Los números siguen dando la razón a quienes desde hace años viene señalando a Málaga como un lugar especial para vivir. La provincia mantiene intacto su atractivo en el mapa nacional como emplazamiento a los que anualmente trasladan su lugar de residencia miles de familias, no solo españolas, sino también extranjeras. Y aunque las cifras de 2020, quizás por el efecto disparo del Covid, son algo inferiores a las de 2019 y 2018, sigue apareciendo entre las primeras plazas.

Así lo confirma el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su última actualización de las variaciones residenciales en el territorio nacional, correspondiente al pasado ejercicio. Un trabajo que desglosa de manera detallada las altas y bajas en los padrones municipales de habitantes motivadas por cambios de residencia. 

Conforme a estas valores, Málaga cerró 2020 con un saldo positivo de 16.757 personas, el cuarto más elevado de toda España. De todas ellas, 13.366 eran extranjeras por 3.391 españolas. Sólo están por delante aplicando esta variable provincias como Barcelona, con un saldo positivo de 24.412; Valencia, con 21.606, y Alicante, con 17.357. Por el contrario, aparecen por detrás provincias como Madrid, con un dato favorable de 8.500 personas, y Sevilla, con 4.752, por ejemplo.

Estos parámetros dan continuidad a la imagen que traslada la provincia como una de las zonas más demandadas del país. De hecho, desde 1998 (la fecha desde la que el INE ofrece datos) todos los ejercicios el saldo de habitantes es favorable. Todos menos uno, 2013, en el que sí fue negativo. Sea como fuere, los valores más recientes están alejados de los años del boom inmobiliario, caso de 2004, cuando el saldo residencial fue de 40.935 nuevos censados.

Cambian su residencia a Málaga más personas de las que se van tanto a escala nacional como internacional. De esta forma, el saldo exterior fue de 12.904 personas en 2020 y el interior de 3.853. Este último valor que se alcanza al comparar los 54.963 ciudadanos que eligieron Málaga como provincia de destino (de ellos, 38.936 eran españoles, mientras que los restantes 16.027 eran extranjeros) y de los 51.110 vecinos que hicieron el camino inverso, es decir, que salieron de Málaga hacia otros territorios.

Una de las cuestiones que permite contestar la información del INE es ¿quién se viene a vivir a Málaga desde otros puntos de España? El dato más alto es el de los propios malagueños que cambian de residencia dentro de la provincia, pues el año pasado se contabilizaron 20.630 cambios en el padrón. 

Si se elimina ese número de autóctonos, se puede observar que el año pasado trasladaron su vivienda a la provincia personas de 51 provincias. La mayoría procedían de Madrid (2.302), seguida de Córdoba (1.551) Cádiz (1.501), Granada (1.324), Jaén (1.054) y Barcelona (1.009). Han cruzado todo el país para empadronarse en la provincia, por ejemplo, 244 personas de Bizkaia, 98 de Cantabria o 108 de Pontevedra.

En el aspecto internacional Málaga contabilizó el año pasado 16.027 altas en el padrón de personas extranjeras, de las cuales 6.865 procedían de países europeos, 3.081 de África, 4.892 de América, 1.156 de Asia y 20 de Oceanía. Por países, los que presentan mayor número de altas fueron Marruecos, con 2.667; Reino Unido, con 1.868 (de ellos, 1.445 son movimientos dentro de la misma provincia de Málaga), y Colombia, con 1.168.

Málaga tiene un saldo positivo de variaciones residenciales y el INE permite hacer un análisis pormenorizado por municipios. Así se puede comprobar que Málaga capital contabilizó un saldo positivo de 1.367. No obstante, llama la atención de que este valor es resultado sobre todo del empadronamiento en Málaga de 2.480 extranjeros, tras la marcha de 1.113 españoles. También fue favorable el saldo en Marbella, aunque con apenas 86 vecinos más empadronados.