Málaga

Patxi Velasco, el milagro por Navidad desde los Asperones

  • El dibujante ha diseñado unas balconeras solidarias para contribuir en la labor de Cáritas Diocesana

  • El director del colegio María de la O compagina su labor profesional con su pasión artística siempre con fines solidarios

Patxi Velasco, delante de una balconera.

Patxi Velasco, delante de una balconera.

El espíritu de la Navidad se siente ahora más que nunca, pero Patxi Velasco Fano convive con él los 365 días del año. Con la solidaridad por bandera, el artista y director del colegio María de la O del barrio de los Asperones, ha diseñado unas balconeras solidarias para destinar sus beneficios a Cáritas Diocesana.

“El proyecto nace de una idea de hace cuatro años, cuando ya se hicieron unas balconeras con la delegación de juventud. Este año una señora llamó a la librería diocesana para pedir una, pero ya no quedaban. Nos fuimos poniendo en contacto unos con otros y se creó esta iniciativa”, explica Patxi Velasco. El motivo es claro, este año los malagueños han vivido momentos muy especiales en sus balcones, como los aplausos cargados de emoción durante el confinamiento. “El primer pedido que hicimos lo estimamos en unas 100 unidades y finalmente se han vendido 2.000, estamos muy contentos”, confirma el artista.

Patxi Velasco, con compañeros del centro. Patxi Velasco, con compañeros del centro.

Patxi Velasco, con compañeros del centro. / Marilú Báez (Málaga)

Fano dibujó cuatro modelos, entre los que se realizó una votación y se eligió la representación de la virgen María, San José y el Niño Jesús asomado a un balcón con rejas. Desde diversos puntos de España y desde otros países, más de 700 personas participaron en la votación a través de las redes sociales. La mitad de los votos emitidos señalaron a la opción ganadora.

Taller artesano del centro MIES

Además de ayudar a Cáritas diocesana, algunas ventas van destinadas a colaborar en el taller de mujeres del centro MIES, Misioneros de la Esperanza, donde elaboran productos artesanos. Mujeres valientes, mujeres luchadoras, mujeres que día a día sacan adelante a sus familias y a sus hijos con los mínimos ingresos pero con unos corazones inmensos. “Antes este centro estaba en el barrio de los Asperones, pero ir hasta la Trinidad dignifica mucho, esto les obliga a arreglarse, a salir y a tener que coger el autobús con el bono que les damos”, expone Patxi.

Ahora el proyecto subvencionado de apoyo a las mujeres vulnerables termina este mes. No obstante, el deseo de Patxi y las colaboradoras del centro es que en enero y febrero se pueda seguir trabajando en el taller gracias a los beneficios que están obteniendo con los artículos navideños que han encargado particulares y colegios. “La verdad es que ellas prefieren venir aquí y no en el barrio, porque aunque sea más cansado, ellas se dan su paseo y es otra cosa”, comenta Eva, una voluntaria del centro. “Allí nos invaden, hemos tenido episodios incómodos en los que por ejemplo un marido llegó con un bebé y se lo plantó a la mujer, que le faltó llorar. Pasó mucha vergüenza, porque le dio al bebé llorando, y ella estaba trabajando. Fue una humillación total”, cuenta la voluntaria.

“El bonobús para estas familias es como el tercer grado, porque te da la libertad. Siempre estamos pidiendo para que vengan aquí al taller utilizando el bonobús, porque de lo contrario ellas no podrían venir todos los días. También es muy importante para que puedan ir al médico”, explica Fano. El centro se mantiene gracias a una subvención de Maristas, junto a la colaboración de las asociaciones MIES y Chavorrillos, en la que se integran los profesores del colegio María de la O de los Asperones. “Muchas veces estas familias no entienden la gratuidad de nuestra labor, se creen que nosotros nos quedamos con algún tipo de beneficio, y es complicado de explicar y hacerles entender lo contrario”, comenta Patxi Velasco.

Estas mujeres así se obligan a tener un horario, un ritmo y un hábito de trabajo. “La historia es que tenemos un grupo más favorable para incorporarse al mundo laboral y otros cursos de formación, que reciben también clases de inglés y de informática, y otro de perfil formativo más bajo que al menos tiene una obligación en su quehacer diario. Las más jóvenes entran en otra especie de pretaller para que luego puedan ingresar en el de Maristas”, relata el artista. No obstante, en el proyecto de las balconeras de la Diócesis de Málaga no han participado de forma activa las mujeres de este centro MIES, que ya sueñan con poder pasar una Navidad con sus hijos, aunque inevitablemente la vivirán de forma distinta por la pandemia del coronavirus.

Proyectos en el colegio María de la O

Hace dos viernes con motivo de la festividad de María Santísima de la O, también llamada de la expectación del parto de la santísima Virgen, Patxi repartió unas casas de madera con el dibujo de la virgen de la O a todas esas personas que han colaborado con alguna de las iniciativas en las que él participa. “La cofradía de la Columna nos ayuda mucho con el reparto que hacemos de alimentos, les estamos muy agradecidos”, confiesa emocionado el director del colegio que lleva el nombre de la titular mariana de la corporación nazarena.

Pero Patxi Velasco saca tiempo para todo y cuenta con varios proyectos para mejorar el centro educativo de los Asperones. A pesar de todas las dificultades de estas familias, en el colegio abundan las sonrisas, las carreras en el patio, los gritos de los niños haciendo la educación física, los villancicos en las clases de los más pequeños, y el cariño de todo el profesorado y personal. “Los niños se adaptan a todo, son mejores que nosotros en todos los aspectos, hacen deporte con sus mascarillas y se preocupan por seguir todas las medidas de seguridad”, afirma el director del colegio.

De cara a Navidad han organizado un concurso de postales y el dibujo ganador se repartirá en la entrega de notas del primer trimestre. Patxi Velasco pasa por cada rincón del colegio dejando su huella personal, juguetea con los niños, anima al grupo docente y organiza las próximas reuniones de cara a cerrar la primera evaluación y bromea con el personal de limpieza y cocina al mismo tiempo que atiende a una familia que se acerca para pedir los papeles para matricular en la guardería a un bebé.

“Aquí hay miles de historias rocambolescas, cada una con sus problemas y sus circunstancias. Familias rotas, personas completamente destrozadas psicológicamente y mucho coqueteo con la droga. Y todo al final por sobrevivir al día a día”, explica Fano. Patxi aprovecha cualquier momento de descanso en el colegio para visitar a los vecinos del barrio y atenderles en todo lo que necesiten: reparte pinturas para sus casas, colabora en el reparto de comida, está pendiente de la basura acumulada en la zona deprimida, y sobre todo, vela por cada uno de ellos para intentar arrancarles una sonrisa a pesar de todos sus problemas.

Patxi sale a buscar a los vecinos del barrio y los vecinos del barrio van al encuentro de Patxi. Él es un milagro que por Navidad especialmente, y el resto del año, hace que la vida en los Asperones sea un poco más llevadera, queda mucho por hacer pero Fano con sus pequeñas acciones va creando el camino para que poco a poco las personas puedan tener, al menos una vivienda digna. Porque tal y como dice un cartel colocado en la señal de tráfico que hay en la plaza del colegio María de la O: “Aquí las calles no tienen salida, las personas sí”.

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