Cuenta la abuela que cuando su hija le dijo que estaba embarazada de trillizos pensó que le estaba tomando el pelo. Ayer constató que no era ninguna broma. "Son preciosos, pero idénticos", reconocía Concepción Castro, la emocionada abuela.

Los pequeños nacieron por cesárea en el Hospital Materno con dos minutos de diferencia. Se llaman Jesús, Diego y José. Llegaron al mundo a las 10:33, 10:35 y 10:37. El padre, José Miguel Alarcón, admitía que están pensando en ponerle lazos de colores para distinguirlos hasta que les descubran marcas que los diferencien: "He visto a los niños y son guapísimos. Han nacido llorando, pero en la incubadora están tranquilos. Estoy deseando ver a la madre para darle un besazo".

Todo ha salido bien. Lo confirmaba el jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Materno, Alberto Reche: "El embarazo ha sido normal, triple, pero normal. Y los niños están bien".

Si todo evoluciona favorablemente, la madre, Rocío Plaza Castro, de 30 años, tendrá el alta dentro de cuatro o cinco días. Los niños, en una semana. Su peso ha oscilado entre 1.950 y 2.025 gramos. Debido a que son prematuros -de 33 semanas- permanecen en la unidad de Neonatología, pero con el soporte más básico.

El padre confesó que en las horas previas a la cesárea estaban un poco nerviosos. "A Rocío le dieron medio calmante y yo me tomé la otra mitad", comentó. Después, algo abrumado por la paternidad numerosa y el enjambre de periodistas, pidió un poco de tranquilidad.

José Miguel, de 31 años, es profesor de Matemáticas en un instituto de Mijas, pero ayer admitía que aún no ha hecho números de cuánto gastará en leche y pañales. "Es mejor no hacer cuentas", bromeó. No obstante, aclaró que la madre intentará darles algo de pecho y que la lactancia sea mixta.

La cesárea se hizo con anestesia raquídea, de modo que Rocío estuvo consciente durante todo el nacimiento de sus hijos. "Hemos hablado durante la última parte de la cesárea, así que he podido darle las felicitaciones en vivo", relató el ginecólogo. Luego, contando hasta tres con los dedos, Reche le dijo al padre: "Enhorabuena, enhorabuena, enhorabuena".

Tras la rueda de prensa, los abuelos y un tío posaron para la foto. La abuela materna contó que desde la última etapa del embarazo, la pareja está viviendo en su casa. Conchi afirmaba que ahora estará con su hija todo lo que pueda "para echarle una mano". "Bueno, habrá que echar las dos manos", se reía el abuelo materno, Domingo Plaza.

Los padres de José Miguel también han empezado a ayudar. De momento, se han quedado al cuidado del hermano pequeño, de dos años. Algunos miembros de la familia dicen que los trillizos se le parecen.

José Miguel confiaba en que no tenga dificultades para cobrar las ayudas previstas de la Junta y del Estado, aunque reconocía que ahora lo más importante es "el cariño" y tener el apoyo de su familia para sacarlos adelante.

Con los trillizos, la pareja ya tiene cuatro hijos. Todos varones. El padre comentaba ayer que no descarta "dentro de unos años" buscar la niña. Pero aclaró que, de momento, "la madre se niega".