Marbella supera a Málaga y lidera la venta de viviendas en la provincia

El mercado inmobiliario despierta con fuerza en Málaga tras años de laxitud por la crisis financiera y económica. El año pasado se realizaron en la provincia un total de 23.929 transacciones inmobiliarias de viviendas, lo que supuso un crecimiento del 28,5% respecto al ejercicio anterior, según los datos oficiales publicados ayer por el Ministerio de Fomento. Este organismo ofrece información por municipios y, al analizarlos, se puede observar que se ha producido un cambio de liderato, pues Marbella ha superado a Málaga.

La capital fue en 2013 el municipio donde se realizaron más transacciones de viviendas, con un total de 3.147, seguida de Marbella con 3.106. En 2014 se han cambiado las tornas y Marbella lidera la tabla, con 3.997 transacciones frente a las 3.947 de la capital. La diferencia, en ambos años, es mínima, pero se ha decantado a favor de Marbella porque en este municipio la venta en 2014 creció un 28,7% y en Málaga un 25,4%.

En líneas generales, la compraventa de viviendas creció en todos los grandes municipios de Málaga, con la única excepción de Rincón de la Victoria. El aumento más significativo se ha producido en Torremolinos, con un alza del 70% sobre los datos de 2013, mientras que en Benalmádena se vendieron un 54,8% más de pisos. En la costa occidental también vieron incrementadas sus ventas Estepona (27%), Fuengirola (32%) o Mijas (15%). En la costa oriental la tendencia fue dispar, hasta el punto que hubo datos para todos los gustos en las tres principales cabeceras. En Nerja se elevaron las transacciones un 38%; en Vélez Málaga hubo un 15% más de operaciones; y en Rincón disminuyeron un 3,6%. En el interior, por su parte, Ronda apenas creció un 2,5%, Antequera un 10%, y Alhaurín de la Torre un 31%.

Comprar o no un inmueble depende de numerosas condiciones, que hacen que suba o baje el total. La primera suele ser la confianza y parece que ésta repunta. Los ciudadanos tienen la percepción, apoyada en el hecho de que la economía creció en torno a un 2% el año pasado, de que lo peor ya ha pasado y que tiene menos opciones de perder su empleo, de forma que se arriesga más a la hora de adquirir una vivienda. Las entidades financieras, por su parte, siguen con el grifo prácticamente cerrado pero, una vez saneadas y superados los test de estrés, empiezan a respirar y a recordar que su negocio es prestar dinero y cobrar intereses, si bien el mercado inmobiliario sigue causando cierto temor porque son muy recientes los desatinos realizados y tienen muchos activos inmobiliarios depreciados. Si crece la confianza y aumentan las ventas, el precio vuelve a crecer y eso está provocando que la demanda latente no espere más, ya que es consciente de que el precio tocó fondo y ahora lo va a empezar a encontrar todo más caro. Ahí se encuentran tanto particulares como inversores. Estos últimos -desde grandes fondos de inversión hasta personas que tienen ahorrados en torno a 150.000 euros- han tirado de la compra de inmuebles con la confianza de obtener una rentabilidad razonable -se estima que sobre un 5%- mediante su posterior venta o alquiler.

Málaga tiene además la particularidad de que es uno de los lugares favoritos de los extranjeros no residentes a la hora de adquirir un inmueble. De hecho, es la segunda provincia española con mayor movimiento tras Alicante. El año pasado los extranjeros no residentes en España compraron 1.160 inmuebles en la provincia malagueña, un 16% más que en 2013. Está lejos de alcanzar, por ejemplo, el volumen de 2006, cuando se llegó a las 3.799 operaciones, aunque se demuestra que el sector recupera el pulso. El peso de los no residentes sobre el total de transacciones es pequeño, un 4,8%, pero podría ir a más si no se les perjudicara desde el punto de vista fiscal. Los constructores malagueños denuncian que se están perdiendo ventas porque se está sometiendo a los extranjeros a una "asfixiante presión fiscal" con tasas como el impuesto de patrimonio o la subida del IBI, mientras que otros destinos competidores como Portugal tienen un régimen fiscal mucho más favorable.