El Metro que se avecina
Entre los retos inmediatos del proyecto está el desbloqueo de la obra en Callejones del Perchel, donde acumula ya 54 meses, y la definición de los trabajos hacia el Hospital Civil
Málaga ya conoce el Metro que es. El presente, el que echará a andar el 30 de julio. Pero tiene por delante, aún, el Metro que resta, el que se avecina. Una prolongación tan necesaria como lo ya ejecutado, que sólo puede preverse e imaginarse. El futuro en esta obra invita a mantener todo en condicional, como demuestran sus antecedentes. Asumida la incertidumbre, el primer paso permitirá romper el descreimiento que durante años se instaló entre los vecinos de la capital respecto al ferrocarril urbano. Una vez se convierta en realidad, se habrá andado buena parte del camino.
¿Qué le resta al Metro para ser verdaderamente un Metro? Físicamente, agrandar su extensión sobre el territorio, lo que pasa inexorablemente por levantar la pesada losa que actualmente tiene empantanado el tajo de Callejones del Perchel. En esta parte del trazado, los residentes y comerciantes vieron entrar las máquinas a finales de enero de 2010. El calendario hacía prever que los trabajos hasta las puertas del antiguo edificio de Correos, antesala a la Alameda, no se alargarían más allá de trece meses.
El cronograma se aproxima ya a los 54 meses sin que la Consejería de Fomento, responsable directa de esta parte de la obra, tenga una solución a corto plazo. La reclamación económica por parte de la adjudicataria del tramo, Grupo Ortiz, por modificados en la actuación choca con la nula disposición de la Junta a asumir su abono. La posibilidad de rescindir el contrato con la firma, valorada seriamente en el ente autonómico, obligaría a prolongar nuevamente los plazos de terminación de la obra.
La terminación de esta pieza, de 300 metros hasta el punto donde se situará la estación Guadalmedina, en las cercanías de El Corte Inglés, es clave para garantizar el salto cuantitativo del nuevo transporte. Aunque ello no tendrá lugar hasta finales de 2016, según las previsiones oficiales de la Agencia de Obra Pública de Andalucía. Que los trenes alcancen esta parada supondrá alcanzar los 8 millones de viajeros anuales. El dato implica sumar tres millones más a los contemplados en el intercambiador de El Perchel, en el que, en esta primera etapa, se conectan los ramales de Carretera de Cádiz y Teatinos.
Para finales de octubre de 2017 se fijan los plazos máximos de terminación de las obras que habrán de llevar los trenes procedentes de Teatinos hasta la mitad de la Alameda, hasta la estación de Atarazanas, y de la línea de Carretera de Cádiz, en superficie, hasta el entorno de los hospitales Materno Infantil y Civil.
La licitación del suburbano hasta la Alameda -anunciada el viernes pasado- despeja el futuro. Ese día, la Consejería de Fomento anunció que saca el concurso por 45 millones de euros y un plazo de 33 metros los 295 metros del tajo entre el puente de Tetuán y la estación Atarazanas, que se ubicará a la altura de la calle Torregorda.
En el caso del ramal a ras de calle queda pendiente conocer la posición final del Ayuntamiento respecto a las evidentes afecciones que la traza del tranvía tendrá sobre el tráfico de las calles Hilera, Santa Elena, Eugenio Gross y Blas de Lezo. En el momento actual sigue abierto el periodo de análisis de las observaciones recibidas al proyecto de trazado, a la par que los técnicos de Fomento redactan el proyecto de construcción. Sobre la base del mismo se abrirá la licitación, con un coste estimado en 41,1 millones y 24 meses de plazo.
Toda demora en estas fases repercutirá negativamente sobre los calendarios ya acordados y pactados tanto con la concesionaria encargada de explotar comercialmente el suburbano como con el Banco Europeo de Inversiones (BEI), principal fuente de financiación. De hecho, cualquier retraso respecto a las fechas antes mencionadas para la puesta en carga de los nuevos tramos repercutirá negativamente sobre las compensaciones que las administraciones han de aportar a la concesionaria. Las mismas suman 230 millones sólo en lo que resta de 2014 (31,1 millones); 2015 (63,8 millones); 2016 (66 millones) y 2017 (68 millones). Pero de incumplirse los calendarios, este periodo transitorio se prolongará hasta 2020 a razón de 70,2 millones en 2018; 72 millones, en 2019, y casi 75 millones en 2020.
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