Málaga

El juez de lo Mercantil alerta de que las empresas acuden "tarde" al proceso concursal

  • Enrique Sanjuán cree que las sociedades reclaman concurso de acreedores cuando su situación es "muy apurada"

El magistrado del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Málaga, Enrique Sanjuán, ha alertado de que la mayoría de empresas que acuden a los concursos de acreedores en España lo hacen "demasiado tarde" y cuando su situación ya es "muy apurada". Ésta es una de las conclusiones extraídas ayer de las jornadas sobre viabilidad del concurso de acreedores, organizadas en Granada por el Colegio Oficial de Titulados Mercantiles y Empresariales de Granada. Según informó esta institución en un comunicado, las tramitaciones similares al concurso de acreedores llevadas a cabo por empresas de países como Reino Unido, Alemania, Francia o Italia, superan hasta en un 400% a las iniciadas por empresas españolas.

Las razones aducidas por los participantes en estas jornadas han sido la "falta de cultura concursal" que existe en España y el hecho de que la mayoría de las empresas acudan a estos procesos "cuando ya casi lo único que queda es repartir lo poco o lo mucho que quede de la compañía".

A lo anterior, el profesor de Economía Financiera y Contabilidad Ramiro Pérez de la Blanca añadió que, en el caso de Andalucía, existe un tejido productivo formado por pequeñas y medianas empresas, para las que cualquier situación anómala puede llevar a la insolvencia.

Así, Pérez de la Blanca instó a los empresarios a "no tener miedo al concurso" y a que acudan a éste en el momento en que sepan que van a tener una dificultad en el pago corriente de su actividad, si bien lamentó que, en algunos casos, "incluso acudiendo al concurso a tiempo es posible que la empresa no tenga futuro".

El concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) se estableció en España con una ley de 2003, y se trata de una figura a la que se acogen los empresarios de manera voluntaria cuando no pueden pagar sus deudas o prevén un estado de insolvencia. El concurso les permite congelar el pago de los créditos, mientras que un equipo externo, a instancias judiciales, evalúa el estado de solvencia de la empresa. En los concursos voluntarios, el empresario puede continuar con la gestión de la compañía afectada.

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