Málaga, 100 años después

En la capital de comienzos del siglo XX poco más de un 20% de los ciudadanos sabía leer y escribir · Agricultura, pesca y ganadería daban empleo a más del 50% de los trabajadores

Málaga, 100 años después
Málaga, 100 años después
Remedios Cuevas / Málaga

11 de mayo 2008 - 01:00

El escenario es el mismo, pero sus habitantes han cambiado muchísimo. La ciudad de Málaga de 1900 que retrata el censo de la época contaba con poco más de 130.000 habitantes de los que poco más de un 20 por ciento sabían leer y escribir. Una centuria ha bastado para que la misma capital presente un panorama bien distinto: 561.250 residentes con unas cifras de analfabetismo testimoniales (menos de un 3 por ciento) y una pujanza del sector servicios que los ciudadanos de hace 100 años, atados a la agricultura, la ganadería y la pesca, ni se hubieran atrevido a imaginar.

Los archivos del Instituto Nacional de Estadística recogen todas las cifras. Las de comienzos del siglo XX y las actuales, tan distintas que requieren de la interpretación de expertos en la materia. "El formidable crecimiento de la población ha tenido que ver con los procesos de litorización de esa población, que precisamente ahora tienen más fuerza que nunca", explica Carmen Carvajal, profesora de Geografía Humana de la Universidad de Málaga. Es decir, que si la ciudad ha multiplicado por cuatro sus habitantes durante el último siglo ha sido gracias a la espectacular pujanza del litoral, más acusada aún en municipios como Benalmádena o Marbella, que han pasado de los 2.000 y 9.000 residentes respectivos de 1900 a los 28.000 y 80.000 de hoy en día. Salta a la vista que el salto ha sido más grande en estas localidades costeras.

Pero, ¿por qué sucede esto en el siglo XX y no antes? El historiador Manuel Muñoz Martín, que lleva años investigando el XIX, aporta un dato clave, el fin de las epidemias que diezmaron la población malagueña en las décadas previas al siglo XX. "Llegó un momento en que no habría más de 70.000 habitantes. Hubo que repoblar", apunta este experto.

El catedrático de Historia Moderna de la UMA Juan Sanz Sampelayo señala otro fenómeno que abonó la posterior expansión demográfica de las zonas litorales: "Hasta bien entrado el siglo XVIII la costa había estado prácticamente abandonada porque había incursiones de moriscos y de berberiscos". El fin de esos ataques y el de las epidemias fueron así determinantes en el gran crecimiento poblacional de la costa, casi inversamente proporcional al de algunos municipios del interior. Localidades como Alpandeire, Cañete la Real o Salares han perdido hasta las tres cuartas partes de su censo durante los últimos 100 años, según reflejan las tablas de ambas etapas.

El abandono de algunos oficios y el alumbramiento de nuevas ocupaciones son otras realidades recogidas en los censos comparados. La foto fija del de 1900 nos muestra una Málaga fundamentalmente agrícola, ganadera y, sobre todo, pescadora. Más del 50 por ciento de la población activa de entonces vivía de estos sectores que, hoy por hoy, dan trabajo a menos del 5 por ciento de habitantes.

Por otro lado, en el listado de profesiones recogidas en el censo de 1900 se incluían apartados tan pintorescos como el de Asilados, enfermos, locos, presos y presidiarios y el de Mendigos, vagabundos y prostitutas que hoy, lógicamente, no tienen cabida en este tipo de registros oficiales.

El avance del siglo XX traería consigo la progresiva erradicación del analfabetismo, aunque como apunta la profesora Carvajal ese avance no llegaría a dar sus frutos hasta después de la entrada en vigor de la Ley General de Educación de 1970. "Antes, con la II República, se hicieron grandes intentos. En un sólo año se llegaron a crear miles de escuelas, pero todos esos esfuerzos no llegaron a cuajar. Hubo que esperar a la ley del 70", señala esta experta.

La igualdad que hoy tanto se predica desde las instancias oficiales se fraguó a lo largo de la centuria. Las mujeres que hoy son mayoría en muchas facultades de Málaga y que, según las estadísticas oficiales, sacan incluso mejores calificaciones que sus compañeros varones se sorprenderían al asomarse al censo de 1900. Entonces, el 60 por ciento de los que no sabían leer eran de sexo femenino. Su progreso es otro más de los avances que ha traído consigo el siglo que ya se fue.

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