Málaga escribe su historia en sus árboles decanos

La ciudad cuenta con plantas de más de 150 años · Los Heredia y los Larios trajeron multitud de especies en sus viajes

Málaga escribe su historia en sus árboles decanos
Málaga escribe su historia en sus árboles decanos
Leandro Pavón / Málaga

19 de agosto 2012 - 01:00

Hablar de los Heredia es hablar de Málaga. Durante mucho tiempo, el nombre de esta familia ha ido ligado al de la ciudad, y esto se incluye incluso en la botánica. "La familia Heredia traía plantas en sus barcos en sus viajes, porque Amalia las coleccionaba. Así se empezó a traer esa gran cantidad de plantas exóticas". Así explica la profesora del área de biología en la Universidad de Málaga María del Mar Trigo el comienzo de una flora local tan particular. Pese a que esto es parte de verdad, la mayoría de plantas que poseían ella y su marido, Jorge Loring, en casa eran de los jardines que en su viaje de novios por toda Europa iban viendo y comprando.

Su residencia se establecía en la Finca de la Concepción. Antes de la adquisición del inmueble por parte de la pareja, los limoneros abundaban en el terreno, pero Amalia lo convirtió en un jardín espectacular, cambiando cítricos por plantas exóticas. Los propietarios tuvieron la ayuda del jardinero francés Jacint Chamousset, que se ocupaba de cultivar y cuidar las cultivos.

En el centro del jardín se puede apreciar una araucaria heterophylla que puede rondar los 150 años de edad. Es el árbol más alto de toda la provincia con casi cincuenta metros de altura, y puede que el más veterano a vista del ciudadano. "Los árboles más ancianos están en los jardines más antiguos", dice María del Mar Trigo con mucha lógica, por lo que en La Concepción debe estar el ejemplar más antiguo en una finca que no sea privada.

Su procedencia es de la isla de Norfolk, cerca de Australia, lugar que las flotas del padre de Amalia visitaban. Pese a la antigüedad de la planta, los ficus de la Concepción no andan muy atrás en cuanto a edad, ya que son de las primeras plantas que se cultivaron allí.

Otros ficus de gran edad son los plantados en la Alameda Principal. Concretamente son ficus retusa, traídos nada menos que desde la India. La inauguración de este espacio fue en 1785, con una extensión mucho menor que la que tiene ahora y adornada sólo con álamos. Cuando se amplió esta céntrica avenida, que en sus inicios estaba inspirada en el Paseo del Prado madrileño, los ficus retusa embovedaron la calle, creando un espacio de recreo a la sombra. Especialmente llamativo es el ejemplar situado enfrente de la iglesia de Stella Maris, con un gran tronco del que seguro más de un malagueño habrá recibido un golpe en la cabeza en Semana Santa de su fruto marrón, pequeño y duro.

Otra especie de ficus es el majestuoso árbol que se puede ver en los Jardines Picasso cuando se circula por el Puente de las Américas. Es un ficus mucronatum de origen australiano, y llama la atención de todo el que pasa por allí por sus grandes y largas raíces colgantes, que llegan a meterse bajo tierra y vuelven a salir para fijar la planta. Estos jardines eran propiedad de los Larios, y siempre fue conocido como Jardines de la Aurora por la fábrica que allí estaba presente desde 1856, rodeada entre todas estas plantas exóticas. Su nombre cambió por el centenario del nacimiento del pintor malagueño.

Si en el centro de la ciudad hay un punto de encuentro para los amantes de las plantas éste es el Parque de Málaga. Como todo jardín público de esta ciudad, los personajes históricos malagueños tienen su peso en su creación. Cánovas del Castillo fue el primero, ya que aprobó una ley en 1896 para delimitar la zona de los Muelles en el terreno ganado al mar.

A este le siguió el marqués de Larios, que impulsó la creación de este parque para hacer las veces de frontera, y recibió ayuda en su proyecto de arquitectos como Miguel Rivera, Guerrero Strachan, Adolfo Crooke y Joaquín de Rucoba. Una de sus plantas más representativas es la encephalartus laurencianus en la esquina junto a la Aduana. Éste fue un regalo del propio marqués al Parque por su inauguración.

Entre las especies más antiguas que viven en el recinto se encuentran los Taxodium mucronatum más comúnmente conocidos como Cipreses de la noche triste. Es una planta mexicana que puede alcanzar hasta los cuarenta metros de altura. Antiguos son también los Strelitzia nicolai, nombre recibido en honor del duque Nicolás de Rusia, o más conocidos aquí por Aves del Paraíso. Sus representantes más atractivos se sitúan en el Parque y en la puerta del Ayuntamiento. Los del Parque miden más de cuatro metros y medio, tamaño muy considerable para lo que suele alcanzar esta planta.

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