Microorganismos para devolver la vida a la cantera

Microorganismos para devolver la vida a la cantera
Microorganismos para devolver la vida a la cantera
Raquel Garrido / Málaga

03 de julio 2010 - 01:00

Aún le quedan muchos, muchos años para volver a ofrecer la imagen de una sierra repleta de vegetación como antes de que fuera explotada como cantera. Aunque todavía no es muy perceptible, poco a poco empiezan a verse los primeros brotes de una restauración que comenzó hace algo más de dos años en Taralpe, una de las zonas extractivas de áridos más antiguas de Alhaurín de la Torre y que junto a las que hay a su alrededor ha tenido que hacer frente durante décadas al rechazo de los vecinos que viven preocupados por el polvo en suspensión que producía.

Ahora, la actividad de la vieja cantera se limita a las labores de reforestación que tratan de darle la vida que esta parte de la sierra perdió una vez. Esos signos de vitalidad se observan ya en los pequeños pinos y acebuches que pueblan la parte más alta de la cantera, donde también el matorral y los arbustos que se han plantado en este tiempo empiezan a darle un tono verde al lunar entorno. Es una tarea lenta y costosa que la multinacional Financiera y Minera (Grupo Italcementi), propietaria de Compañía General de Canteras y que ha explotado la cantera desde 1994, quiere acelerar poniendo en práctica un proyecto pionero en toda Europa. El milagroso invento lo ha desarrollado la empresa andaluza Bioiliberis Research Development y consiste en utilizar microorganismos capaces de estimular el enraizamiento de las plantas y protegerlas de enfermedades.

Ya lleva varios meses probándose sobre el terreno y los resultados, según la asesora externa de Medio Ambiente y Restauración de la empresa, Marta Toro, no pueden ser más contundentes. Si el crecimiento de un pino regado con agua normal durante cuatro meses fue del 75%, en el que se enriqueció el agua con este nuevo producto fue del 145%.

El seguimiento para evaluar la eficacia de este producto se está haciendo tanto en el vivero que posee la empresa en la misma cantera como en los ejemplares que se han plantado ya en algunos de los taludes que se están reforestando. Según Toro, la novedad de este sistema es que hasta ahora "siempre se había tratado de acelerar el crecimiento de las plantas con aportes extras de nutrientes inorgánicos pero nunca con microrganismos". De momento sólo es un proyecto de I+D pero en uno o dos años podría ser una realidad, adelantó el jefe de Calidad y Medio Ambiente de la empresa, Javier Marín, que dijo que aunque es más costoso "se aplicará en toda la cantera para que la restauración sea todo un éxito lo antes posible".

Es la apuesta que Financiera y Minera está realizando para cumplir con el Plan Especial de Restauración y Reforestación de la Sierra de Alhaurín de la Torre a la que están obligadas las canteras de la zona para eliminar los impactos que durante años provocó su explotación. No fue un camino de rosas pero al final empresas, sindicatos, Ayuntamiento y Junta lograron consensuar un documento que se elaboró después de que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) emitiera una sentencia en 2005 que obligaba a las cuatro canteras a finalizar su actividad extractiva por carecer de licencia.

Todas se comprometieron a reforestar la sierra que habían explotado durante décadas en los próximos siete años, ampliables a otros tres más. En el caso de la cantera de Taralpe, la restauración afectará a 121 hectáreas donde se plantarán casi 122.000 árboles. Todavía queda mucho por hacer. Ya no hay actividad extractiva y el movimiento de camiones que se observa se limita a llevar los áridos dentro de la propia cantera para hacer los bancales. Hasta ahora se han plantado 1.026 árboles, la mayoría pinos carrascos, pero también piñoneros, acebuches y algarrobos, además de 1.944 unidades de matorral como romero, tomillo, lentisco o lavanda en las casi tres hectáreas tratadas.

La reforestación ha empezado en la parte más alta para ir bajando progresivamente y, aunque ya se pueden ver los resultados, el jefe de la cantera, Juan Arjona, reconoció que han tenido que salvar algunos obstáculos como las intensas lluvias de este invierno que arrastraron la mayor parte de las semillas que se echaron en los taludes.Pero los daños más graves los han causado las cabras montés que campan a sus anchas por la zona y que "el año pasado se comieron todo lo que se había plantado", aseguró. Tanto es así, que ha habido que colocar una valla perimetral en todo el recinto para evitar que vuelvan a entrar y dañar lo que ya comienza a brotar.

Juan conoce la cantera como la palma de su mano y cuida hasta el último detalle para que la reforestación sea un éxito. "Todo lo que se hace con cariño sale bien", dijo. Se esmera tanto que hasta ideado una fórmula para la tierra vegetal que se utiliza en la reforestación sea aún más afectiva y no se agriete con la lluvia. El secreto, desveló, es "mezclar semillas de habas, alfalfa fina y un poco de arcilla y arena natural para hacerla más compacta". Para ver los resultados aún habrá que esperar entre 12 y 15 años.

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