José Manuel Huesa es uno de los mayores expertos cerveceros del país pues lleva 33 años dirigiendo grandes fábricas de cerveza, entre otros puestos.

Nos recibe en la sala que tiene la factoría de Mahou-San Miguel en Málaga habilitada para la celebración de eventos. Está repleta de botellas de cerveza de San Miguel y cuenta con un par de amplias barras que incitan al consumo y a hablar de una de las bebidas preferidas por los malagueños.

–La fábrica de Mahou-San Miguel lleva más de 50 años en Málaga y viendo las instalaciones parece que tiene mucha vida por delante.

–Esperemos que tenga mucha vida por delante. Llevamos 53 años produciendo en Málaga de forma continua. Solo estuvimos dos o tres días sin poder fabricar con las inundaciones de 1989, que colapsaron el aeropuerto y nuestra fábrica.

–¿Cuántos turnos tienen?

–Trabajamos 24 horas. No siempre envasamos las 24 horas, pero el proceso de fermentación, que es natural, no entiende de horas ni días festivos.

–¿Qué producción hacen en Málaga?

–Estamos en torno a los 1,7 millones de hectolitros, que son 170 millones de litros al año. La fábrica está preparada para producir 250 millones de litros al año, por lo que todavía tenemos margen.

José Manuel Huesa posa para la entrevista.

–¿Cómo ha sido la evolución?

–Al principio, en 1966, creo recordar que hacíamos unos 125.000 hectolitros. En torno a 1988 llegamos al primer millón. En los últimos años siempre estamos creciendo, estando entre 1,6 y 1,8 millones de media.

–¿Con cuántas marcas trabajan?

–Nosotros producimos y envasamos fundamentalmente cuatro marcas: Mahou, San Miguel, Alhambra y Reina. Luego cada marca tiene cervezas diferentes y, dentro de cada cerveza formatos y presentaciones distintas. En Málaga hacemos unos 16 tipos de cerveza con unas 170 referencias.

–Debe ser una locura.

–Cuando yo entré aquí solo teníamos quintos y tercios de San Miguel Especial. Después se pasó a hacer barriles y luego cuartos. Era solo San Miguel Especial con cuatro formatos. Ahora ya hay de todo, pero estamos acostumbrados. Mahou-San Miguel es muy activa en sacar nuevas referencias, hacer cervezas premium e innovar y nos estamos adaptando. Antes se hacía mucha cantidad de pocas referencias y ahora se hace menos cantidad de más referencias. Eso significa que cambiamos de tipo de cerveza y estar continuamente cambiando en la zona de envasado para dar todos los formatos. Es un tránsito complejo que nos complica desde un punto de vista industrial, pero damos más servicio al cliente.

–¿Dónde se vende lo que se fabrica en Málaga?

–Casi todo en España, aunque también se exporta a Centroamérica, Sudamérica, Portugal o Italia.

–¿Cuántos empleados tienen?

–Tenemos 200 en el área industrial, comercial, marketing o desarrollo de mercado. Más del 90% son fijos y de alta cualificación.

–¿Prevén más contrataciones?

–Las que hacemos son para cubrir campañas. Tecnológicamente estamos muy avanzados y hay una estabilidad importante en la plantilla. No vamos ni a grandes disminuciones ni a grandes crecimientos. Si el mercado nos demandara producir mucho más hablaríamos de otros términos, pero por ahora no.

–Todos los años hacen inversiones para modernizar la planta. ¿Qué estimaciones tienen?

–Sí, somos muy constantes. El año pasado fueron 2,3 millones de euros y este año estamos también en un volumen importante. Casi todas están relacionadas con mejoras técnicas, aunque también hay para capacidad, contención del impacto y renovación de equipos ya que estamos en una fábrica con 53 años de historia en la que conviven equipos con muchos años con otros de última tecnología.

–Habla de contención del impacto. ¿El medio ambiental?

