La capacidad de producción de los vinos tintos y blancos elaborados en Málaga aún está a años luz de los Ribera del Duero o Rioja pero sí pueden competir en calidad con numerosos caldos de las dos denominaciones de origen más conocidas de España. Las bodegas malagueñas especializadas en este tipo de vino, ubicadas en su mayoría en la zona de la Serranía de Ronda, son pequeñas, tienen unos niveles de comercialización muy reducidos y, en ocasiones, una única persona es la encargada de gestionar todo el proceso, quedando reducida a una bodega de autor. No obstante, eso no está siendo un impedimento para saltar no sólo al mercado local y nacional, sino incluso al extranjero.

Estados Unidos suele poner muchos impedimentos a las empresas extranjeras que quieren exportar productos alimentarios. Sin embargo, este país se ha convertido en el mejor cliente internacional de los tintos y blancos malagueños hasta el punto de que prácticamente ha triplicado su volumen de importación en sólo dos años. En 2007 las bodegas malagueñas comercializaron 10.000 litros de vino tinto y blanco en EEUU, en 2008 esa cantidad se elevó hasta los 13.500 litros y, en lo que va de año, ya se han distribuido más de 23.000 litros, y, según fuentes del Consejo Regulador de Denominación de Origen Málaga y Sierras de Málaga, "se podrían llegar a alcanzar hasta cerca de 30.000 litros porque hay una fuerte tendencia al alza en este mercado". Exportar 30.000 litros es una cantidad mínima -los Rioja o Ribera del Duero más conocidos exportan millones de botellas- "pero Málaga ha llamado la atención en este tipo de mercados por la calidad".

Federico Schatz (en la imagen de abajo) es uno de los bodegueros más conocidos en Ronda, hasta el punto de ser el maestro de otros muchos que han decidido entrar en el mundo del vino en los últimos años. Exporta sus caldos desde hace tres años a EEUU "y cada vez tenemos una mayor presencia aunque es un proceso lento", explica. Schatz comercializa vinos ecológicos y eso encarece el precio aunque, según afirma, eso no le ha impedido hacerse con una cartera de clientes en el país norteamericano, principalmente en restaurantes y tiendas gourmet, que son los principales puntos de entrada de los productos malagueños en ese gigante mercado.

Otra bodega que está empezando a hacer sus pinitos en EEUU es La Capuchina, ubicada en Mollina. Susana García es la propietaria y la que hace todo en la empresa. Apenas produce 10.000 botellas al año aunque ya está exportando a EEUU, Suiza y Holanda. "Lo hacemos en pequeñas partidas pero poco a poco vamos abriendo mercado", afirma. García subraya que el estadounidense prefiere el vino tinto aunque "quieren caldos que sean baratos y para nosotros es un problema porque, al tener una producción tan reducida, tenemos los precios muy ajustados y a eso hay que sumarle el coste del transporte o el distribuidor, lo que nos hace ser menos competitivos".

Acceder a los mercados exteriores se está convirtiendo en una prioridad para las bodegas malagueñas pues, como explica Schatz, "el consumo ha bajado en España y tenemos que buscar otros destinos". Precisamente la semana pasada una decena de bodegas visitó Hong Kong de la mano de la Cámara de Comercio de Málaga y el programa Málaga Conarte. Schatz fue uno de los que acudió al evento y destacó las posibilidades de negocio que se abren, en general, en todo el mercado asiático. "En China gusta mucho el vino dulce pero también están abiertos a probar otro tipo de productos. No es un mercado saturado y la gracia es que allí no conocen ningún tinto español, por lo que les da igual comprar un Rioja que un vino de Málaga", explica este bodeguero.

Flavio Salesi, propietario de la bodega Descalzos Viejos, también participó en la misión comercial a Hong Kong y asegura que "las vibraciones son buenísimas". "Hay un público interesado, con un poder adquisitivo alto y con interés por saber lo que estamos haciendo en Málaga", añade Salesi, quien relata que almorzaron con los principales importadores del país y participaron en una pequeña feria de productos malagueños. Contaron además con el apoyo de Lau Chi-Sun, uno de los personajes mediáticos más conocidos en el mundo del vino en China al ser el propietario de la revista Wine Now Magazine.

China no está aún entre los principales mercados de los tintos y blancos malagueños aunque, a poco que se lo propongan, aumentarán su peso notablemente en los próximos años. Mientras tanto, tras EEUU, los principales clientes de las bodegas malagueñas son Suiza, Bélgica, Dinamarca, Gran Bretaña, Canadá y Alemania, según los datos del Consejo Regulador.

José María Losantos, propietario de la bodega Doña Felisa, explica que "empezamos a exportar el año pasado porque muchos de los vinos de Málaga se aprecian más fuera que dentro porque somos nuevos y porque en España todo el mundo está muy cogido al Rioja o al Ribera". Señala que "es complicado vender el vino de Málaga fuera pero hemos hecho muchas cosas en poco tiempo y, aunque la exportación es dura, es una salida importante para bodegas pequeñas como las nuestras". Doña Felisa, que elabora el Chinchilla, vende en EEUU, México, Suiza o Alemania y, frente a los grandes trasatlánticos del sector, Losantos defiende el hueco que los pequeños tienen en el mercado "porque siempre hay personas a las que les gusta probar productos nuevos".

El vino de Málaga más conocido ha sido siempre el dulce y es el que acapara la mayor parte de las ventas. En 2008 se vendieron 2,2 millones de litros y, de esa cantidad, sólo 330.000 litros pertenecen a la denominación Sierras de Málaga, la que engloba a los tintos y blancos. Sin embargo, estos caldos son cada vez más conocidos tanto en España como el extranjero y empiezan a gozar de reconocimiento. Por ejemplo, en la Guía Peñín 2010, una de las más prestigiosas de España, aparecen dos tintos calificados como excelente. Son el DV Conarte, un tinto de autor con 12 meses en barricas de roble francés de Bodegas Descalzos Viejos, y Capuchina Vieja Conarte, un coupage de syrah y cabernet franc.