Miedo a lo desconocido

Discapacidad

Me da la sensación de que no queremos ver ciertas cosas porque nos provocan demasiado daño, porque sencillamente se vive mejor queriendo ignorar una realidad que no nos afecta

Pacientes con parálisis cerebral.
Pacientes con parálisis cerebral.

14 de julio 2010 - 01:00

TENEMOS por costumbre frecuentar espacios ya conocidos y aunque es cierto que el espíritu aventurero aparece de vez en cuando, hemos de reconocer que es más frecuente en unos que en otros, y en la generalidad y depende para qué temas, brilla por su ausencia. Incluso envidiamos un poquito a los que consideramos capaces de casi todo, por su valentía puesta de manifiesto, por los arañazos que le dan a la vida llenándola de esos rasguños que señalan experiencias vividas, que ponen de manifiesto que estamos aquí para algo y no sólo para que los días pasen. Porque con habitualidad, estos indicadores se interpretan como características deseadas por muchos e innatas en otros, que acercan la vida a un sinfín de experiencias, y que posicionan a los agraciados con ellas en un nivel superior a la media habitual, siendo admirados por los demás, que necesitan en su día a día un alto grado de control, de conocimiento de lo cercano, de tranquilidad ganada a base de rutinas aprendidas y que nos relajan.

En esta situación se encuentran cientos de miles de personas, que prefieren eludir situaciones "no controladas" por voluntad propia, y no valoran para nada la cantidad de emociones que se podrían descubrir acercándose un poco a lo que tradicionalmente hemos excluido, y para no culpar a nadie más, probablemente, sólo quizás, por no conocerlo. Estas reflexiones fueron las primeras que se me vinieron a la cabeza justo después de salir de un centro residencial de personas con parálisis cerebral, mientras algunos de los que me acompañaban comentaban que ni siquiera sabían que allí había personas viviendo, que jamás ven personas tan gravemente afectadas por la calle. Al final me da la sensación de que no queremos ver ciertas cosas porque nos provocan demasiado daño, porque sencillamente se vive mejor queriendo ignorar una realidad que afortunadamente no nos afecta, porque en definitiva, creemos que no va con nosotros. Mientras, en el interior de estas viviendas asistidas, rodeadas de ventanas que señalan un mundo que parece no nos pertenece, decenas de hombres y mujeres que no eligieron su situación nos ofrecen un gesto de amabilidad que jamás les devolvemos.

Ellos eluden el miedo a lo desconocido porque sencillamente no les está permitido, están acostumbrados a no controlar las situaciones, a luchar lo impensable para poder hacer algo con el único apoyo de quienes siempre creen en ellos, ellos mismos. Y tras las ventanas, en ese aparente mundo normal, queremos controlar las situaciones para sentirnos cómodos, que ilusión mas absurda, que utopía. Y siempre oímos las mismas frases; "yo, así, no podría".

Pues ellos sí han podido, y pueden, luchando por tener vidas más dignas, deseando abandonar las cárceles residenciales en las que se encuentran, soñando por alcanzar un sueño que en nosotros nadie cuestiona. Poder vivir en una vivienda, poder salir a la calle a dar un paseo, poder ser autónomos, aunque para ello necesiten mil y una ayuda. Eso si que es desconocido, incontrolable, eso si que da miedo, y sin embargo ellos no temen a nada, al menos, no temen a lo que mas quieren, su vida, aunque algunos de nosotros pensemos que; " yo, así, no podría".

stats