El Metro, otra vez en carretilla

Zoido, Bendodo y De la Torre, usan esta herramienta para entregar en la Junta las 50.122 firmas recogidas en contra del tramo en superficie

Bendodo, De la Torre y Zoido trasladan las firmas contra el Metro en superficie en una carretilla.
Bendodo, De la Torre y Zoido trasladan las firmas contra el Metro en superficie en una carretilla.
Sebastián Sánchez Málaga

12 de marzo 2013 - 01:00

Su rudimentario aspecto y simple manejo no debe ocultar una realidad incuestionable, la carretilla se ha convertido por derecho propio en pieza clave en la historia del Metro de Málaga. Esta herramienta de transporte es protagonista de algunas de las instantáneas míticas del suburbano, especialmente de aquellas en las que el conflicto entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía ha sido más palpable.

Lo fue en noviembre de 2003 cuando el entonces concejal de Tráfico Javier Berlanga tuvo que acudir a Sevilla a recoger las cajas con el anteproyecto del ferrocarril urbano ante el ninguneo con el que la Consejería de Obras Públicas trataba al Consistorio; lo fue cuando en noviembre de 2005, el entonces director del Metro Enrique Urkijo se sirvió de otra carretilla para, emulando a Berlanga, hacer entrega del proyecto del ramal de Carretera de Cádiz en el registro del Ayuntamiento.

Y volvió a serlo ayer, cuando el presidente del PP andaluz y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, acompañado por el presidente de los populares malagueños, Elías Bendodo, y su homólogo en la capital de la Costa del Sol, Francisco de la Torre, hizo entrega en la Delegación del Gobierno andaluz de las 50.122 firmas recogidas en los últimos meses en contra del planteamiento de la Administración regional de llevar en superficie el tramo final del Metro, que atravesará la Alameda y el Paseo del Parque.

De nuevo la carretilla como elemento protagonista. Pero la escena de ayer tiene otra particularidad cuanto menos llamativa: el aval que Zoido da a la aspiración de Málaga de tener un Metro "moderno, subterráneo". Una reivindicación en la que, dijo, tiene el apoyo del partido a nivel regional. Al punto de que anunció la intención de llevar el debate sobre esta cuestión al Parlamento andaluz. El apoyo mostrado por el regidor sevillano se produce, eso sí, apenas unos meses después de que reclamase al Gobierno andaluz prioridad para la ampliación del Metro de Sevilla frente a la continuidad de las obras de los ferrocarriles urbanos de Málaga y Granada.

Ayer prefirió guardar silencio en este asunto y se limitó a hablar en favor de la demanda que hace el alcalde y el PP para echar por tierra la intención de la Consejería de Fomento de acometer a ras de calle el tajo de la Alameda, arguyendo motivos económicos. Unas razones que Bendodo puso en duda nuevamente. De hecho, no sólo recordó cómo el propio presidente de la Junta, José Antonio Griñán, descartó que el problema del Metro de Málaga fuese económico, sino que subrayó cómo los "prejuicios ideológicos" de IU, socio de gobierno del PSOE, están afectando a la provincia.

Lo hace, a juicio el dirigente malagueño, en el Metro y en otras materias como el decreto litoral, que supone "un ataque frontal al turismo", e impidiendo la libertad horaria comercial que reclama el Ayuntamiento. "Esos prejuicios ideológicos de IU lastran la economía de la provincia mientras el PSOE mira hacia otro lado", espetó Bendodo.

De la Torre, por su parte, insistió en que "se cumpla lo pactado" y "no se cambie el proyecto". "Nos adaptaremos en el calendario a las posibilidades presupuestarias, pero ha de respetarse lo previsto para que la obra encaje en la ciudad y esté a la altura de lo que ésta necesita", comentó en el cónclave popular.

La entrega de las firmas sobre el Metro estuvo antecedida por la visita de los principales mandatarios populares al mercado de Atarazanas. En el principal zoco de la capital, dentro del recorrido por los puestos, se ve que al alcalde de Sevilla se le apetecieron fresas, lo que provocó la reacción inmediata de De la Torre que se ofreció a comprar una caja para que su superior en el PP se las llevase como presente en su visita a la capital.

El regidor sacó de su bolsillo un billete de 50 euros para abonar la mercancía, al tiempo que Bendodo hizo lo propio con otro de 20, si bien fue el alcalde el que acabó pagando las fresas de Huelva. Eso sí, al ver el billete de 50 euros en las manos del regidor, una concejala próxima llegó a decir: "Son los 50 euros que tiene para toda la semana". Quizá quiso ensalzar el carácter austero de De la Torre.

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