–Sí. Estamos trabajando siempre para reducir el impacto ambiental. Cada vez utilizamos menos materia prima porque tenemos mermas muy contenidas, los consumos energéticos están muy contenidos y producimos residuos cero porque el 99,9% de nuestros residuos son reutilizados o valorizados.

–¿Utilizan mucho plástico?

–Utilizamos plástico pero todo se reutiliza. Todos los envases y embalajes lo reutilizamos al 100%, no va nada al vertedero.

José Manuel Huesa en la fábrica malagueña de Mahou-San Miguel.

–¿Qué nivel de automatización hay en la fábrica de Málaga?

–La capacitación humana es muy alta porque para trabajar con alta eficiencia necesitamos equipos humanos muy capaces de gestionar personas a la vez que máquinas sofisticadas. Siempre necesitamos la última tecnología porque esta industria es de alta velocidad y tiene una alta exigencia en mercado. La bodega está totalmente automatizada y eso da mucho rigor y fiabilidad. Siempre decimos que lo primero son las personas, luego la calidad, la sostenibilidad y los costes.

–¿Necesitan mucha formación con tanta especialización?

–Para tener un equipo funcionando de una forma coherente la formación es esencial. Hay un nivel muy alto de formación continua. Es complejo porque la formación es cada vez más específica y más difícil de encontrar. No es tan fácil encontrar a un cervecero o a un llenador. Por eso para nosotros la formación interna es esencial.

–¿Hay un cervecero jefe en la fábrica o cómo funcionan?

–Sí, hay un cervecero jefe que es el jefe de fabricación. Luego tenemos más de 14 cerveceros titulados, entre los que me encuentro yo mismo. Esto es un producto que, al final, va a la nariz y a la boca. Puedes tener todos los aparatos electrónicos que quieras y el laboratorio de más calidad, que lo tenemos, pero el equipo de cata y de profesionales en su conjunto es el que tiene que dar el visto bueno al producto.

–¿Cuántos catadores tienen?

–Más de 15 personas. Diariamente degustan la cerveza en todas sus fases.

–¿Y se tienen que poner todos de acuerdo?

–Es la última fiabilización que hay.

–¿Desechan muchas cervezas por el camino?

–No es desechar, lo que ocurre es que como hay un proceso natural de fermentación la levadura no hace siempre exactamente lo que tu quieres. Te deja unos márgenes en los que te manejas, haciendo las convenientes mezclas para que el producto final sea siempre el mismo.

–La compañía anunció la semana pasada que a partir de enero de 2020 van a vender marcas como Corona, Stella Artois, Budweiser o Leffe. ¿Influirá eso en la fábrica de Málaga?

–Ahora mismo la verdad es que no sé nada. Es un acuerdo de comercialización y de producción, pero no sé todavía el alcance.

–¿Cuál es la mejor cerveza: la española, la alemana, la norteamericana, la belga...?

–La mejor cerveza es la que más te guste. Depende además mucho del momento del día, del ambiente, del humor que tengas... Probablemente si estás en Alemania te gusta beber cerveza alemana. Yo la verdad es que ahora estoy disfrutando mucho con nuestra cerveza Magna. Es un producto que hemos desarrollado en Málaga y está fantástica.

–¿Fría o tibia?

–Cada vez se sirve fría en más sitios.

–¿Hay mucha diferencia de gas entre las cervezas de los diferentes países?

–Es mínima. El nivel de carbónico entre las distintas cervezas es muy parecido. Puede resultar más pesada o más ligera en función del extracto que tenga, pero la horquilla es bastante estándar.

José Manuel Huesa lleva dirigiendo la fábrica de Málaga desde 2014.

–¿Cuántos productores de cerveza hay en el mundo?

–Hay muchos. En Bélgica, por ejemplo, hay 1.000 cervezas diferentes. En República Checa o América hay también miles de marcas. En CentroEuropa hay mucha producción local, pequeñas cervecerías que son autónomas. Hay también varias marcas chinas emergentes.

