Málaga conecta ya con Almería por autovía tras 20 años de obras

La conexión por autovía entre Málaga y Almería, la denominada Autovía del Mediterráneo, tiene el dudoso honor de ser una de las carreteras que más tiempo han tardado en construirse en España. Desde que el Gobierno de Felipe González pusiese las bases de una infraestructura clave para los tres territorios atravesados por la misma (Málaga, Granada y Almería) -la orden para el estudio informativo data de 1990- han transcurrido más de veinte años hasta su culminación. De González a Mariano Rajoy, quien ayer protagonizó la puesta en servicio del último de los tramos pendientes de ejecución, Carchuna-Castell de Ferro, en suelo granadino. Tras el paso dado, ya es posible ir en coche sin necesidad de abandonar la carretera de alta capacidad desde Málaga capital hasta Almería, lo que requiere de alrededor de dos horas y veinte minutos. Un logro que no ha estado carente de sobresaltos, dada la complejidad orográfica del terreno sobre el que se ha desarrollado parte de la obra y las dificultades económicas que en los años de crisis económica han afectado a las inversiones estatales.

El propio Rajoy subrayaba ayer que la Autovía del Mediterráneo ha supuesto una de las obras "más complejas" de las últimas décadas a nivel nacional, al tiempo que incidía en la "extraordinaria trascendencia" económica de la misma. En este punto, aludió a la "enorme importancia" que tiene para los centros empresariales y el sector turístico, al conectar todo el Mediterráneo con Málaga, Motril y Almería. La apertura de este último trazado permite, además, completar el Corredor Mediterráneo, de 1.440 kilómetros de longitud, que se extiende desde Cádiz hasta la frontera con Francia.

Los primeros beneficios de la infraestructura viaria ahora culminada se remontan a mediados de los años 90, cuando entró en servicio el tramo de unión de la ronda de circunvalación de Málaga capital con la vecina localidad de Rincón de la Victoria. Desde ese momento, los hitos se sucedieron en posteriores prolongaciones hasta Algarrobo, en 1998, y Frigiliana, en 2000. La parte correspondiente a la provincia de Granada echó a andar con la puesta de la primera piedra a la altura de Almuñécar en 2002. Sin embargo, el recorrido entre Nerja y Almuñécar no fue abierto hasta 2007. Ese fue el momento en que quedó completada la parte del puzzle correspondiente a la costa malagueña. A partir de ahí, y hasta la fecha de ayer, se han sucedido los trabajos sobre suelo de la provincia de Granada.

Esta última pieza tiene una longitud de 10 kilómetros de autovía, con un presupuesto de 118,1 millones de euros, cantidad que, sumada al coste de redacción del proyecto, al importe estimado de las expropiaciones y al coste de la asistencia técnica para el control y vigilancia de las obras, arroja una unos 164,5 millones. Según los datos aportados ayer desde el Gobierno, con este tramo el Ministerio de Fomento ha puesto en servicio seis segmentos de la Autovía del Mediterráneo en la provincia granadina, con 47,3 kilómetros y una inversión de 1.090 millones, que alcanza los 1.123 millones con la suma de otros tajos. En el caso de la provincia de Málaga, los tres tramos entre Rincón y Nerja supusieron en su día una inversión de unos 180 millones de euros, según los datos de adjudicación de los proyectos.

A la inauguración asistieron, además de los responsables del Ejecutivo central, el consejero de Fomento de la Junta de Andalucía, Felipe López, y otras autoridades como el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, y el presidente del PP de Almería y de la Diputación Provincial, Gabriel Amat, quien valoró que la finalización de la infraestructura permitirá conectar la provincia con el aeropuerto internacional de Málaga en menos tiempo y favorecer el turismo.