Málaga

Málaga recula y sube la tarifa del agua progresivamente en cinco años: en 2024 subirá 4,79 euros

De la Torre bebe agua durante el Pleno.

De la Torre bebe agua durante el Pleno. / Javier Albiñana

El Ayuntamiento de Málaga finalmente recula y aplicará la subida de la tarifa del agua en cinco años y progresivamente. El malestar vecinal se ha debido sentir en la Casona del Parque y Emasa subirá los seis euros de media mensuales, pero en una escalera que pasará de cerca del 80% del aumento anunciado este 2024 hasta el 100% a partir de 2029. 

Así, partiendo de la subida media anunciada por el alcalde, Francisco de la Torre, junto a los concejales de Economía y Sostenibilidad Ambiental, Carlos Conde y Penélope Gómez, respectivamente, el recibo en 2024 no subirá los seis euros mensuales de media para una familia de tres habitantes, sino en 4,79 euros. O lo que es lo mismo, 9,58 euros en la factura que pagan cada dos meses las familias malagueñas.  Administrativamente, se ha optado por no implantar un canon específico para financiar las inversiones, de forma que quedará integrado en las tarifas.

En el segundo año (2025) se subiría en unos 0,36 euros más al mes; otros 0,36 en 2026; 0,48 adicionales en 2027 y otros 0,48 en 2028. De este modo, cuando se complete esta modificación en su quinto año de aplicación, cada vivienda acabará pagando, de media, en torno a 6,47 euros más al mes respecto a lo que paga actualmente (unos 20 céntimos más al día). Es decir, cada hogar pasará de abonar 14,59 euros a 19,38 euros al mes de media en 2024 y 21,05 euros en 2028, lo que supondrá un promedio al final del quinto año del 44,3% más en lugar del 47,7% estimado en los primeros estudios. En este sentido, cabe recordar que el incremento de la recaudación se va a destinar no sólo a garantizar el equilibrio financiero de Emasa, sino también a la ejecución del plan de inversiones y a la prestación de nuevos servicios.

Esto se deriva de los documentos técnicos que Emasa ha hecho públicos en el Portal de Participación Ciudadana y que adelanta Sur. Los mismos se publicaron el lunes para que pasen la audiencia pública y que empresas, ciudadanos o colectivos puedan presentar alegaciones, en caso de que las hubiera, hasta el 20 de noviembre. Una vez pasen las mismas, podrán ser aprobados por el Consejo de Emasa y, entonces sí, ser definitivos. 

Así, durante el primer año, el aumento en el cobro no será del 42% anunciado en un primer momento, sino de algo más de un 32% de la tarifa que los ciudadanos vienen pagando este 2023 y que tiene los precios congelados desde 2016, ocho años si se tiene en cuenta que el siguiente aumento para el bolsillo del ciudadano no entrará en vigor hasta 2024. 

Parte de esta subida se destinará, según justifican desde Emasa, a hacer frente a la subida de los costes, en tanto que el IPC ha subido un 24% en los últimos ocho años. Sin embargo, la subida será gradual porque la aplicación del aumento de cobro por los servicios de depuración y saneamiento se hará paulatinamente. En el caso de la depuración partirá de un 72% del coste el primer año, mientras que el saneamiento lo hará escalonadamente a partir de un 92,7% del aumento total pretendido.

Otra de las novedades que recoge el borrador de la ordenanza es la eliminación del recargo de impulsión, que actualmente afecta a más de 47.000 usuarios y que aporta unos ingresos anuales cercanos al millón de euros; además, el concepto de desalación quedará integrado en la tarifa de abastecimiento. 

Los ingresos también servirán para poner en marcha un plan de inversiones en infraestructura cifrado en 100 millones y cuyo plazo de ejecución será de seis años. Los principales objetivos de este plan son aumentar la eficiencia en la producción de agua potable, renovar las redes, eliminar puntos críticos en caso de inundaciones, reducir un 80% los residuos arrojados al mar, la separación de redes (para alcanzar un 60% de la misma dotada con sistema separativo), producir y distribuir hasta 500 litros/segundo de agua regenerada y renovar instalaciones (digitalización y mejora de la eficiencia energética), así como la ampliación y creación de nuevos colectores. 

La inyección financiera permitirá además que Emasa preste servicios que antes no hacía. En este sentido, destaca el mantenimiento de las injerencias de saneamiento, es decir, del tramo de conexión que separa a las viviendas de las tuberías generales, cuyo arreglo actualmente es competencia del usuario o comunidad de vecinos (hay más de 84.000 en toda la ciudad). De la misma forma, asumirá el mantenimiento de la red de aguas exclusivamente pluviales, que suponen incorporar al mantenimiento ordinario más de 600 kilómetros de redes, 40 kilómetros de arroyos embovedados y 58.488 imbornales. Estos nuevos servicios costarán 7,29 millones de euros anuales. 

A todo lo anteror es necesario añadir la ampliación de un 25% del Fondo Social de Emasa (pasará de 500.000 a 625.000 euros), que sirve de reserva para ayudar a pagar las facturas del agua a aquellas viviendas cuyos habitantes atraviesen por dificultades económicas. Del Fondo Social se beneficiaron 1.364 hogares en 2021 y 1.025 hogares en 2022.

Desde la oposición, que vienen llamando tarifazo a esta subida, denuncian que, "tras dos meses pidiendo documentos y papeles nos llegó a la vez que se publicaba en el Portal de Participación, el lunes a las seis de la tarde". Cabe recordar que junto a la Iniciativa ciudadana contra el tarifazo del agua pidieron al Ayuntamiento que convocase una Mesa del Agua en la que se pudiera consensuar el aumento del recibo, apuntando que en 2015 resolvió un conflicto similar. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios