. Se toma la decisión de abrir Cirugía Cardíaca. Ese hito cambió el posicionamiento del hospital en el área quirúrgica porque en Cirugía Cardíaca hemos sido potentes. Además hubo un crecimiento muy importante en Anestesia porque, a diferencia del entorno andaluz, en este hospital todos los cuidados críticos posquirúrgicos están a cargo del servicio de Anestesia. Los anestesiólogos empezamos a asumir el postoperatorio de los pacientes de Cirugía Cardiaca; con lo que se incrementó la plantilla tanto para esa cirugía como para los cuidados posteriores. Yo vine con el doctor Sarmiento, que fue como mi padre en el mundo de los anestesiólogos. Tengo que agradecerle todo a él. Yo he tenido ofertas de irme fuera, pero yo soy del Clínico. No lo siento como los cordobeses que sienten el Reina Sofía porque es el hospital de Córdoba. Yo vine de Almería y le debo todo al Clínico. Yo sí soy del Clínico [Se ríe porque hace alusión al eslongan que ha creado el hospital por los 30 años de su apertura que dice Yo soy del Clínico].

Málaga necesita un hospital. No lo llamaría ni el tercero ni el cuarto, pero Málaga necesita otro hospital”

–Coordina toda la actividad quirúrgica de Clínico, Marítimo y Guadalhorce y un equipo de unas 250 personas. ¿Duerme bien?

–Yo sí. Levamos muchos años, el engranaje funciona. Siempre digo que tiene que funcionar sin que esté el jefe, que es cuando las cosas funcionan de verdad. Somos una unidad de trabajo funcional.

–¿El Clínico y el Guadalhorce necesitan más quirófanos?

–Los tenemos todos abiertos. Están todos abiertos por la mañana en los tres centros [Clínico, Guadalhorce y Marítimo]. El del Guadalhorce tiene cuatro quirófanos; ahora funcionan los cuatro por la mañana y dos de tarde. De modo que hay cuatro quirófanos y seis sesiones diarias. En septiembre habrá siete y para la octava, estamos pendientes del personal.

–¿Faltan esas dos sesiones para que los quirófanos estén al 100%?

–Sí, pero al 100% según el modelo nuestro porque hay sitios en los que estaría al 100% solo con lo de la mañana.

No quiero un turismo elitista. El turismo se ha socializado. Pero no podemos ser un Magaluz turístico”

–¿Es difícil coordinar un equipo humano de unas 250 personas?

–Hay que buscar apoyos, con buenos supervisores de enfermería, que son fundamentales en el bloque quirúrgico. Cada uno tiene su zona de responsabilidad, hay responsabilidades delegadas. Si no, esto no funcionaría porque es más grande que muchas empresas. Sólo el bloque quirúrgico es más grande que muchas empresas de España.

–¿Cómo se vive eso de estar a la sombra? Porque los anestesistas son menos visibles que otros especialistas.

–No se vive mal. No estamos tan a la sombra, depende de los hospitales. En este hospital, el papel del anestesiólogo es respetado por todos los cirujanos y por todo el entorno quirúrgico. Los cirujanos son conscientes de que parte de su buen hacer depende que nuestro trabajo esté bien hecho. Y la visión global del hospital hacia el anestesiólogo es de respeto y de ponernos en el papel protagonista que tenemos. Pero es cierto que para el público somos desconocidos.

–Es una especialidad singular...

–Bueno, tiene una parte de magia, entre comillas. Y esa parte de la magia entraña miedo. Pero no es magia, es ciencia. Es un cuerpo didáctico. La guerra entre anestesista o anestesiólogo viene de ahí.

–¿Y cómo es?

–Anestesiólogo. El anestesista era alguien que sabía hacer la práctica de la anestesia diaria. Los anestesiólogos ya somos médicos; tenemos un cuerpo de conocimiento detrás. Hasta mediados del siglo XX, muchos anestesistas eran enfermeros. En hospitales privados, las monjas eran anestesistas. Antes los anestesistas eran enfermeros con mucha experiencia.

–¿Y eso que se ve en alguna película de una operación sin anestesia donde el paciente muerde un palo?

–Eso sería en el siglo XVIII... La cirugía progresa porque aparece la anestesia.

–El Clínico ha incorporado la anestesia sin opiáceos ¿Qué ventajas supone?

–Unos de los pilares de la anestesia es la analgesia; no tener dolor y estar dormido. Eso se logra con los opiáceos y otros fármacos. Los opiáceos tiene un papel importante para el dolor. La proporción de operaciones sin opiáceos que hacemos todavía es pequeña. Hemos empezado en aquellos pacientes en los que los opiáceos, por sus efectos secundarios, pueden dar problemas. Hemos empezado con pacientes con obesidad mórbida.

–¿Cuáles son los efectos secundarios de los opiáceos?

