A Lanzarote con el susto en el cuerpo

Los 141 pasajeros que tenían previsto viajar de Barcelona a Lanzarote, pero que se vieron obligados a aterrizar en Málaga por problemas técnicos en su avión (un MD82 de Spanair como el siniestrado en Barajas) pudieron finalmente ayer llegar a las Islas Canarias. Con el susto en el cuerpo, los viajeros llegaron incluso a expresar su duda acerca de la avería que aludió la empresa para el desembarco. "Puede que la causa real fuese un exceso de precaución por parte de la tripulación", decía Ángel Sanz, uno de los pasajeros.

La mayoría no entendió el porqué del desvió a Málaga y expresó que el vuelo se estaba desarrollando "de lo más normal". "Nosotros no vimos que pasara absolutamente nada", apostillaba Sanz.

Spanair aseguró ayer que todos los viajeros prosiguieron su rumbo a la isla canaria, aunque José González, uno de ellos, explicó que volvió a Barcelona con sus hijos y su mujer porque ésta tenía miedo a volar después de todo lo sucedido. Otros estaban enfadados por haber perdido dos días de sus vacaciones, aunque la mayoría agradecieron el trato recibido por el personal de Spanair. Su avión tuvo que aterrizar en Málaga por un problema en el tercer generador, el de reserva, que fue luego revisado por dos inspectores de la Dirección General de Aviación Civil. El máximo responsable, Manuel Bautista, dice que dicha inspección no es habitual, pero que se realizó por razones de "cautela y sensibilidad". "Así nos quedamos más tranquilos".

El de Málaga no fue el único incidente. Ayer un avión de Spanair que cubre la ruta Granada-Barcelona tuvo que regresar al aeropuerto Federico García Lorca tras detectarse un problema técnico en pleno vuelo. Todo empezó mal para los 158 pasajeros del vuelo JK661, ya que salieron una hora tarde y sin la menor explicación. Sus familiares, mientras, se quedaron cerca del aeropuerto granadino para asegurarse de que el despegue se efectuaba sin incidencia. Tras unos veinte minutos de vuelo, comenzaron las turbulencias "mucho más fuertes de lo normal", según uno de los pasajeros. El piloto decidió regresar y el vuelo fue suspendido, aunque los pasajeros protestaron por la falta de información de Spanair.