Astronomía

La Luna dejará paso a las estrellas

  • Las lágrimas de San Lorenzo se verán mejor que otros años gracias al novilunio del 14 de agosto. El momento idóneo para ver las Perseidas es la noche de mañana a las 23:50.

Cada año la Terra atraviesa una parte del espacio saturada de fragmentos del cometa Swift-Tuttle. Este hecho es el origen de uno de los fenómenos más bellos de la astrología: la lluvia de estrellas fugaces. Al contrario de lo que habitualmente se cree, es la atmósfera de nuestro planeta quien se pone en contacto con los meteoritos. El rozamiento de nuestro aire y los más de 100.000 kilómetros por hora a los que nos movemos son quienes encienden los fragmentos del cometa creando las estrellas fugaces, Perseidas o lágrimas de San Lorenzo, conocidas de esta manera por producirse durante las fiestas de este Santo, del 10 al 15 de agosto.

¿Podrían ser estos fragmentos peligrosos para el planeta? "La mayoría de estas fracciones son del tamaño de un grano de arena y para que alguno llegara al suelo debería tener el tamaño de una pelota de baloncesto en el momento de impactar con la atmósfera, de lo contrario, se desintegraría mucho antes de aterrizar", explica Luis Felipe Romero, doctor en física y profesor de la Universidad de Málaga.

Tampoco habrá que preocuparse por el momento en el que el cometa Swift-Tuttle y la tierra coincidan en sus órbitas. "No nos cruzaremos en su camino hasta el 15 de septiembre de 4479 y, aún así, la posibilidad de impacto será entonces del 0.0001%", aclara Ramos. El momento idóneo para ver la lluvia de estrellas fugaces es la noche de mañana a las 23:50. En ese momento contactan con la atmósfera en torno a cien fragmentos por hora. Aunque prácticamente la mitad de ellos no son visibles desde la superficie terrestre.

Este año las Perseidas, conocidas así porque parecen nacer de la constelación de Perseo -situada al norte-, se verán con mayor facilidad debido a la luna nueva que ocurrirá el 14 de agosto. "Sin esa contaminación lumínica, será mucho más fácil observar los pequeños resplandores de las estrellas fugaces", anota Ramos. Es recomendable buscar zonas alejadas de los núcleos urbanos y de la humedad de la costa para observar las lágrimas de San Lorenzo en toda su plenitud. 

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