Málaga

Malaganzters, los amos del break dance

  • El grupo malagueño gana el último campeonato andaluz Asisten a más de 20 competiciones al año para los que entrenan a diario

El break dance es su baile, su deporte, su forma de expresión, de conectar con los demás, de compartir y dejar a un lado los problemas. "No queremos vivir del baile, sino vivir bailando", dicen algunos de los integrantes de Malaganzters y esa filosofía es la que trasladan al escenario. Compiten en más de 20 certámenes al año por toda la geografía española y fuera de nuestras fronteras. Y ganan títulos. El pasado mes de octubre vencieron ante más de una treintena de grupos en el Campeonato Andaluz de Break Dance, organizado por el Instituto Andaluz de la Juventud. Con los 9.000 euros del premio recorrerán Tailandia para competir.

El grupo está formado por nueve jóvenes malagueños, uno almeriense y otro holandés, aunque afincado en Mijas. Nueve son bboys, es decir, bailarines y dos dj's. Como Malaganzters llevan desde 2008, aunque los integrantes más veteranos se iniciaron en el baile hace ya 13 años. Fueron finalistas del certamen andaluz en 2009 y en 2011 y con sendos galardones pudieron viajar hasta Tokio y Nueva York como abanderados del break dance que se hace aquí.

Alejandro Morales, Miguel Mateos y Cristian Naranjo, al igual que sus compañeros, entrenan todos los días entre 3 y 4 horas. En salas cedidas por las instituciones practican un baile que exige una gran forma física, además de una buena alimentación y un descanso apropiado, "como un deportista de élite", afirman. Pero sus vidas no se reducen a esta manifestación artística. Miguel, que tiene 19 años, estudia segundo de Historia del Arte en la UMA y Alejandro imparte clases de baile. Además, el grupo actúa en discotecas, en hoteles, en teatros o en anuncios publicitarios, organizan eventos y competiciones porque son los veteranos de la escena malagueña.

"Antes ganábamos mucho con el baile, teníamos actuaciones fijas, fiestas en Olivia Valere en Marbella, por ejemplo, pero la crisis se ha notado mucha, y los bailarines se están marchando fuera", explica Alejandro, que recuerda cómo tenía que ver una y otra vez los VHS para hacerse con los movimientos de los bboys en algún vídeo musical. Ahora con internet todo es más fácil. "En la Feria vi a gente bailando y empecé a hacerlo sólo, en discotecas, y así fui encontrando a gente del mundillo", apunta Cristian. Para Miguel, el más joven, internet ya le había facilitado mucho el camino. También la difusión institucional con concursos como el que organiza todos los años el IAJ. Eso hace que crezca la cantera local.

"Paz, amor, unidad y pasarlo bien". Ése es el lema que lleva implícita la filosofía del breakdance en cada batalla, en las que un dj independiente pincha música y los grupos se enfrentan, de manera individual o con coreografías colectivas, con la única regla de "no poder tocar al adversario", explica Cristian. El esquema lo volverán a repetir el próximo mes de enero en Almería. Duelo en el desierto se titula el certamen en el que el año pasado quedaron finalistas y al que acudirán nuevamente para llevarse los 4.000 euros y el reconocimiento público.

El break dance, como cuentan los Malaganzters, llegó en los años 80 y "en los 90 vino el bajón, prácticamente desapareció, pero volvió la fiebre en torno al año 2000 y ya no se ha ido". Sin embargo, es una manifestación cultural urbana vinculada a prejuicios. "Habría que aspirar a quitar esos prejuicios, los que bailamos no somos gente tirada, sin estudios o peligrosa, entrenamos más y con mayor disciplina que un chico que juega al fútbol", señala Miguel Mateos. Ellos son los amos del break dance y están preparados para librar sus próximas batallas.

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