Solidaridad

Mercadona, una mano solidaria para el centro de menores La Inmaculada de Ronda

  • El centro, que acoge a niños que no pueden estar con sus familias, recibe donaciones de alimentos con cuyo ahorro pueden realizar actividades de ocio, como jugar al fútbol, que antes no podían permitirse

Personal de cocina organizando las donaciones recibidas.

Personal de cocina organizando las donaciones recibidas. / Javier Flores (Ronda)

La residencia del centro de menores La Inmaculada, que gestiona la congregación de las Madres Desamparadas y San José de la Montaña en Ronda, lleva años atendiendo a menores que por diferentes motivos no pueden estar con sus familias o han perdido a sus padres, realizando una labor de formación y apoyo a unos adolescentes que pasan por momentos complicados en sus vidas a una edad temprana. Una labor conocida por todos y que es muy apreciada en la ciudad, aunque ello conlleva un gran esfuerzo para la congregación religiosa que se encarga de atenderlos. Unas 30 personas dependen de este centro que también atiende a algunas familias que por circunstancias puntuales puedan tener situaciones de extrema necesidad.

Un trabajo que supone unos gastos muy importantes para hacer frente al funcionamiento de las instalaciones y cubrir las necesidades de los 18 jóvenes que son atendidos en estos momentos y del personal necesario para poder cubrir todas sus necesidades, como le ocurre a cualquier familia en su hogar. Entre ellos, la comida es uno de los más importantes y fundamentales, aunque también tienen necesidades educativas, ropa o de ocio, como cualquier otro joven de su edad y que las hermanas tratan de darles dentro de sus posibilidades para que no sientan diferentes con otros jóvenes de su entorno.

Eso sí, desde hace unos dos meses cuentan con un benefactor especial que está haciendo que conseguir que los fríos números cuadren mejor. Y es que desde julio están recibiendo donaciones tres veces a la semana de la cadena de alimentación Mercadona desde sus tiendas en San Pedro y Benahavís, ya que las dos tiendas existentes en Ronda realizan donaciones a la residencia de las Hermanitas de los Pobres.

Carnes y hortalizas recibidas en una de las entregas. Carnes y hortalizas recibidas en una de las entregas.

Carnes y hortalizas recibidas en una de las entregas. / Javier Flores (Ronda)

Este hecho suponía una dificultad especial, ya que aunque las hermanas aceptaron recibir las donaciones desde estas tiendas situadas en la zona más próxima a Ronda del litoral malagueño, el transporte garantizando la cadena de frío era un reto y adquirir un vehículo especial quedaba fuera de su alcance. Tras tener conocimiento de ello desde la propia cadena decidieron realizar una donación extraordinaria y cederles una de las furgonetas refrigeradas con las que realizan sus repartos a domicilio y así hacer viable la ayuda y al mismo tiempo garantizar las condiciones adecuadas de los alimentos en el transporte desde San Pedro de Alcántara hasta Ronda.

Unas donaciones que han permitido ampliar la variedad de la alimentación de los residentes y tener acceso a algunos “caprichos” que las hermanas tan solo podían darles de forma muy extraordinaria.

Y es que en las reconocidas cajas verdes de la cadena llega de todo, principalmente alimentos frescos como costillas ibéricas, pollo, pollo de corral, conejo, lomo de cerdo, ternera de diversos tipos, verduras, preparados de arroz, fruta, pan, variedad de yogures o pasteles. “Nosotras teníamos que conformarnos con comprar lo más básico para que pudiese llegar para todos, ahora tenemos mucha variedad”, señala la Madre Agustina.

Los alimentos son transportados en una furgoneta refrigerada Los alimentos son transportados en una furgoneta refrigerada

Los alimentos son transportados en una furgoneta refrigerada / Javier Flores (Ronda)

Una mayor variedad que también les hace poder tener acceso a frutas de temporada como higos, moras o frambuesas que para ellas eran imposibles de adquirir. “Ahora tenemos mermeladas especiales y naturales para todo el año porque tenemos una hermana que sabe prepararlas”, explican. “Nosotras nos teníamos que limitar a manzanas, peras y plátanos”, explican las hermanas, que muestran una gran alegría por poder incorporar una amplia gama de fruta a la dieta de los jóvenes.

Otro de los elementos que les está posibilitando un ahorro muy importante es la llegada de pan, ya que una de sus grandes facturas era la compra de pan para poder atender las necesidades en tres comidas diarias.Además, el ahorro que les está suponiendo también que tengan una mayor capacidad para poder ofrecer a los jóvenes más opciones de ocio. “Este año podremos enviar a todos los que quieran a jugar al fútbol, otros años teníamos que elegir los que irían porque no podíamos pagar lo que cuesta para todos”, explica la madre Ana, directora del centro. A ello suman pequeñas obras que permitirán mejorar la eficiencia energética de la zona de cocina y comedor, ya que tras realizar unas reformas en la misma habían dejado para otro momento el cambio de las ventanas. “Gracias a Mercadona vamos a poder cambiarlas con el dinero que estamos ahorrando en comida”, señalan.

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