Primera semana de septiembre. Manuel Villafaina nos atiende en su restaurante. A pesar de ser un martes los hay que todavía apuran sus vacaciones en la costa. Es la una de la tarde y nos pide que tomemos asiento mientras termina de solventar un problema con las cuentas. Mientras tanto, la estampa habitual del verano se repite. Parejas y grupos de turistas comienzan a ocupar las primeras mesas con vistas al mar, luego en el paseo marítimo, y comienza la ronda: que si calamaritos, que si una de paella, que si espetos. "A esta invita la casa". Es su forma de agradecer y celebrar con los clientes su primer medio siglo de vida detrás de la barra.

El chiringuito Los Manueles inició su andadura en el año 1968, cuando Torremolinos aún era un barrio pesquero de Málaga hasta que se independizó en los 80. Comenzó siendo un merendero desmontable, levantado sobre cañizo sin saneamiento, luz, ni agua corriente. "Al principio las concesiones eran de seis meses y te obligaban a montar y desmontar cada verano", explica este empresario. El montaje se realizaba antes del comienzo de la temporada turística y podía durar alrededor de un mes. El desmontaje requería menos tiempo, pero suponía el fin a seis duros meses de trabajo. Hasta que siete años después aquel chiringuito desmontable se convirtió en un local algo más amplio y sólido y Los Manueles pasó a ser un chiringuito de madera acorde con el desarrollo del turismo de aquella época. En 1992 ya no era aquel merendero que desaparecía a finales de verano. "Los clientes que conocieron aquella época reconocen el cambio que se ha vivido desde entonces. Esto es un no parar, siempre estamos en transformación", señala.

Por su restaurante han pasado presidentes del gobierno, deportistas de élite y artistas

Tanto es así que, tras una década de trámites, confía en obtener al fin la concesión por 15 años, renovable de manera automática por otros 15 años más, lo que le permitirá afrontar una inversión paralizada desde hace años. Es una vieja reivindicación de los empresarios de playa, que esperan poder modernizar sus instalaciones este invierno de cara a la próxima temporada turística. En el caso de Los Manueles, esto se traducirá en mayor luminosidad con grandes cristaleras, además de incluir más tecnología con wifi y aplicaciones móviles desde las que poder reservar mesa en el restaurante e incluso realizar tu pedido desde casa. Esto supondrá una inversión de alrededor de 200.000 euros. "Lo ideal sería empezar en octubre y acabar en marzo. Son obras que no durarán más de un mes, pero no vamos a cerrar todos los chiringuitos a la vez, sino que lo iremos haciendo de forma escalonada para seguir dando servicio a los clientes durante el invierno", apunta.

En la actualidad, se ha convertido en uno de los merenderos de referencia de Playamar, por donde han pasado ilustres personajes, desde presidentes del gobierno, ministros, y toda una cartera de políticos de diferente rango y color, hasta deportistas de élite, actores, cantantes y una larga lista de ilustres comensales. Pero rehúsa dar nombres, prefiere preservar la intimidad de sus clientes, aunque con mucho cariño aún guarda algunas de las fotografías, como la que protagoniza junto al tenor Alfredo Klaus, firmada por el cantante lírico. "Por aquí han pasado ya hasta cuatro generaciones de clientes. Vienen chavales a los que conocí cuando eran niños con sus padres y abuelos, y ahora lo hacen con sus propios hijos", comenta.

A sus 70 años Villafaina no tiene indicios de querer jubilarse. Natural de Badajoz pero afincado en Torremolinos desde hace 50 años, inició su andadura empresarial siendo aún muy joven. Primero con una discoteca también en Torremolinos, seguido de un restaurante y el propio chiringuito. Fue precisamente la periodicidad de este último lo que le llevó a abrir otras puertas. De hecho, tras desmontar el merendero una vez terminada la temporada pasaba tres meses en Alemania, donde trabaja en un restaurante. Durante varios años compaginó todos estos negocios hasta que se dedicó de pleno a Los Manueles, donde hoy trabaja junto a su hijo. Además, es miembro fundador de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga (Aeplayas) de la que es presidente desde el año 2010.