Muere un hombre apuñalado a media tarde en La Trinidad

La víctima, de 55 años y etnia gitana, terminó de comer a las 17.30 y apenas media hora después la Policía recibió el aviso de que estaba muerto en plena calle

Rebeca Tobelem / Málaga

03 de marzo 2008 - 01:00

Diego Cortés Moreno murió ayer a los 55 años de una certera puñalada en el tórax en la calle Yedra del barrio de La Trinidad, según recogen las primeras pesquisas policiales. A las cinco y media de la tarde terminaba de comer en casa de su hermana, ubicada a escasos metros del lugar del crimen y, a las seis, la Policía Local ya recibía el aviso de su muerte. Alguien llamó tras ver un cuerpo tirado en el suelo y con una posible herida de arma blanca. Todo ocurrió en apenas 20 minutos.

Después de pasar la mañana en el rastro y de comer como cada día con su hermana, "salió de la casa cantando", contaban ayer los familiares entre lágrimas.

Diego era una persona tranquila y no tenía problemas con nadie, certificaban los vecinos, que recibieron la noticia con estupor y preocupación. "Era muy educado y muy buena persona, siempre cantando, siempre con su cervecilla", decían. "Si a una persona así, sin problemas de droga ni nada, la matan a sangre fría, estamos todos vendidos", decían.

Diego era una persona tranquila, pero alguien decidió acabar con su vida a plena luz del día y en un barrio populoso, donde los vecinos pasan buena parte del tiempo en la calle. Pero ayer, nadie vio nada, nadie oyó ni siquiera un grito, según decían los conocidos y curiosos que se acercaron al lugar de los hechos.

El cuerpo se encontraba en un derribo, pero justo al lado de la carretera y de otro solar más grande donde los vecinos suelen aparcar los coches. A escasos metros de allí, se encuentra algún bar y la Iglesia Evangélica, que estaba abierta y llena de gente.

La Policía ha abierto una investigación para determinar las causas e identificar al autor del crimen. Una decena de agentes de la Policía Nacional, algunos pertenecientes a la unidad científica, atendieron el suceso y recogieron muestras y posibles pistas que ayuden a armar el relato de lo sucedido.

El hombre, nacido en Granada, vivía en La Palmilla, pero desde hace décadas pasaba la mayor parte del día en La Trinidad, donde reside buena parte de su familia. Solía frecuentar los alrededores de la Iglesia del Cautivo, donde pasaba la mayor parte del tiempo y era muy conocido por todo el mundo, le explicaban los familiares, muy afectados, a la Policía. "Pero si él no se metía con nadie, pero quién le ha hecho una cosa así, qué lástima de mi hermano ahí tirado como un perro", gritaba su hermana sin consuelo. No tenía enemigos, ni problemas con nadie, decían una y otra vez.

Entre los vecinos también se multiplicaron las quejas por el estado de abandono de la zona, donde las plantas crecen junto con los escombros en solares abandonados, en derribos de viviendas donde no se construye de nuevo. "Esto está lleno de boquetes como ese y ya sabíamos que no iban a traer nada bueno".

El juez levantó el cadáver de Diego Cortés, al que hoy se le practicará la autopsia en el Instituto de Medicina Legal, pasadas las siete y media de la tarde y ante la mirada de decenas de personas.

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