Carmen de la Fuente, presidenta de Samiuc

Médico intensivista, ante el coronavirus: “Seguimos en riesgo; no tenemos inmunidad”

  • Carmen de la Fuente es médico intensivista y preside la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (Samiuc) desde 2016

Doctora Carmen de la Fuente, presidenta de SAMIUC.

Doctora Carmen de la Fuente, presidenta de SAMIUC. / M.G.

Carmen de la Fuente (Jaén, 1964) es médico intensivista y preside la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (Samiuc) desde 2016. Sus últimos meses los ha dedicado a la extenuante labor de luchar contra el SARS-COV-2, analizando las dificultades que planteaba y actuando para frenar la devastadora crisis sanitaria que ha vapuleado el planeta. Ahora hace una lectura constructiva y advierte de que aún es necesario mantener el esfuerzo para prevenir nuevos contagios porque “todavía no hemos terminado del todo”.  

–¿Cómo ha afrontado Samiuc la llegada del coronavirus? 

En Andalucía la oleada ha sido más tardía, por lo que hemos tenido la suerte de poder recurrir a la experiencia de compañeros de otras partes más golpeadas por el virus, como Madrid, y a la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias para prepararnos para lo que venía. Hemos trabajado coordinados para tener claro qué recursos necesitábamos, intentando adaptarnos al plan de contingencia. Hablar semanalmente con otros grupos de infecciones nos ha permitido compartir problemas, dificultades y soluciones entre hospitales.

–Enfrentarse al SARS-COV-2, un virus del que poco se sabía, debe imponer, a priori ¿cuáles fueron sus principales miedos?

–Precisamente eso, que era desconocido. Tuvimos que prepararnos, estudiar sus posibles consecuencias y efectuar una auténtica puesta a punto revisando bibliografía y protocolización. Mientras, los equipos de UCI seguían trabajando con miedo al contagio y atendiendo, además, otras patologías urgentes. Se optó por protegernos y sectorizar todo correctamente para salvaguardar tanto al paciente como al personal sanitario. La Sociedad (Samiuc) realizó un trabajo incesante, reforzando plantillas sin mirar efectivos ni horas.

–Una vez imbuidos en la vorágine de la crisis sanitaria, ¿qué preocupaciones le trasladaban sus compañeros?

El miedo al contagio ha sido uno de los principales temores. Puede que la pandemia nos pillara desprevenidos, sobre todo a sectores con un contacto más directo con pacientes de riesgo, como las urgencias. Cumplir las medidas de protección sanitaria es esencial. El miedo ahora se enfoca al repunte por incumplir medidas. 

–¿El coronavirus ha destapado carencias del sistema? 

–Sobre todo organizativas y de estrés. Es muy duro trabajar tantas horas con los EPI, por lo que establecimos sistemas de rotación del personal, dejamos a parte de los profesionales en reserva, por si había contagios, y se aisló a los que padecían patologías previas. Además, hemos contado con un voluntariado tremendo. Se ha realizado un esfuerzo inmenso para aglutinar especialistas. La colaboración multidisciplinar con todos los equipos ha sido fundamental para la integración con los pacientes. Se ha realizado un trabajo en cadena con todo el hospital.

-¿Han aflorado necesidades no identificadas hasta ahora en las UCI?

– Una de las cosas más útiles ha sido incorporar la tecnología para acercar a los pacientes a sus familiares, en momentos en los que eran imposibles las visitas por el riesgo de contagio. Hemos tenido que asegurarnos de que las instalaciones físicas permitían el aislamiento de casos con patologías de este tipo analizando los equipamientos y dándole una vuelta a la obsolescencia de algunos equipos. Así, hemos concluido que se necesita más personal para mantener la ratio de críticos. Éste es el momento para revisar los estándares. 

–¿Qué procedimientos implantados durante estos meses han venido para quedarse?

–Con respecto a los pacientes, el empuje de la tecnología para mantener la conexión con sus familias. Debemos asegurarnos de que hay wifi en todas las áreas pues la incorporación de videoconferencias nos ha ayudado mucho. Además, ahora queda analizar los datos desde el punto de vista de la enfermedad y, por supuesto, la necesidad de tratamientos para su cura. En Samiuc hemos elaborado unas recomendaciones básicas que deberíamos implantar para que todas las UCI puedan responder ante un posible rebrote. Hemos recopilado medidas que creemos fundamentales para atender a pacientes críticos cumpliendo con estándares de calidad que respondan a las observaciones de las sociedad científica.

–Ahora que la presión asistencial se ha calmado, ¿cuál es su plan para encarar la desescalada en las UCI?

–Pretendemos mantener listas ciertas áreas con posibilidad de aislamiento para proporcionar cuidados intensivos y poder responder con eficacia en caso de que repunten los contagios. Será necesario el análisis de la plantilla y mantener todos los estándares.

–¿Cuál es el contexto actual en las UCI andaluzas? 

–La situación es diferente en cada hospital. Muchos centros hospitalarios ya no tienen ingresados con covid-19 pero otros aún sí. Además, hay bastantes enfermos crónicos complejos que necesitan rehabilitación y mucho tiempo de ingreso. También los que, tras superar el coronavirus, vuelven con complicaciones tardías que conllevan un reingreso, como fenómenos tromboembólicos. Todavía no hemos terminado del todo.

–Con la llegada del calor se espera un descenso de los contagios...

–No está claro que las altas temperaturas hagan descender la presencia del virus en el ambiente. Si han bajado los casos es consecuencia de haber estado confinados. Debemos seguir recomendando a la población la importancia de guardar las distancias. No debemos bajar la guardia.

–¿Tienen un plan B por si suben los contagios este verano y encuentran a los hospitales en pleno plan estival, con menos camas y personal de vacaciones?

–En verano la actividad asistencial será menor, pero debemos estar preparados por si hay un pico de infecciones. Esta pandemianos ha demostrado que, de un día para otro, te puede cambiar la vida.

-¿Cuándo estima que podrán volver a trabajar al ritmo previo a la pandemia?

–En estas semanas hemos tenido menos casos distintos a pacientes de covid-19, porque la población temía contagiarse y no se acercaba al hospital por otras patologías. El esfuerzo ha sido muy grande, con una ocupación de entre un 85-100%. Progresivamente se está recuperando la actividad programada.

–Como médico, ¿qué mensaje le transmite las caceroladas contra la gestión del Gobierno? ¿Existe una percepción equivocada de la situación real de la crisis?

–No me corresponde a mí hablar de libertades pero hay que cumplir con las recomendaciones médicas, son para conservar nuestra salud. El ser humano olvida muy pronto y mucha gente no ha vivido de cerca el horror de la enfermedad. De esta situación debemos extraer una enseñanza: las instituciones sanitarias estamos trabajando por la sociedad y si no respetan las medidas no podremos cuidarla. Cuando haya tratamiento, la cosa puede cambiar, ahora hay que cumplir. Este virus ha puesto en jaque a la humanidad y estamos en riesgo porque no hay inmunidad.

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