El trazado final para llevar el Metro soterrado al entorno del Hospital Civil queda sobre la mesa y pendiente del estudio que, según fuentes conocedoras de la operación, está realizando la Consejería de Fomento. La decisión de reformular por completo la ampliación del ferrocarril urbano hacia la zona norte, enterrando lo que estaba proyectado en superficie, puede incluir también el itinerario que seguirá el nuevo ramal.

Las fuentes consultadas apuntaron que no es seguro que se mantenga el eje de Eugenio Gross y Blas de Lezo, como estaba contemplado hasta la fecha, y señalaron que en el seno del departamento autonómico se están analizando otros posibles recorridos. Dentro de estas opciones una de las que toma fuerza es la de que el suburbano hacia la zona norte se vincule de manera directa a la operación de transformación y recuperación del cauce del río Guadalmedina, en la que viene trabajando desde hace años el Ayuntamiento.

La relación de estas dos infraestructuras es motivo de defensa desde tiempo atrás tanto por el alcalde, Francisco de la Torre, como por los máximos dirigentes del Partido Popular a nivel local y regional, ahora al frente del Gobierno autonómico. Muestra de este convencimiento fue el mensaje lanzado por el ahora consejero de Presidencia, Elías Bendodo, hace poco más de dos años, cuando la decisión de la Junta de prolongar el Metro a ras de calle era firme. En aquel entonces, el líder de los populares malagueños propuso "trasladar unos metros" el trazado, de manera que pudiese ser incluido en la solución urbana del río.

De la Torre y Bendodo, en una reunión con vecinos, en 2017, en contra del Metro en superficie al Civil.

Pocos meses después fue De la Torre el que en un desayuno informativo del Grupo Joly abundó en esta misma idea, avalando la necesidad de vincular el trazado del ferrocarril urbano con la intervención que finalmente se materialice sobre el río Guadalmedina. "Lo mejor es no hacer nada para estudiar adecuadamente los dos temas", dijo en un escenario temporal en el que su negativa a autorizar cualquier avance de la obra en superficie era contundente.

Las fuentes consultadas insistieron en que la única razón que hace que la Junta se haya decantado finalmente por la prolongación del trazado ferroviario hacia el norte es el tercer hospital. "Descartaban ese trazado si no se mantenía la idea del hospital porque los estudios de demanda vienen a decir que el movimiento de viajeros en el escenario actual se puede cubrir con las líneas de autobuses", indicaron. La inclusión en la ecuación final del tercer hospital, precisaron, justificaría una demanda suficiente que haga viable su construcción.

Los datos de demanda actualizados en el año 2014, cuando se dio luz verde al acuerdo para modificar el trazado de la red ferroviaria, acortando hasta la Alameda el tramo que iba a llegar a la Malagueta e introduciendo la pieza al Civil, concluían que el nuevo ramal podría captar cerca de 3 millones de usuarios anuales. El coste de la obra que oficialmente empieza a manejar la Junta para el soterramiento de la línea ronda los 150 millones de euros (41 millones en superficie).

Al incentivo que tendría para el modelo de ciudad de De la Torre la relación del Metro con el Guadalmedina se sumaría un elemento añadido: una menor afección sobre el vecindario. En este sentido, las fuentes destacaron la dificultad que entraña la construcción del túnel para una zona tan consolidada como Eugenio Gross y Blas de Lezo, con lo que el acercamiento del trazado al río rebajaría sensiblemente estas molestias, al tratarse de una zona menos poblada.

El interrogante al que tiene que dar respuesta la Junta es el de la demanda. Porque a pesar de tratarse de una infraestructura en superficie, los análisis que sirvieron para sustentar la apuesta por el eje Eugenio Gross-Blas de Lezo en detrimento de otras alternativas ponía en valor la población atendida en este espacio.