–Náuseas y vómitos. Y eso entorpece el posoperativo y dificulta su evolución. Una anestesia sin opiáceos tiene menos efectos secundarios. Esa es la anestesia del futuro. Hay muchos procedimientos que se van a beneficiar de eso.

–¿Y esa anestesia sin opiáceos es más cara?

–No. De todos modos, el coste de los fármacos de la anestesia es muy barato, son dos bolsas de pipas comparando con el gasto farmacéutico del hospital.

–El PSOE prometió el nuevo hospital para 2024. El PP dice ahora que a finales de 2026 ¿Estará en 2026?

–Yo espero verlo. No voy a trabajar en él porque a esa edad, aunque tenga oferta, ya no es momento de meterte en ningún proyecto nuevo. Creo que veremos el hospital. Pero la media para hacerlo realidad son diez años. Desde la aceptación presupuestaria hasta la apertura real son diez años.

–¿Málaga necesita un hospital?

–Málaga necesita un hospital. Yo no le llamaría ni el tercero ni el cuarto, pero Málaga necesita un hospital.

–¿Y necesita que el Carlos Haya se recicle a sociosanitario?

–La Medicina ahora mismo sólo es sostenible si aplicamos los recursos de hospitales de agudos a los pacientes agudos. Los hospitales de agudos son inmensamente caros. La gente no es consciente de lo que vale abrir una cama en un hospital. No hay que mezclar los pacientes que necesitan cuidados de enfermería con los que precisan estar en un hospital de agudos. A un paciente pluripatológico, mayor, que viene por una neumonía, se le trata la neumonía, pero luego necesita cuidados... Ese paciente, después de que pase su fase aguda, debería trasladarse a un sitio con más personal de enfermería, más auxiliares de enfermería así como asistentes sociales que le pueden gestionar las necesidades en casa y que contacten con atención primaria [para la continuidad de cuidados con los enfermeros de los centros de salud]. Igual que se habla de la relación entre atención primaria y hospitalaria como la puerta de entrada, que hay que mejorar para no saturar los hospitales; a su vez, la salida de ese tipo de pacientes con atención domiciliaria es básico y mucho más barato. Pero no sólo es importante porque sea barato, sino porque supone mayor calidad y humanidad en relación al paciente porque lo que necesita son más cuidados de enfermeros y auxiliares.

–Lleva 26 años en Málaga. ¿Qué déficit le ve?

–Creo que sólo hay una infraestructura básica que no se ha hecho, que es la comunicación con Ronda con una autovía. Málaga ha tenido un impulso con la A 92, que fue el eje transversal de Andalucía. Antequera ahora es un sitio logístico porque tiene buenas comunicaciones. Tenemos la hiperronda, la segunda pista del aeropuerto... Por cierto, la torre de Canal Sur debería ir fuera. Es simplemente cambiar una torre de comunicaciones. El impacto económico de la segunda pista del aeropuerto es clave para Málaga. Tenemos buenas comunicaciones tanto por autovía como por autopista para comunicarnos con todo el entorno; se abrió la autovía con Almería y básicamente como infraestructura pendiente para el desarrollo de esa comarca queda la autovía con Ronda. No están comunicados. No puede ser que a Ronda, que está a 50 kilómetros de Málaga, se tarde hora y media en llegar. Tardamos lo mismo en llegar a Almería y a Tarifa.

–¿Qué le parece el proyecto del hotel del puerto?

–Que no encaja en el perfil arquitectónico e histórico de Málaga. Lo tengo claro y lo tienen claro muchos malagueños. El desarrollo del puerto y de los cruceros, sí; pero el hotel, no. Yo he estado en Dubai y el hotel Burj Arab, ese famoso que fue el primer gran rascacielos-hotel, no ha aportado nada.

–¿Y cómo ve el cambio turístico de Málaga?

–Málaga tiene que definir qué tipo de turismo quiere, si no, morirá de éxito. Yo no estoy en contra de los apartamentos turísticos. No quiero que haya un turismo elitista porque Málaga vive del turismo. Pero tiene que haber un pacto social para ver qué tipo de turismo queremos y no que los políticos se peleen todos los días en la prensa. No digo que haya que ir al turismo de cinco estrellas, pero el turismo de chancleta no aporta nada a una ciudad; con todo lo que se requiere en inversiones para hacer frente al turismo. Yo estoy a favor de los apartamentos turísticos, pero tienen que estar regulados y pagar impuestos. La ciudad cuesta tenerla como la tenemos de bonita. Sin ser despectivo, pero el turismo de chancleta a 10 euros habitación/día no aporta nada a Málaga. En Roma hay miles de apartamentos turísticos, pero no se ve lo que se ve en Málaga. El turismo se ha socializado, pero el botellón de la Feria no puede ser el resto del año. No podemos ser un Magaluz turístico.

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