–Se puso de moda el bar con cerveza artesanal. ¿Cómo ve ese boom?

–Muy sano. La llamada cerveza artesanal, de pequeña tirada y bien hecha, valoriza el segmento cervecero. En España es un mercado pequeño, pero en otros países es un porcentaje alto y creciente.

–¿Es Málaga una de las provincias más consumidoras de cerveza?

–No tengo datos pero evidentemente sí por su clima. España en general es una buena zona de consumo. No somos los tres mayores consumidores per cápita, pero estamos altos. La República Checa y Alemania están en los primeros puestos.

–Siempre se dice que en España hay más bares que librerías. Supongo que la competencia para introducir el producto debe ser muy alta.

–La competencia es sana y te hacer mejorar. Todas las cervezas son buenas y si no tuviéramos competencia nos dormiríamos. Es un mercado complejo y atractivo. De todas formas cada vez se ven más marcas en los bares y restaurantes porque el cliente es cada vez más exigente y quiere probar más cosas.

–¿Es el vino una fuerte competencia?

–Somos muy complementarios.

–¿Qué tipo de cerveza le suele gustar al malagueño?

–Le gusta la cerveza Lager, es decir, la cerveza rubia ligera, poco contundente y fresquita. A los turistas también le gusta la Lager.

–Esta fábrica lleva 53 años en Málaga, pero no es lo normal. ¿Echa en falta que haya más industrias en Málaga?

–Sí. Un buen entramado industrial es positivo para generar empleo y riqueza. Detrás de las industrias hay también muchas empresas de servicios y gente muy capaz. En Málaga el entorno industrial es débil.

–¿Cómo se puede cambiar esa tendencia?

–Es una evolución natural del propio malagueño. Recuerdo que de pequeño había muchas industrias en Málaga y no sé si se volverán a generar alrededor del PTA o del sector servicios. Pienso que va a ocurrir y que será una industria diferente.

–Se comenta además que hay falta de suelo.

–Hay países en los que el suelo disponible por habitante es mínimo y se desarrollan perfectamente. Otra cosa es quererlo al lado de la playa.

–¿Cree que hay una excesiva dependencia del turismo?

–Málaga ha trabajado muy bien el sector turístico, aunque meter todos los huevos en una misma cesta no es bueno.

–A Málaga le cuesta converger con España y Europa y el salario medio es de los más bajos. ¿Qué piensa cuando ve estos datos?

–Que tiene que ser la sociedad en su conjunto la que se movilice y lo gestione y eso va a ser lento. Todos los sectores tienen que trabajarlo, desde el político hasta el empresario o el ciudadano. Toda la sociedad se tiene que dar cuenta de que tenemos que evolucionar continuamente o estamos muertos.

Huesa explica que le da igual el sitio del tercer hospital, pero quiere que dé un buen servicio.

–¿Cree que las obras del Metro se terminarán algún día?

–Todo lo que se alarga se hace incómodo, se eterniza y no es bueno. Como todos los malagueños estoy loco porque se termine. Cuanto antes mejor.

–Otro proyecto eterno es el tercer hospital. Se habló del parking del Civil, luego de la zona este, ahora otra vez del Civil. ¿Qué le parece?

–Si hace falta espero que se ponga en un sitio de futuro donde las comunicaciones sean rápidas y donde el servicio que se dé a los malagueños sea el mejor. El sitio me da igual.

–Siguiendo la lista de deseos casi inalcanzables está el tren a Marbella. ¿Lo veremos hecho?

–No lo sé, pero parece que está muy difícil porque el coste es enorme ya que casi todo está urbanizado y hacerlo subterráneo sería extremadamente caro. Ojalá tuviéramos un tren que conectara directamente Málaga, el aeropuerto y Marbella pero creo que habrá otras prioridades.

–Vamos a otras elecciones generales. ¿Va a ir a votar?

–Yo creo que la mayoría de la gente irá a votar y tendremos la abstención de siempre.