Muere José Jiménez Villarejo, magistrado emérito del Supremo
Nacido en Málaga en 1929, fue el primer fiscal especial para la coordinación de la lucha contra la droga Presidió el Ateneo en 1966


El magistrado emérito del Tribunal Supremo José Jiménez Villarejo falleció ayer a los 84 años de edad. Sus restos mortales fueron trasladados al tanatorio madrileño de San Isidro, según informaron fuentes próximas a la familia. Jiménez Villarejo, nacido en Málaga en 1929 y licenciado en Derecho por la Universidad de Granada en 1951, era hermano del ex fiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, y padre de la ex ministra socialista y actual diputada por Málaga en el Congreso, Trinidad Jiménez.
Ingresó en la Escuela Judicial en 1953 y fue nombrado fiscal en la Audiencia de Sevilla, de Málaga y, más tarde, fiscal jefe de la Audiencia de Huelva. El ex magistrado fue designado en el año 1984 el primer fiscal especial para la coordinación de la lucha contra la droga, cargo que ocupó hasta 1986, cuando recaló como magistrado en el Tribunal Supremo, ocupando la Presidencia de la Sala de lo Penal.
Dos años más tarde sería nombrado presidente de la Sala de lo Militar, donde permaneció hasta diciembre de 1999 tras haber alcanzado la edad de jubilación. En el año 2002, recibió la condición de magistrado emérito del Tribunal Supremo. Entre otros premios, en el año 2011 fue galardonado con la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort.
La relación de Jiménez Villarejo con la provincia de Málaga queda patente en su vinculación, por ejemplo, con el Ateneo de la capital, del que fue fundador. Villarejo fue, allá por 1966, presidente de hecho del organismo, pero se vio obligado a abandonar el cargo poco tiempo después. Lo hizo porque tras obtener la luz verde del Gobierno Civil de entonces se le insinuó que si continuaba al frente se lo cerrarían por su fama de izquierdista.
Precisamente, este colectivo cultural le ofreció un justo y merecido homenaje hace ahora poco más de un año. En noviembre del pasado ejercicio, en ausencia del propio Jiménez Villajero tras haber sufrido un accidente, una amplia representación de la sociedad y la clase política malagueña ensalzó su labor judicial y su carácter personal. Entre los asistentes aquel día sus hijos, José Jiménez y Trinidad Jiménez, respectivamente. Las intervenciones elevaron la figura de José Jiménez Villajero, al punto de ser considerado "un referente de honestidad, independencia intelectual y compromiso social".
Los mensajes más emotivos en aquel acto de homenaje correspondieron a su hija que habló de su padre como "un hombre esencialmente bueno". Y profundizó en destacar su honestidad recordando su dimisión forzada de la Presidencia del Ateneo. En el aspecto más humano y familiar, la ex ministra de Asuntos Exteriores habló de un padre "afectuoso y tolerante, justo y divertido, un referente ético; un hombre sabio, justo y bueno".
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