De Málaga a Marruecos en Mobylette

Trece motoristas, algunos con verdaderas reliquias, recorrerán los 2.500 kilómetros que separan Benalmádena de Sidi Ifni

Salvador Ruiz (Efe) / Málaga

16 de febrero 2009 - 01:00

Trece viejos ciclomotores Mobylette de 49 centímetros cúbicos, algunos con 30 años cumplidos, recorrerán 2.500 kilómetros de Benalmádena a Sidi Ifni (Marruecos) y vuelta en una nueva aventura de unos intrépidos que el pasado año ya cumplieron su reto de hacer 1.800 kilómetros hasta el Sahara. Volverán así a Marruecos, pero ahora estas pequeñas motos recorrerán 700 más y llegarán hasta Sidi Ifni, una ciudad atlántica situada a 800 kilómetros al suroeste de Rabat y que fue cabeza de un enclave que perteneció a España entre losaños 1912 a 1969.

Recorrerán una media de 250 kilómetros diarios del 2 al 12 de marzo, siempre y cuando no tengan grandes contratiempos, según explicó a Efe Antonio Marín, que da como casi seguras las averías que sufrirán los vehículos en tan largo camino. Esta es la tercera ruta a Marruecos en mobylette de un grupo que el pasado año tuvo que soportar incluso una nevada, lluvia, frío y viento y llegaron a la primera meta, una zona de dunas del Sahara, con dos de las motos remolcadas con cuerdas.

Su primer destino será Algeciras, donde embarcarán con destino a Tánger, y después se desplazarán hasta Larache; al día siguiente seguirán hasta Casablanca pasando por Kenitra, Sale, Rabat y Mohammedia; y el tercero irán a Safi dejando atrás El Jadida y Sidi Bennour. La cuarta etapa será de Safi a Essaouira, y desde allí a Agadir y la quinta hasta Sidi Ifni pasando por Tiznit.

Después tienen previsto un día de descanso, aunque dependerá de si tienen o no problemas mecánicos o meteorológicos en el recorrido de ida. Suelen padecer las típicas averías de estos vehículos antiguos en la bujía: "o se suelta el tubo de escape con facilidad debido a las vibraciones que parten la abrazadera que lo sujeta al motor, además de problemas eléctricos con el condensador sin contar la bombillas, la correa del plato polea o el pinchazo", explica Marín.

Muchas dosis de paciencia requieren estos valientes e ir preparados para cualquier eventualidad que se pueda presentar en una aventura llena de peripecias que supone unos gastos aproximados por persona que se aproximan a los 600 euros. Aseguran que cuidan sus ciclomotores como verdaderas reliquias y el cariño que les dispensan es correspondido por las máquinas al resistir el tremendo esfuerzo supuesto por tan peculiar viaje.

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