"Llevar a los hijos al trabajo no es la solución, pero hay que visibilizar"
La emprendedora y madre malagueña considera el gesto de Carolina Bescansa en el Congreso un símbolo para poner sobre la mesa los problemas de muchas mujeres
No renunció a dejar de trabajar por ver crecer a sus dos hijas, de 4 años y 10 meses, respectivamente. Ni tampoco las dejó de lado por desarrollarse profesionalmente. La creativa publicitaria malagueña Laura Baena es la creadora del club de #malasmadres, que reivindica acabar con el concepto de superwoman, así como luchar por la racionalización de horarios. Tras la polémica con la diputada de Podemos Carolina Bescansa, que se llevó su bebé al Congreso de los Diputados, Baena reconoce que se trata de un acto "no adecuado" pero que sirve para "visibilizar".
-¿Qué reivindica el club de #malasmadres?
-El club desmitifica la maternidad y pone de manifiesto que los cánones y el modelo de mujer actual ha cambiado: no quiere dejar de lado su faceta profesional al convertirse en madre. Rompemos el mito de la madre perfecta y reivindicamos un nuevo modelo social de madre. Nuestra lucha por la conciliación es nuestra bandera porque queremos que las mujeres no tengan que renunciar a ver crecer a sus hijos ni a su carrera profesional. Buscamos que la compatibilización de la vida laboral y la profesional sea una realidad.
-¿Qué es una mala madre?
-Definimos al club de malas madres como un club con mucho sueño, poco tiempo, alergia a la ñoñería, con ganas de cambiar el mundo o al menos de morir en el intento… Una mala madre es todo esto unido al reconocimiento de que no somos perfectas, que nos gusta seguir siendo personas con nuestras aficiones, con tiempo para nosotras, que lucha por conciliar cada día y que también se ríe de sí misma por no ser una madre perfecta.
-¿Qué hace y qué no hace una mala madre?
-Una mala madre hace lo que puede pero no se fustiga por los errores que pueda cometer; y es consciente de que la sociedad la mira de reojo porque rompe las normas, tienes metas en la vida y planes en los que a veces no entran tus hijos.
-¿Qué es conciliar para ellas?
-Como para el resto de la sociedad: se trata de poder compatibilizar la vida personal y laboral sin morir en el intento, de encontrar fórmulas y establecer políticas en las que se facilite esto y en el que además se impliquen todos los agentes sociales. El 80% de las mujeres tienen problemas para conciliar según una encuesta que llevó a cabo el club y es un dato bastante significativo como para ser tenido en cuenta. Por eso hay que luchar para que la mujer no sea penalizada por ser madre, para que el hombre se implique en esta lucha y para que el Gobierno tome medidas reales.
-¿A quién recurre para ello?
-El problema es ese. Cada uno concilia como puede o le dejan, y la conciliación hoy día es para quienes pueden permitírselo a través de guarderías, ayuda externa y un largo etcétera. En el caso de los que no pueden contar con ayuda de ningún tipo, se obliga a que la mujer vuelva a casa y no pueda trabajar. Nos empujan a renunciar cuando no debería ser una opción.
-¿Dónde queda el papel del padre en esa conciliación?
-El papel del padre está ahí y es muy importante. Lo ideal sería una sociedad en la que la corresponsabilidad fuera un hecho, que sobre la figura paterna y materna hubiera un equilibrio total; pero para ello queda aún mucho y la Educación desde pequeños sería fundamental porque todavía hay estereotipos arraigados. En mi caso, tengo a un buen padre al lado que me permite ser la mala madre que soy. .
-¿Qué consecuencias ha tenido el que se haya extendido una idea de madre perfecta?
-El principal problema lo hemos tenido nuestra generación, una generación a las que nos han enseñado que con esfuerzo se puede conseguir todo, pero sin contarnos que un día te conviertes en madre y todo ese esfuerzo se va por donde vino porque te conviertes en alguien no tan válido como antes. Costará cambiar la estructura establecida pero el camino hay que empezarlo para que generaciones venideras tengan mejor suerte.
-¿Qué le pareció el gesto de Carolina Bescansa en el Congreso de los Diputados?
-Un símbolo para poner sobre la mesa el problema que tienen muchas mujeres para conciliar vida laboral y familiar. Llevar a los hijos al trabajo obviamente no es la solución, pero hay que visibilizar, sacar a la luz que los niños forman parte de la sociedad y que debemos cambiar para poder dedicarle más tiempo de calidad.
-¿Se ha tenido que llevar alguna vez a sus hijas al trabajo?
-Sí, me he visto en esa situación. Vivo lejos de la familia y cuando se han puesto malas me las he tenido que llevar a alguna reunión que otra. Es más, recogí un premio con la segunda hija cuando tenía dos semanas, consideraba que con quien mejor estaba era conmigo y, además, era lactante. La gente me miraba raro y es algo que debería ser lo más natural del mundo.
-¿Cómo concilia su vida laboral y personal?
-Para conciliar tuve que dejar mi trabajo como supervisora creativa en una agencia de publicidad. Supuso una dificultad encontrar un camino en el que poder flexibilizar. Como tantas mujeres concilio gracias a que me he convertido en mujer y madre emprendedora con horas de trabajo pero con la libertad de poder organizarme y no perderme momentos de la infancia de las hijas, que no volverán.
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