Manual urgente de supervivencia

¿Detesta usted la Feria, o cuanto menos es poco feriante, y está obligado a quedarse en Málaga hasta el próximo domingo 22? l No se venga abajo: este año el desastre dura una jornada menos y además aquí le ofrecemos una completa guía de alternativas sin salir de la ciudad l En diez días, todos calvos

El nuevo Parque del Cine, en Teatinos. Meterse ahí puede parecer una prueba dura, pero al menos no habrá borrachos ni empujones.
El nuevo Parque del Cine, en Teatinos. Meterse ahí puede parecer una prueba dura, pero al menos no habrá borrachos ni empujones.

AVERIGUAR por su propia cuenta dónde diantre está el Cerro de la Tortuga; cumplir aquella promesa que brindó a su madre en su infancia y subir a la capilla del Monte Calvario, si es preciso sin calzado; aprender los pasos básicos del tango, aunque sea con lecciones particulares; visitar la casa en la que vivió El Lute, en Mangas Verdes; recoger agua en la fuente pública de la Huertecilla de Mañas, en Campanillas; sin moverse mucho del sitio, comprobar si queda algún eucalipto en La Fresneda; poner al día su correo electrónico; intentar colarse por algún lado en el túnel del Metro en la Carretera de Cádiz; atreverse a entrar en el Art Natura de la Tabacalera, a ver qué hay; calcular el periodo exacto de retraso en la construcción del Auditorio; domiciliar sus impuestos y facturas; solucionar los 23 problemas matemáticos de Hilbert; solicitar una audiencia al Papa; disfrazarse de faraón, plantarse frente a la nueva sede de la Gerencia de Urbanismo y recaudar donativos; comprar las malagueñas en una panadería distinta a la habitual; encadenarse a la escultura del Cenachero para exigir un cine de verano en Málaga, pero un cine auténtico, no el manifiestamente mejorable programa municipal de proyecciones en los barrios; practicar la polinización con abejas en su jardín; comprar en Amazon discos, películas o libros de los que carezca por completo de referencias; perder algo de peso (ha llegado el momento); ganarlo; sobornar a algún capataz para que le deje visitar a sus anchas las obras del Palacio de la Aduana; ir de una vez a la Caja Blanca, a ver qué hacen allí; llevar a alguien querido a cenar a la pizzería L' Albero, en Los Guindos; domesticar un camaleón sin que se entere el Seprona; deshacerse de los medicamentos inútiles e incluso caducados que aún conserva en ese cajón; ir a misa; aprender de memoria todos los componentes químicos de la penicilina y sus enlaces; enterarse al fin de quién es el presidente de su comunidad de vecinos; dar un paseo por Alegría de la Huerta; promover la candidatura de Francisco Ibáñez para el premio Príncipe de Asturias; aprender a cocinar el pato laqueado (no vale usar la termomix); leer El Capital; escribir un final alternativo para Perdidos; proponer al Ayuntamiento que dediquen una calle a Sarah Palin después de que Michelle Obama declinara la invitación a visitar la Fundación Picasso; escribir una conclusión alternativa para el Tractatus de Wittgenstein; probar las hamburguesas del Carpanta del Arroyo de los Ángeles; reclamar a la Agencia Española de Protección de Datos que eliminen todos los archivos relacionados con usted; abrir una entrada en la Wikipedia para Enrique Salvo; visitar el nuevo Parque del Cine en Teatinos, por más que opine que ni Jesús Gil en uno de sus mayores arrebatos de autarquía hubiera parido un engendro semejante; aprender aquellas nociones de griego clásico que se le quedaron en el tintero; colaborar con alguna causa benéfica; cambiar radicalmente de peinado antes de que su cónyuge vuelva a casa; trabajar; decidirse a rebozar las gambas con tempura; comprar un mueble en Ikea y exigir que se lo monten en casa; montarlo usted mismo; recabar firmas para que prohíban las peleas de gallos en Canarias; proponer a José María Cano como Hijo Predilecto de Málaga; proponer un concierto de José María Cano en la Plaza de Toros; proponer una gran exposición en el futuro Museo Thyssen con obras de Van Gogh, Turner y José María Cano; escuchar los últimos cuatro cuartetos de Schubert; sacarse el abono del Málaga; guardar de una vez la ropa de invierno en el canapé; liberar algún gato de una pérfida tienda de mascotas; limpiar su ordenador de virus y su teclado de parásitos; buscar un parecido razonable a María Gámez; ver en su salón La noche del cazador; dejar de fumar; suscribirse a Málaga Hoy, si es que no lo ha hecho todavía.

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