Agricultura

La Mayora: ciencia al servicio de la agricultura

  • De sus investigaciones han salido, entre otros, el fresón de Huelva y los cultivos subtropicales

Estación Experimental La Mayora en Algarrobo.

Estación Experimental La Mayora en Algarrobo. / M. G. (Algarrobo)

Sesenta años han pasado desde que comenzasen las primeras investigaciones en cultivos en la Estación Experimental La Mayora de Algarrobo. Nació para “el estudio y fomento” de las exportaciones agrarias españolas, “principalmente las de hortalizas de características especiales, en particular de las variedades tempranas”. Entonces se le bautizó como “Centro Experimental Económico-Agrario La Mayora”. Hoy es el Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea (IHSM) integrado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic) dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación; y de la Universidad de Málaga (UMA).

Juntos han llevado a cabo importantes avances en el sector agrícola. Para comenzar este ambicioso proyecto, que el pasado 20 de mayo, cumplió 60 años se confió la dirección de La Mayora a Dieter Wienberg, alma mater de este centro. “Me llena de satisfacción y orgullo ver los enormes éxitos conseguidos en los últimos años, que no nos hemos podido imaginar jamás en los inicios”, señaló Wienberg con motivo de este sexagésimo aniversario.

En 1963 se firmó el convenio hispano-alemán constituyendo La Mayora como centro CSIC. El objetivo era desarrollar cultivos intensivos con potencial comercial, estudios que en poco tiempo ofrecieron unos resultados espectaculares.

Uno de los laboratorios ocupados por científicos del CSIC y la UMA. Uno de los laboratorios ocupados por científicos del CSIC y la UMA.

Uno de los laboratorios ocupados por científicos del CSIC y la UMA. / M. H. (Algarrobo)

Durante esos primeros años, los investigadores de La Mayora consiguieron el desarrollo del cultivo industrial de la fresa en el sur de España, dando lugar al cultivo de la fresa en Huelva que ha transformado la economía y exportación en la zona. Fue un gran éxito técnico porque se puso a punto una tecnología novedosa en España que permitió el cultivo de una variedad – después de probar con medio centenar californianas y europeas – perfecta de tamaño, color y sabor y resistente a las plagas.

El logro fue más allá, ya que consiguieron delimitar nuevas épocas para su plantación de forma que el mercado pagaba muy bien esta fruta temprana que consiguieron producir. Del éxito tecnológico pasaron al económico y social con la creación de miles de puestos de trabajo. Se extendió primero por Algarrobo, Torrox y Nerja hasta implantarse finalmente en Huelva.

Después introdujeron los cultivos subtropicales, como el mango y el aguacate, en la Axarquía y en Granada. Fueron pioneros en el abancalamiento y en la red de riego de la que aprendieron los agricultores. Con ellos han conseguido transformar los campos andaluces y los hábitos de consumo de españoles y europeos. En la Axarquía, como en Huelva, han supuesto una revolución económica para los agricultores y la proliferación de empresas productoras con miles de empleados.

En 1963, también fueron los investigadores de La Mayora quienes instalaron los primeros invernaderos que supusieron un salto cualitativo en la precocidad de las cosechas para que los productos llegasen a los mercados fuera de época. Una de sus últimas apuestas en el campo de la innovación es conseguir chirimoyas sin pepitas.

También trabajan en la posibilidad de que este fruto esté en el mercado en el mes de febrero o que el mango y el aguacate malagueño y granadino puedan comerse durante todo el año. Trabajan también con variedades poco conocidas pero que pueden ser muy rentables para los productores malagueños como el lichi, el longan o la start fruit, conocida también como la “carambola” o la “fruta de la estrellita”.

Junto a estos logros se ha conseguido mejorar los cultivos hortícolas y el empleo de estrategias sostenibles para el control de plagas y enfermedades como las producidas por la mosca blanca en el tomate o el oídio en el melón. Cuentan con 50 hectáreas completamente equipadas para la experimentación.

Enrique Moriones, director del IHSM La Mayora CSIC-UMA, llegó en 1995, al conseguir una plaza como Científico Titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). “Llegué a un centro que estaba en transición hacia un instituto de investigación más acorde con la objetivos de generación de conocimiento del CSIC tras años dedicado a una investigación muy aplicada y en estrecho contacto con el sector. Se apostó en ese momento por dotar al instituto con unos laboratorios modernos y con condiciones para poder emprender investigación más fundamental”, señaló Moriones recordando que en el momento de su incorporación “se hizo un esfuerzo considerable de modernización con peticiones de infraestructura de importante cuantía económica dirigida a modernizar los laboratorios”.

“Era un centro muy orientado hacia la investigación finalista tanto en fruticultura subtropical como en horticultura intensiva, que había permitido una importante transferencia de conocimientos hacia el sector tanto en aspectos de selección y mejora del material vegetal cultivado como en el manejo de los cultivos”, apuntó.

Cinco años después llegó Iñaki Hormaza, jefe del Departamento de Fruticultura Subtropical y Mediterránea del IHSM La Mayora CSIC-UMA. Había realizado un doctorado en la Universidad de California y un posdoctorado en Zaragoza investigando en frutales de clima templado. Entonces consiguió una plaza de investigador para trabajar con frutales tropicales en la Estación Experimental de la Mayora”. “Lo que me animó a presentarme a la oposición fue el potencial que vien la finca experimental que me iba a permitir llevar a cabo una carrera investigadora combinando la investigación más básica de laboratorio con el trabajo experimental en campo en una finca única en Europa”, relató.

Con respecto al futuro del IHSM, Hormanza consideró el potencial de la finca “tanto para conservar y utilizar la diversidad de distintas especies frutales tropicales como para avanzar en el desarrollo de sistemas de agricultura de precisión”. Estos, según dijo, “nos permitan adaptarnos a los retos que plantea el cambio climático y de esa forma seguir contribuyendo a la creación de riqueza en el medio rural”.Entre las nuevas líneas de invesgitación que hay abiertas, Moriones mencionó, la relacionada con la economía circular “que tanto está reclamando la sociedad en todos los aspectos de la producción agrícola”.

Para el director de La Mayora, el futuro pasa “por seguir avanzando en la incorporación de nuevos equipos científicos de calidad que permitan consolidar al instituto como referencia en la investigación agrícola tanto en España como en Europa”.

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