urbanismo

El Marqués de Larios, a restaurar

  • Con el traslado de la figura se da inicio a un proceso de estudio de posibles patologías y limpieza, que podría alargarse unos dos meses

Los operarios trabajan para llevarse la estatua del Marqués  de Larios

Los operarios trabajan para llevarse la estatua del Marqués de Larios / Javier Albiñana

Quien quiso contemplar el histórico levantamiento de la estatua que a finales del siglo XIX le dedicó Málaga al Marqués de Larios, el segundo para más señas, tuvo que madrugar. A las 6:00 operarios se pusieron manos a la obra para bajar a la figura de mármol y bronce de su pedestal e iniciar el traslado a las instalaciones que la empresa Chapitel, a la que se han encargado los trabajos de restauración, tiene en Antequera.

Pasarán del orden de dos meses antes de que el señor de la chistera, con la que aparece el noble, vuelva a lucir sobre las cabezas de los peatones que a diario circulan por el centro de la ciudad. Lo hará, eso sí, en un nuevo emplazamiento, más al norte de donde fue colocado por vez primera en 1889 con la pretensión de que presidiese la Alameda de la época. El traslado forma parte del proyecto de reurbanización de este eje viario, que incluye la peatonalización de sus dos laterales, dejando abierto al tráfico solo la calzada central. El basamento que soportará el conjunto escultórico al que dio forma Mariano Benlliure ya se encuentra instalado en su posición definitiva, en entronque mismo con la calle Larios.

Pero qué fase se inicia ahora. Rafael Díaz, gerente de la empresa Chapitel, relata que una vez en el taller el primer paso será el de determinar el estado en el que se encuentra la estatua. Para ello, contará con la colaboración de la Universidad de Granada, que realizará "un estudio analítico de las corrosiones, pruebas de limpieza, hará una toma de muestras para determinar qué patologías tiene". Díaz precisa que será en el momento en que se disponga de estos resultados "cuando se hará una propuesta de tratamiento".

No obstante, el responsable de Chapitel subraya la incidencia negativa que ha tenido sobre el conjunto su localización junto a una de las salidas de aires del aparcamiento de la Plaza de la Marina. "Hay un efecto chimenea, de temperatura y de humo que es lo peor tanto para la piedra como para el bronce; es una chimenea de contaminación", expuso. Para sanar la imagen del marqués y del resto de elementos que componen la totalidad de la pieza, Chapitel dispondrá de una decena de trabajadores. "Habrá unos para los cortes, otros para los taladros, otros estarán en la restauración..."

El gerente de Chapitel admitió que la labor de restauración permitirá dotar de una "mayor homogeneidad a la imagen; tendrá una pátina más homogénea que en el momento actual", en el que la suciedad y la contaminación ha afectado en diferente grado sus diferentes elementos. Sobre el debate del desplazamiento, como experto en la materia, admite que el pensamiento del autor cuando recibió el encargo por parte de la ciudad y dio forma a la figura era el de que estuviese siempre en ese punto de la Alameda. No obstante, coincidiendo con el análisis de los técnicos de Urbanismo, señala que el traslado permitirá una mejor observación del conjunto por parte de los vecinos. "Hasta ahora estaba en un punto como de paso; ahora se va a disfrutar más del monumento y se podrá apreciar toda su calidad", apostilló.

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