Mujeres sin rostro
La presencia incipiente de musulmanas con velo integral en Málaga llama la atención, pero aún no abre el debate como en otros países donde se baraja su prohibición
Hace tiempo que los malagueños se han acostumbrado a ver a mujeres musulmanas tocadas con sus típicos pañuelos cubriéndoles el pelo. Lo que no es tan habitual es verlas tapadas de pies a cabeza, sin rostro. El niqab es distinto al burka, pero apenas deja una ínfima franja libre para los ojos. Son poquísimas, pero ya hay mujeres ataviadas con esa prenda por las calles de Málaga.
Bélgica, Francia y Canadá estudian la prohibición del niqab en lugares públicos. ¿Debe permitirse o no esta prenda en España?
La coordinadora en Málaga del Instituto Andaluz de la Mujer, Pilar Oriente, no entra en si debe prohibirse o no, pero apunta: "En todas las religiones, estas tradiciones repercuten en una posición de desigualdad de las mujeres con respecto a los hombres". Oriente aclara: "Hay que respetar la libertad de culto, pero también debe hacerse una reflexión sobre por qué este tipo de tradiciones no recaen sobre los hombres. La cara tapada sitúa a la mujer en una situación de aislamiento, de sumisión. Las mujeres deben reflexionar si estas tradiciones les perjudican o no".
José Luis Rodríguez, un letrado con una brillante trayectoria en defensa de los inmigrantes, no es partidario de la prohibición. "Si alguien quiere ir con la cara cubierta, que vaya; es igual que hay quien se pinta la bandera de España en los partidos", argumenta. Y añade: "Una mujer que tenga que taparse la cara es un supuesto claro de desigualdad y discriminación, pero nosotros no podemos intervenir como Estado. Es la decisión de cada uno, igual que el Estado no se mete en quién lava los platos en una casa. El Estado sí debe intervenir si hay violencia de género, en educar en igualdad y en defender la libertad individual. No sé si estas mujeres lo aceptan libremente". Para este abogado, la frontera está justamente en la libertad. Si es una decisión libre o no. En el primer caso, forma parte de su libertad y su intimidad; en el segundo, es discriminación y una agresión.
Rodríguez defiende que estas mujeres vayan, si quieren, con la cara tapada. No obstante, matiza que tienen que descubrirse cuando deban identificarse, como por ejemplo al declarar en un juzgado o al tramitar el permiso de residencia. "Tienen derecho a ir como quieran, pero a efectos de identificación tienen que descubrirse", añade. No obstante, apunta que debe intentarse que ese trámite se haga con tacto: no delante de todo el mundo y a ser posible por una funcionaria.
En las aulas, de momento, sólo se ha dado el caso de adolescentes que llevan el pañuelo tapándoles el pelo, no la cara. Y la Delegación de Educación y CCOO coinciden en que no plantea ningún conflicto. "Las alumnas conviven con pañuelo y sin pañuelo. No hay problemas ni incidencias", asegura la responsable de Interculturalidad de la Delegación. Trinidad Diéguez tampoco entra en si debe prohibirse el velo integral o no. Ella prefiere hablar del trabajo que se hace en las aulas a favor de la integración, la tolerancia y el acercamiento entre culturas.
El secretario de Enseñanza Pública de CCOO, Félix Martín, apunta que en los centros educativos cada vez hay más interculturalidad y que por eso todos los profesionales tienen mucho cuidado en el respeto a otras costumbres. No habla de prohibición, pero afirma que la comunicación gestual es importante: "Para mí, son importantes los rasgos no verbales en la comunicación. Además se debería respetar nuestra costumbre de la cara descubierta".
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