Masajes poco recomendables

Alerta ante la proliferación de supuestos masajistas que ofrecen sus servicios para tratar a los clientes en la misma playa

Una masajista, con sombrero blanco, ofrece sus servicios en una playa de Fuengirola.
Una masajista, con sombrero blanco, ofrece sus servicios en una playa de Fuengirola.
Desirée Bea / Fuengirola

20 de agosto 2008 - 01:00

Estamos en la playa, disfrutando del sol y de repente se nos acerca una persona generalmente de rasgos asiáticos, vestida de blanco, con una mochila a cuestas que nos ofrece un masaje supuestamente profesional y relajante por un coste muy barato. ¿Qué hacer? Escenas como estas se repiten al cabo del día y es cierto que a veces cuesta rechazar la tentación de disfrutar de un buen masaje.

Pero la realidad es que muchas de estas personas ni siquiera son masajistas de verdad, sino inmigrantes que han llegado a España con el propósito de mejorar sus condiciones de vida y han terminado optando por una vía fuera de la ley, sin permiso para ejercer prácticas sanitarias y sin pagar impuestos lo que les permite vender servicios a precios muy reducidos.

En este sentido los costes pueden variar de forma muy notable. Según una veraneante de la playa fuengiroleña Puerto Sol, los masajes en los pies están a 5 euros la hora y los de cuerpo entero por el doble. "Esta mañana me han venido tres chicas diferentes, pero yo me niego porque no me fío de ellas", cuenta la mujer negando con la cabeza. Sin embargo, otra chica que ha vivido la experiencia -buena, según cuenta- dice que un masaje de medio cuerpo le costó unos 15 euros. Otra masajista ilegal dice que un amasamiento de cuerpo entero sale por 20 euros. Todo depende de quién se quiera dejar masajear y a raíz de ahí la supuesta "profesional" negocia el precio.

Independientemente de si son masajistas o no, la higiene es otro problema añadido. Muchos de estos servicios se realizan bajo condiciones poco saludables. A menudo no cambian la toalla sobre la cual realizan los masajes, ni se lavan las manos antes de comenzar su tarea, lo que puede provocar contagio de hongos u otras enfermedades dermatológicas. "Lo peor de eso es que también se corre el riesgo de estropear una contractura y dañar el lugar", explica Maribel Blanco, esthéticienne y masajista profesional. "Es importante saber qué puntos hay que tocar y para eso hay que ir siempre hacia la parte de arriba del músculo, nunca hacia abajo". Blanco añade además que un masaje profesional cuesta como mínimo entre 30 y 40 euros.

Muchos se preguntarán cómo este tipo de personas pueden estar rondando por las costas de Málaga sabiendo que está prohibido y la cuestión es que para detener a las masajistas hay que pillarlas ejerciendo esta actividad ilegal, algo que no resulta fácil, puesto que "saben que están siendo observadas por los servicios de vigilancia", indica la responsable de la playa mencionada. "Muchas veces las vemos correr por la playa y eso significa que ya las están buscando, pero ellas huyen y saben dónde esconderse". Así que todo queda en sanciones administrativas, como indicó hace unos días en rueda de prensa el concejal de Turismo de Fuengirola, José Sánchez, quien añadió que durante el mes de julio se habían puesto más de cien sanciones de este tipo y desaconsejó someterse a estas prácticas.

Habrá quienes hayan disfrutado con este tipo de servicios playeros y habrá quienes se hayan decepcionado, pero lo cierto es que parece más apropiado invertir un poco más de dinero y acudir a un verdadero profesional. Porque la salud es lo primero.

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