Municipal

La Junta rechaza que se pueda bajar el lecho del Guadalmedina para hacer una gran plaza

  • El Gobierno andaluz sí se abre a estudiar un cambio en la gestión de la presa de El Limonero

  • Analiza otras medidas para reducir los aportes de agua al cauce urbano

Imagen del tramo del río donde el alcalde quiere construir una gran plaza.

Imagen del tramo del río donde el alcalde quiere construir una gran plaza. / Javier Albiñana

La apuesta del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, por ejecutar una gran plaza entre los puentes de Armiñán y la Aurora, con una longitud de unos 500 metros, no podrá pasar por la idea inicial de rebajar el lecho del río Guadalmedina. Esta solución, manejada abiertamente por el regidor desde hace meses, se topa con la negativa de la nueva Junta de Andalucía, que es clara al cerrar la puerta a cualquier intervención sobre el lecho.

Sin embargo, a este revés le sigue la disposición del Gobierno regional a buscar alternativas que no impidan una intervención de carácter urbanístico sobre la traza del río. Una de ellas, quizás la de mayor relevancia, según pudo saber este periódico, pasa por estudiar una posible modificación en el modelo de regulación de la presa del Limonero.

Esta opción ya fue puesta sobre la mesa a finales de 2014 por la Gerencia de Urbanismo y la Fundación Ciedes, siendo desechada entonces por los responsables del organismo competente en materia hidráulica. En caso de tener luz verde, esta vía sí podría permitir disponer del margen suficiente para ejecutar una actuación urbanística sobre el encauzamiento. En concreto, bajando los muros laterales en la parte central y uniendo con una losa las dos márgenes.

Según confirmó el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, se trata de una de las posibilidades que pasan a ser ahora contempladas en el marco de un estudio más amplio "para ver los metros cúbicos que caben en el cauce". Grosso modo, lo que se estaría buscando es "estudiar los aportes y para ver el modo de reducirlos; de ese modo se podría mejorar las condiciones de intervención sobre el río".

El cauce del Guadalmedina siempre tiene que garantizar una capacidad de desagüe de 600 metros cúbicos por segundo

No obstante, el equipo de gobierno está a la espera de un próximo encuentro con la consejera del ramo para analizar la cuestión. Lo ahora contemplado por la Administración original se asemeja mucho a lo que ya proponían los anteriores responsables de Medio Ambiente cuando hablaban a las claras de "estudiar todo desde la presa de El Limonero hasta la desembocadura para estar totalmente seguro de que las actuaciones que se hagan cuentan con todas las garantías", incidiendo en la necesidad de tener información completa sobre los aportes de agua que realizan los arroyos por ejemplo.

La propuesta original sobre la presa, que ahora se reabre, buscaba conseguir una rebaja en el volumen máximo de agua que recogiese el embalse de El Limonero antes de su laminación y suelta al cauce. De este modo, siempre podría modularse la cantidad de agua a evacuar desde la presa. Los datos manejados indicaban que el embalse tiene en sus normas actuales de explotación un nivel máximo establecido en la cota 104, con un volumen de 24,7 hectómetros cúbicos.

Esta es la masa de agua que, en caso de desembalse completo, aportaría aguas abajo. Los técnicos querían rebajar esta cota a la 85, con un volumen de 10 hectómetros cúbicos y una laminación aproximada de 148 metros cúbicos por segundo. Y todo ello teniendo en cuenta que siempre se tiene que garantizar, por cuestiones de seguridad, que el río pueda evacuar en cualquier momento un volumen de 600 metros cúbicos por segundo.

En ese escenario, descartado en su día, y sumando el agua que, según las conclusiones de un estudio encargado por Emasa y por la Gerencia de Urbanismo, aportasen los arroyos cercanos, con unos 216 metros cúbicos por segundo, el caudal que podría llevar con normalidad el río sería de unos 360 metros cúbicos por segundo. Una realidad numérica mucho más benévola con las alternativas urbanísticas para el cauce urbano.

De la Torre habló de "esconder el río, bajándolo, y poder unir el tráfico por las avenida laterales y crear plazas arriba"

Para confirmar la viabilidad de ir adelante con esta opción, así como con otras que también van a ser objeto de análisis, la Junta, tal y como anunció el pasado lunes el presidente Juan Manuel Moreno Bonilla trabaja en la contratación de un sistema con el que realizar todas las simulaciones necesarias. La puesta a disposición de esta tecnología, según desveló, supondrá una inversión cercana al millón de euros.

Sea como fuere, la posición ahora conocida de la Junta pone en cuestión la base del plan de intervención sobre el que viene trabajando el Ayuntamiento desde hace varios años. El alcalde ya dijo que para materializar su plan de intervención debía aprovecharse la pendiente en esa parte del trazado "para esconder el río, bajándolo, y poder unir el tráfico por las avenida laterales y crear plazas arriba; la idea es crear un gran espacio de conexión de las márgenes". También habló de actuaciones de menor dimensión en la zona sur, "más difíciles de resolver", y al norte, donde la mayor capacidad hidráulica, unos 1.000 metros cúbicos por segundo, posibilitan la creación de un parque.

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