Málaga

Kenneth, el tetrapléjico que supo readaptarse y ejerce como psicólogo

  • Tras sufrir un accidente hace dos décadas, perdió la movilidad de casi todo su cuerpo

  • Aún así, estudió la carrera y lleva años trabajando en su consulta de Mijas Costa

Kenneth Iversjö habla con un joven.

Kenneth Iversjö habla con un joven. / M. H.

Kenneth Iversjö dice que el apoyo de su familia y sus amigos fue clave en su “renacer”. Con 20 años, tuvo un accidente de esquí en Sierra Nevada y quedó tetrapléjico. Ahora tiene 40 y lleva casi una década ejerciendo como psicólogo.

“Mis padres tienen una forma de ser que ha forjado mi carácter. Somos una familia donde los problemas no existen, solo hay soluciones”, asegura. Y enseguida añade con firmeza: “Yo no me quiero vender como un ejemplo de superación”. Aunque sin duda lo es. Este malagueño que también se especializa en coaching señala que la clave está en “gestionar hacia la solución, no hacia el obstáculo”.

Antes del accidente, cuando era adolescente, Kenneth quería estudiar Fisioterapia. Como no lo consiguió, comenzó a formarse en quiromasaje y siatsu. Tiempo después, comenzó a trabajar como masajista en Marbella. Mientras, se capacitaba además en oesteopatía y reflexología podal.

Corría el año 2001. Fue entonces cuando, esquiando, se fracturó el cuello. Se quedó sin movilidad en brazos y piernas. Tuvo que pasar más de un año en el Hospital de Parapléjicos de Toledo. “Tuve que aprender a sobrevivir y a readaptarme”, explica. A pesar de que su vida había dado un giro de 180 grados, supo enfocar la situación hacia la solución. Por eso se apuntó a las clases de Informática que le ofrecía aquel centro sanitario y que le permitieron aprender a manejar un ordenador con movimientos de la cabeza y la boca.

De vuelta a casa, en Mijas, sus padres, sus hermanos y sus amigos le ayudaron en la readaptación. En 2004 comenzó a estudiar Psicología por la Universidad a Distancia (UNED). Aquel proyecto fue su impulso y su acicate para la supervivencia. Mientras se formaba en esta profesión, comenzó a trabajar como coaching. En 2012 acabó la carrera. Sus limitaciones físicas no fueron un obstáculo: Kenneth empezó a ejercer como psicólogo.

“Yo ya tenía una clientela como coaching así que el salto fue una cuestión natural”, explica. Cuando el accidente estaba aún relativamente reciente, se involucró con distintas asociaciones de lesionados medulares. A medida que pasó el tiempo, fue dejando atrás esa faceta de su vida. “No quería ser conocido como discapacitado, sino como psicólogo”, aclara.

Y lo ha logrado. Tiene su consulta en Mijas Costa. Además, acaba de crear el Instituto de Psicología Mente Clara que mediante su programa Germina ofrece herramientas de desarrollo personal. Entre su pensión y los ingresos por su trabajo, ha conseguido además su autonomía económica, algo muy difícil para las personas con discapacidad.

Cuando se le pregunta cómo reaccionan las personas que acuden a su consulta cuando ven que es tetrapléjico, contesta que “en la mayoría de los casos es algo que a la gente le llama la atención en los primeros instantes; pero luego pasa a un segundo plano”. Aunque rehuye a ser considerado un ejemplo de superación, admite que “quizás a algunas personas les ayude a relativizar su situación”. A continuación apunta: “Lo importante no es lo jodido que uno está, sino cómo transformas los límites para reforzarte”. Cuenta que tiene clientes de edades muy diversas. La mayoría afectados por ansiedad, estrés, confusión en la vida o problemas de pareja.

Cuando se le pregunta si desde su perspectiva, con las limitaciones físicas que sufre, cree que la gente a veces se ahoga en un vaso de agua, replica con rotundidad: “Puede que haya gente que se ahogue en un vaso de agua, pero aún así tiene mi máximo respeto. Porque el que lo lleva, lo entiende. Y si vienen a la consulta es que para ellos es suficientemente intenso”.

Aclara que no suele aludir a su situación para que las personas que le piden ayuda relativicen sus problemas. “La gente viene por sus problemas, no por los míos”, matiza. Pero acota que quizás tener delante a un profesional “que ha manejado una situación difícil” le pueda servir a alguien. Y concluye: “Quizás perciba ‘si esta persona ha superado lo que ha superado, seguro que puede ayudarme’”.

Explica que hace “un trabajo en equipo” con las personas que le piden ayuda profesional. Una tarea para que sepan superar los obstáculos y encontrar las soluciones. Y él, aunque sea reticente a ser considerado un ejemplo de superación, sabe de lo que habla…

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