Málaga

Médicos piden que los desfibriladores se generalicen como los extintores

  • Facultativos reclaman más formación en reanimación y un plan integral ante la parada cardíaca

  • Hoy está convocada una concentración por la alumna fallecida en la Universidad

Ángel García Alcántara explica cómo actuar en una parada. El aparato que se ve en la imagen es un desfibrilador.

Ángel García Alcántara explica cómo actuar en una parada. El aparato que se ve en la imagen es un desfibrilador.

La muerte súbita de una estudiante de la Universidad de Málaga el martes pasado vuelve a poner sobre la mesa una reivindicación por la que médicos de urgencias y emergencias llevan clamando demasiados años: la necesidad de que la población tenga conocimientos para hacer una resucitación cardiopulmonar (RCP) y sepa manejar un desfibrilador, un aparato que restituye el ritmo normal al corazón y puede salvar muchas vidas. La alumna de la Facultad de Comercio y Gestión recibió maniobras de RCP de un compañero y la ambulancia del 061 llegó en 12 minutos. Pero en el centro no había -porque no es obligatorio- un desfibrilador. Facultativos de urgencias y emergencias propugnan que los desfibriladores se generalicen como los extintores. "Hay más paradas cardiacas al día que incendios", argumenta Andrés Buforn, director de la Escuela de RCP del Colegio de Médicos. Exactamente unas 25.000 al año en España fuera de los hospitales. Pero los profesionales aclaran que la progresiva instalación de esos equipos debe ir acompañada de una formación básica sobre su manejo y en resucitación cardiopulmonar.

"No es cuestión de tener un aparato y que nadie lo sepa usar", advierte Ángel García Alcántara, coordinador del Plan Nacional de RCP en Andalucía y uno de los médicos que más ha trabajado en Málaga para que la población tenga conocimientos de reanimación. "Hay que generalizar los desfibriladores, pero también tienen que estar dados de alta en un registro para que se sepa dónde están, deben tener un correcto mantenimiento y la población debe recibir una formación básica en RCP", esgrimió García Alcántara.

En la misma línea se pronunció el presidente de la delegación andaluza de la Sociedad Española de Urgencias y Emergencias (Semes), Fernando Ayuso, quien reclamó un plan integral de atención a la parada cardiaca. La razón por la que los profesionales insisten en que haya más desfibriladores y formación en reanimación es porque casi el 70% de las paradas cardíacas se producen fuera del hospital y por cada minuto de retraso en la resucitación se pierde un 10% de posibilidades de supervivencia. En síntesis, que haya alguien que sepa hacer RCP y un desfibrilador a mano cuando una persona sufre una parada puede marcar la diferencia entre que viva, muera o sufra secuelas neurológicas graves.

Ayuso estimó que la supervivencia de pacientes en parada cardíaca ronda el 5%, un porcentaje muy bajo comparado con el 16% de Galicia o el 40% de los países nórdicos. Por eso insistió en la necesidad de un plan integral que entre otros aspectos incluya un mapa de la localización de los desfribiladores. "Porque a la hora de actuar hay que saber dónde están", apuntó.

Ya en 2012, tres organizaciones médicas -la Semes, la Sociedad Española de Cardiología y la Sociedad de Medicina de Familia y Comunitaria- pidieron que se generalizaran los desfibriladores y la formación en RCP porque ese tándem evitaría un 20% de los casos de muerte súbita. Entonces, la Semes estimó que en Málaga capital harían falta unos 140 aparatos y en el resto de la provincia, unos 300. Los especialistas no pueden precisar cuántos se han instalado porque -aunque establecimientos privados, comunidades de vecinos y centros públicos los han incorporado- no es obligatorio asentarlos en un registro. Esa es otra demanda de los médicos, que haya mapa para que ante una urgencia se sepa cuál es el más cercano.

Los facultativos sugieren que la formación en RCP se imparta en institutos y en la Universidad. "Nadie debería salir del Bachillerato sin saber hacer una reanimación. En Japón es obligatorio para sacar el carné de conducir", cuenta García Alcántara, que junto con el Colegio de Médicos, la asociación Expaumi, el 061 y un puñado de profesionales llevan años dando cursos sobre RCP de forma altruista porque saben que se salvan vidas.

Ayer no hubo clases en la Facultad de Comercio y Gestión en señal de duelo por alumna fallecida. Y hoy, a las 10:45 en la puerta de ese centro educativo, sus compañeros y profesores se concentrarán para recordarla. Carmen, de 25 años, ya ha salvado algunas vidas con los órganos que donó. Y quizás salve muchas más si su caso sirve de revulsivo para poner en marcha el plan integral que piden los especialistas.

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