Málaga

Muere una anciana tras caerle encima una joven que se tiró desde un octavo piso

  • La chica, que presuntamente estaba deprimida, se precipitó al vacío en la zona de El Ejido y resultó herida · La víctima mortal iba camino del médico y, según los vecinos, era un persona "muy agradable y vitalista"

La probabilidad de morir en la calle tras recibir el impacto a gran velocidad de una persona que se acaba de lanzar desde el balcón de un edificio es remotísima. Sin embargo, ayer ocurrió en Málaga. La fatalidad se alió contra Isabel Ramos, una anciana de 89 años que falleció al caerle encima el cuerpo de una joven de 21 años, M.D.P.M, que se acababa de tirar desde la terraza de su casa, situada en una octava planta, y que casi milagrosamente sólo resultó herida.

Los hechos ocurrieron a las 11:40 en la calle Paco Miranda, situada en la barriada de El Ejido en la capital. Los vecinos aseguran que escucharon gritos y un golpe fuerte. Al salir a la calle, vieron en el suelo los cuerpos de dos personas, una joven y una anciana. Llamaron a los servicios de emergencias y, según los vecinos, "rápidamente" acudieron al lugar efectivos del 061, así como de la Policía Local y Nacional. Los servicios sanitarios certificaron la muerte de la anciana y atendieron a la joven, que fue trasladada con urgencia al Hospital Regional Carlos Haya. Fuentes del 061 aseguraron que M.D.P.M sufría una fractura abierta de tibia y peroné y contusión cerebral que le provocó pérdida de conciencia. Desde el hospital sólo se informó de que la paciente estaba siendo sometida a varias pruebas en observación de urgencia pendientes de su evolución.

La Policía Nacional está investigando el caso aunque, según fuentes policiales, todo apunta a un posible intento de suicidio de la joven, quien presuntamente estaba recibiendo tratamiento contra una depresión.

La conmoción era ayer total en el barrio, pues tanto la víctima como la joven eran personas muy conocidas en la zona. Varias vecinas que vivían en el mismo bloque que la presunta suicida señalaron que la joven "es una muchacha normal, estudiante y toca en la banda de música de La Expiración".

Respecto a la víctima, Isabel, estas vecinas señalaron que "era una persona muy agradable y querida en el barrio". Estaba viuda y tenía dos hijas y un hijo, que acudieron al lugar del siniestro rotos de dolor.

Justo al lado de donde tuvo lugar el incidente hay una farmacia. Sus responsables estaban ayer muy afectadas tras la tragedia pues conocían a la joven "desde que era una niña y a Isabel desde hace más de 20 años". Las farmacéuticas explicaron que la mujer fallecida iba al médico y comentaron que una hija de Isabel les había dicho, minutos después del fatal desenlace, que "precisamente le había pedido a su madre que no fuera al médico, que se quedara en casa porque estaba lloviendo y hacía mucho frío".

Estas fuentes afirmaron que Isabel "era muy buena gente" y destacaron sus ganas de vivir y su carácter positivo. "Era una persona a la que le gustaba mucho cuidarse. Iba a la peluquería, a la depilación... No era de esas mujeres mayores que se lamentan continuamente por todo", prosiguieron.

Dicen que el destino está escrito y así parece demostrarse en el caso de Isabel. En la farmacia lamentaron, con los ojos aún vidriosos por la pena, que la víctima había pensado el pasado verano trasladarse de barrio para vivir más cerca de sus hijos, aunque finalmente desechó esa opción. "Si se hubiera trasladado igual no habría pasado esto..." decían estas fuentes con la mirada perdida.

Sin embargo, como se suele decir, estaba para Isabel que su vida acabara de forma tan trágica. Se da la circunstancia, además, de que la calle tiene varios árboles bastante frondosos que podrían haber frenado la caída de la joven, impidiéndole a ésta la muerte y a cualquier viandante. Sin embargo, y aunque se investiga si esos árboles pudieron amortiguar algo el golpe, la joven fue a caer justo en medio de dos árboles y sobre Isabel.

¿Puede la familia de la víctima presentar denuncia contra la joven por el fallecimiento de su madre? Este diario se puso ayer en contacto con dos prestigiosos abogados penales y dieron explicaciones contrapuestas. Un letrado aseguró que "no hay una responsabilidad penal, aunque la familia sí puede denunciarlo por la vía civil y reclamar una indemnización". Otro abogado expresó que se podría considerar un delito de homicidio imprudente, tipificado en el artículo 142 del Código Penal, con una pena de uno a cuatro años, "aunque lo normal, en este tipo de circunstancias, es que el juez sólo le impusiera dos años y, si no tiene antecedentes, no iría a prisión".

La probabilidad de fallecer de esa forma es mínima y pasó. Paradojas de la vida. Isabel, una anciana vitalista, salvó a una joven veinteañera que, presuntamente, tenía ganas de morir. Un final muy distinto al que las dos pretendían.

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