Málaga

Málaga fue la provincia andaluza con más suicidios en el año 2020

  • Es la primera causa de fallecimiento no natural

  • Expertos sospechan que el aumento del 7,4% en España se debe a la pandemia y aconsejan a las personas con ideas suicidas que pidan ayuda

Los expertos señalan que las personas con ideas suicidas deben pedir ayuda porque hay recursos para atenderlas.

Los expertos señalan que las personas con ideas suicidas deben pedir ayuda porque hay recursos para atenderlas. / M. H.

Un total de 194 personas se quitaron la vida el año pasado en la provincia de Málaga. Prácticamente una cada dos días. Es, al igual que a nivel nacional, la primera causa de muerte no natural. Pérdidas “evitables” según los expertos. Por ello, aconsejan a quienes les rondan ideas suicidas que pidan ayuda porque hay recursos que, aunque mejorables, están a su disposición para que encuentren una salida. “Es un problema social de primer orden que nos atañe a todos”, sostiene Miguel Guerrero, psicólogo clínico experto en conducta suicida. Durante años fue un tema silenciado por la prensa para, teóricamente, evitar un efecto contagio. El resultado fue su invisibilización. Ahora los especialistas aconsejan abordar el asunto para que se vea su magnitud y se diseñen estrategias de prevención.

Hasta 2008, a nivel nacional, los accidentes de tráfico eran la primera causa de muerte no natural. Las mejoras en la seguridad vial derivaron en una caída de esa mortalidad y desde entonces, de manera ininterrumpida, los suicidios son la primera causa de muerte no natural en España. También en Málaga.

Las 194 muertes en la provincia de Málaga por esta razón corresponden a cifras de la Administración de Justicia. Difieren de las del Instituto Nacional de Estadísticas, que son inferiores. Según los datos del INE, en 2020 hubo en Málaga 163 suicidios. Pero también conforme a estas estadísticas fue la primera causa de muerte no natural (Guerrero explica que la “infranotificación” del INE se debe a limitaciones metodológicas del registro de los datos).

Para comprender la dimensión de este “problema de salud pública” basta mirar los números del INE sobre Málaga: los suicidios (163) triplican con creces los fallecimientos en accidentes de tráfico (52). La población es consciente de la mortalidad en las carreteras por las reiteradas campañas de sensibilización que han contribuido a su disminución, pero no la magnitud de suicidio, ni del sufrimiento del suicida y de su entorno.

A nivel nacional, se registraron 3.941 suicidios en 2020, un 7,4% más que en 2019 y récord desde que en los 80 comenzó a registrarse esta información. Los expertos tienen la hipótesis de que este pico de casos es consecuencia de la pandemia. Guerrero explica que esta crisis sanitaria no causa suicidios directamente, pero que sumada a otros factores de riesgo, “aumenta el deterioro de la salud mental de la población”. Es decir, que la pandemia ha incidido de forma negativa en los factores de riesgo, como son los trastornos psicológicos (ansiedad, depresión, estrés), el aumento de consumo de alcohol y drogas, el impacto económico del Covid (desempleos y ERTE), la soledad o la mayor dificultad para acceder a la asistencia sanitaria.

Tres de cada cuatro personas que se suicidan son hombres. La razón es que la presión social y cultural les lleva a pedir menos ayuda que las mujeres y que el sistema, según los especialistas, no está suficientemente preparado para atender y prestar apoyo a los varones. Además, porque los hombres utilizan métodos más letales (ahorcamiento, precipitación o disparo) que las mujeres (ingestión de fármacos). Y de ahí que éstas representen el 26% de las muertes, pero tripliquen a los hombres en intentos de suicidio.

Guerrero resalta que son muertes “evitables”, pero que hay que poner ya en marcha estrategias de prevención para que los coletazos de la pandemia no sigan incrementando las estadísticas. “Hay gente preocupada por las cifras, pero no ocupada en la prevención. Hay que actuar ahora para prevenir que los datos vayan a más”, advierte.

Para ello, insiste en que hace falta un plan nacional contra el suicidio y estrategias preventivas en varios frentes. La llamada prevención universal, con campañas de sensibilización contra el suicidio y políticas públicas para mejorar la accesibilidad a la Salud Mental. La selectiva, para la población vulnerable o de riesgo, como personas con problemas de salud mental, que han perdido un familiar precisamente por suicidio, mayores solos, población penitenciaria o víctimas de violencia de género, entre otras. Y la prevención indicada, para los que hayan manifestado su intención de quitarse la vida o que ya lo hayan intentado con anterioridad. Guerrero insiste en que hay recursos, que hay salida y que hay profesionales a su disposición para ayudarles.

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