Málaga allana el camino para visitar los restos romanos excavados bajo el Museo Thyssen
Será en grupos máximos de 10 personas y con 30 minutos de diferencia entre visita y visita
Urbanismo tendrá que ejecutar una habitación estanco para garantizar las condiciones de humedad temperatura
Málaga/Camino despejado para que a lo largo del año que viene, previsiblemente, cualquier ciudadano que acuda al Museo Thyssen de Málaga pueda visitar in situ los restos romanos excavados en su sótano. Si hace poco más de un mes se detallaba el proceso seguido para hacer factible esta operación, los responsables de la Gerencia de Urbanismo confirman la buena nueva conocidos los últimos avances realizados a la hora de fijar el modo en que se materializan esas visitas al emplazamiento. Sobre ello, se apunta que serán grupos de 10 personas como máximo los que puedan acceder al espacio arqueológico, con pausas de 30 minutos.
En cualquier caso, para avanzar de manera definitiva en esta especie de cuenta atrás, el organismo municipal tendrá que incorporar a la propuesta de adecuación un elemento más a los ya ejecutados en estos años: una habitación estanca de paso previo al sótano.
La finalidad no es otra que "garantizar el equilibrio y mantenimiento de las condiciones de humedad y temperatura para la correcta conservacion del patrimonio histórico que queremos poner en valor", expone el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, quien califica de “gran noticia” este avance. De acuerdo con los cálculos realizados, el proyecto que estaba sobre la mesa tendrá que ser modificado, estando prevista su licitación por entre 300.000 y 350.000 euros.
Apenas una veintena de peldaños de escalera separan el siglo XXI, adornado de los cuadros que lucen en las paredes del Museo Thyssen, del siglo I, cuando los romanos campaban por Malaca y el mar tocaba casi la que hoy es la calle Cisneros. El subsuelo de la pinacoteca está adornado de restos de una antigua vivienda romana, de piletas de salazones de pescado que tanto peso tuvieron en la economía de la época y, sobre todo, de un aún hermoso ninfeo (una fuente) decorado de peces (varios atunes, un voraz, entre otros) y paneles pintados.
Una pieza que según los especialistas es "única en Málaga por el nivel de conservación que tiene". Una fuente que, según el arqueólogo Pedro Sánchez Valdés, estuvo funcionando durante 300 años. "Estuvo echando agua desde el siglo II hasta el siglo V", explicaba en una reciente visita a la zona.
Tras años de tortuosa labor, los técnicos han encontrado el punto de equilibrio que va a hacer posible que el año que viene se abra el recinto a la entrada de personas. La actuación final adecuará el recinto con pasarelas peatonales y un sistema de iluminación especialmente pensado para este espacio.
No es la primera ocasión en la que el momento en que se abran los restos del Thyssen al común de los mortales está cerca. Pero siempre ha surgido alguna alteración que ha obligado a retrasar los planes. El avance principal para hacer posible es el control que ya se tiene sobre los niveles freáticos.
Para ello, han sido construidos cuatro pozos en el emplazamiento y se dispone de bombas de bombeo para actuar en caso de necesidad. Sobre una de las paredes del sótano se puede observar aún una ligera marca que permite medir hasta dónde llegó el agua en algunas de las ocasiones. Una fase que ya se da por superada. Además del ninfeo son relevantes los restos de lo que fue un complejo productivo romano dedicado a la manufactura de salazones de pescado. Esta zona, en concreto, "era el equivalente a un polígono industrial”, añadía el arqueólogo.
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