Málaga

Juzgan a cuatro hombres por el asesinato del 'Maradona' en Marbella

Lugar donde ocurrió el asesinato en Marbella

Lugar donde ocurrió el asesinato en Marbella

Un jurado popular será el encargado de juzgar a cuatro personas que se enfrentan a prisión permanente revisable por dos delitos de asesinato en la Costa del Sol en 2018, uno de ellos el del narco conocido como Maradona al que supuestamente mataron a tiros tras la comunión de su hijo en el núcleo de población de San Pedro Alcántara, en el municipio malagueño de Marbella.

El crimen fue cometido sobre las 14.00 horas del 12 de mayo de 2018 cuando los acusados, presuntamente de forma conjunta, decidieron acabar con la vida del narco que minutos antes había salido de la iglesia en la que había celebrado la comunión de su hijo menor, según el escrito acusatorio del fiscal, al que ha tenido acceso EFE.

El juicio está previsto que se celebre entre el 10 de abril y el 19 de mayo, según han informado a EFE fuentes judiciales, que han precisado que el primer día se dedicará a la selección de los miembros del jurado y los siguientes tres días a la declaración de los acusados.

La víctima, que era propietario de un gimnasio y un club de playa, fue tiroteada tras salir de la iglesia con su familia y amistades, "en el preciso instante que subió al coche por la puerta del conductor", al tiempo que su mujer y sus dos hijos menores subían a la puerta trasera del mismo y un amigo se colocaba en el asiento del copiloto.

De repente, salió por la parte delantera del coche uno de los acusados vestido de negro y con un casco integral oscuro y empezó a disparar con una pistola automática de frente y por la puerta del conductor y realizó al menos cinco disparos que impactaron en su cuerpo y en centros vitales.

El padre del menor que acababa de recibir la comunión murió casi instantáneamente y acto seguido el hombre que lo había asesinato se fugó en la motocicleta con la que había llegado y estacionado unos metros más adelante.

El fallecido, de 36 años y nacionalidad española, era propietario de un gimnasio y de un chiringuito, y ambos habían salido ardiendo meses antes.

Además del delito de asesinato, el fiscal acusa a estos cuatro procesados de un delito de tenencia ilícita de armas y les pide a cada uno de ellos dos años de prisión.

En el banquillo de los acusados también se sentarán otras tres personas a las que el ministerio público les acusa de ser cómplices del delito de asesinato ya que supuestamente ayudaron y participaron en las labores de apoyo y logística.

Segundo asesinato en Estepona

El segundo crimen, lo cometieron supuestamente meses más tarde, el 20 de agosto, cuando uno de los acusados principales, encapuchado, mató a un hombre cuando se disponía a salir de su vivienda, ubicada en una urbanización de Estepona.

El asesinato sucedió en torno a las 3.32 horas cuando la víctima salió de su domicilio para accionar la apertura de su vehículo y, en esos momentos, uno de los acusados que había llegado con anterioridad a bordo de una bicicleta que había escondido tras unos contenedores de basura salió a su encuentro.

Con una pistola automática de nueve milímetros comenzó a dispararle hasta nueve veces sobre el cuerpo y a corta distancia lo que le causó la muerte de forma instantánea.

Acto seguido, el acusado cogió la bicicleta y al llegar a la garita de seguridad de la entrada de la urbanización salieron dos vigilantes para interceptarlo tras ser alertados por el ruido de los disparos, aunque los apuntó con la pistola y tras obligarlos a tirarse al suelo emprendió la huida en bici.

El resto de acusados se encontraban a escasos metros y al llegar a ellos dejaron abandonada la bicicleta que posteriormente fue recuperada por la Policía en unos matorrales.

En este segundo crimen, hay otro implicado, que también se sentará en el banquillo como cómplice del asesinato y se enfrentará a doce años de prisión.

Presuntamente les proporcionó la identidad y datos para el alquiler de un vehículo que solo fue utilizado para las labores del crimen y les ayudó para ocultar y arrojar a la basura una bolsa con diversos dispositivos electrónicos y geolocalizadores que habían utilizado en la vigilancia del asesinato.

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