Miguel Ángel ArredondaEl andalucista contra la independencia

¿qué pasó con?

Uno de los fundadores del Partido Andalucista, Miguel Ángel Arredonda, lleva retirado de la política desde 1995 pero sigue reclamando "volver a organizar el Estado"

Miguel Ángel ArredondaEl andalucista contra la independencia
Miguel Ángel ArredondaEl andalucista contra la independencia
María José Garde

01 de octubre 2017 - 02:39

Miguel Ángel Arredonda fue uno de los fundadores del Partido Andalucista, un movimiento político clave en la historia andaluza que gobernó durante ocho años la Junta en coalición con los socialistas, alcanzó importantes alcaldías, entre ellas Ronda o Sevilla, logró tener voz propia en el Congreso de los Diputados y en Cataluña, hasta que las peleas y la progresiva pérdida de respaldo electoral llevaron a su disolución como partido en septiembre del 2015.

Hoy aquel dirigente malagueño, nacido en Madrid por circunstancias familiares, contempla con tristeza el efecto que sobre la sociedad española está teniendo el conflicto de Cataluña. "Barcelona me da una pena enorme, porque para nosotros era un ejemplo de democracia", dice quien luchó por la autonomía de Andalucía, y quien sigue pensando en la "injusticia" que supone el diferente trato entre comunidades. "Tenemos que volver a organizar el Estado -dice- porque no nos jugamos Cataluña, sino España, y que acabemos como Yugoslavia", un país que terminó desmembrándose en varios Estados. En opinión de Arredonda, el Partido Andalucista surgió precisamente como reacción a determinados privilegios logrados por las autonomías, "donde a vascos y catalanes se les daba más que a nosotros", con el objetivo de "comprar" sus apoyos electorales. De hecho, gobiernos socialistas y populares se han apoyado en formaciones nacionalistas de estas comunidades "en lugar de cambiar la ley electoral para que no tengan la fuerza que tienen". Hoy cree que la situación ha superado al propio gobierno central, que a su juicio debería haber aplicado hace tiempo la suspensión de la autonomía para evitar caer "en el esperpento trágico" actual.

El último paso por la política activa de este ingeniero que se dejó seducir por Alejandro Rojas Marcos a comienzos de la década de los 70, fue en las elecciones municipales de 1995, cuando se presentó candidato a la Alcaldía de Málaga y no logró salir elegido, perdiendo los dos concejales del anterior mandato. Fue el último intento de recuperar un nacionalismo andaluz ya en retirada. "Básicamente, el PA no tenía razón de ser", señala sobre unas siglas que mantienen 300 concejales repartidos por Andalucía. "El nacionalismo andaluz no existe", dice, básicamente porque no hay una burguesía que lo sustente y también porque "aquí no hay una conciencia de pueblo, y a lo mejor eso es lo bueno y positivo". Prueba de ello, a su juicio, es lo ocurrido ayer tarde en el partido disputado entre el Sevilla y el Málaga en el Sánchez Pizjuán. El estadio cantó en pie con el himno del Sevilla pero no hizo lo propio cuando sonó el de Andalucía.

Muchos de aquellos militantes andalucista han terminado en la órbita de los grandes partidos, excepto Arredonda, que no milita en ninguna fuerza aunque alabe la labor de Albert Rivera. "Siempre he salido de la política sin un duro", declara orgulloso un hombre al que acusaron de anarquista en los tiempos de estudiante en Madrid y que para históricos del PA en Málaga fue un dirigente "brillante", aunque a la sombra de Rojas Marcos.

Antes de conocer al político sevillano, Arredonda era un ingeniero que había vuelto a Málaga en 1968 y que junto al arquitecto Antonio Lamela construyó uno de los edificios que hoy se levantan junto a la esquina de los muelles del puerto de Málaga y del que se sigue sintiendo orgulloso. Tras pasar por la asociación Alianza Socialista de Andalucía, "con la que luchábamos por la democracia y donde todos éramos de izquierdas", en 1975 transforma esta formación en el Partido Socialista de Andalucía, el germen del Partido Andalucista. Con el PSA lograron cinco diputados en el Congreso en las primeras generales de 1979. "Fuimos unos ingenuos al poner la palabra socialista. Ninguno era independentista ni haríamos nada en contra de España", dice. Aquella fue una época "fascinante" en la política junto a andalucistas como Rojas Marcos, Emilio Rubida, Diego de los Santos o Juan Carlos Aguilar. A ellos hay que sumar Luis Uruñuela, otro de los fundadores de un andalucismo que llegó a inquietar al PSOE.

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