Nervios templados y tres kilos de amonal
Seguridad Misiones de alto riesgo
Los dos Tedax que este verano desactivaron una bomba de ETA son condecorados por la Dirección General de la Policía
El pasado 17 de julio ETA volvió a dejar su huella en Málaga. Una llamada a Emergencias 112 en nombre de la banda terrorista avisaba de que entre las 11:00 y las 15:00 iban a explotar dos bombas en la playa de Guadalmar, Puerto Marina y la carretera de acceso a Málaga. Las dos primeras detonaron, la tercera, no. Los Tedax de la Comisaría Provincial lograron desactivarla y los dos artificieros que lo llevaron a cabo han sido galardonados por la Dirección General de la Policía. Ahora relatan cómo templaron los nervios para enfrentarse a tres kilos de amonal.
El inspector responsable de la unidad, que ha obtenido la Medalla Blanca al Mérito Policial por este servicio y que ha trabajado en Bilbao, Madrid o Barcelona y ha realizado cursos en EEUU, Líbano Argelia o México, recuerda que todo empezó en torno a las 10:30, la hora a la que lo avisaron. Rápidamente se puso en contacto con el resto del grupo y todos acudieron. Daba igual que estuvieran de descanso o de vacaciones.
El desalojo de los tres lugares se hizo con gran rapidez. Los Tedax se dividieron en sendos grupos y se desplazaron a cada punto. Las sombrillas y algunas toallas en la dedsierta desierta playa de Guadalmar eran el único rastro de lo que debía ser una soleada jornada veraniega. "En un momento dado se decidió que los otros agentes abandonaran la zona A menos de 50 metros explotó la bomba", señala el inspector, que manifestó que, "por las dimensiones del cráter que causó, estaba enterrada a medio metro".
Cuando estaban inspeccionando el lugar por si había algún resto de la bomba, escucharon un fuerte ruido. La colocada en Puerto Marina también había estallado. Estaba oculta baja una alcantarilla, cuya tapa causó daños a un coche estacionado.
El tercer explosivo concentraba todos los esfuerzos. La Guardia Civil había cortado la A-7 y todos buscaban la bomba. El hallazgo de bolsas de basura, cajas o una olla dispararon falsas alarmas. El otro agente condecorado con la misma insignia y su superior aún seguían en Guadalmar cuando un comunicado hizo que lo abandonaran todo. Un mendigo había contado a un policía local que bajo el punto de la rotonda de acceso a Guadalmar había un paquete sospechoso. Ambos fueron corriendo hasta el punto kilométrico 223. "Mi compañero lo vio claro desde el principio. No paraba de decir: 'Esta es buena, esta es buena'. Tiene muchísima experiencia. No en vano estuvo destinado en San Sebastián durante la década de los 80, la más sangrienta de ETA", relató el inspector.
Los otros dos grupos se desplazaron hasta el citado punto y se planificó la forma de atacar la bomba. Frente a ellos tenían una bolsa en cuyo interior había un paquete recubierto de cinta adhesiva que ocultaban tres kilos de amonal, un temporizador y un detonador. Del mismo sobresalía el cordón detonante, un explosivo que se emplea desde los cohetes granífugos que se utilizan para provocar la lluvia hasta para abrir las puertas de los satélites y naves espaciales.
Se decidió realizar una explosión controlada para recuperar la mayor parte de las piezas del artefacto. A las 15:30 se llevó a cabo. Todo salió bien. El cubo sobre el que se encontraba el paquete fue trasladado a dependencias de la Policía Científica para tratar de encontrar huellas o cualquier otro rastro que posibilitase la identificación de los terroristas, mientras los artificieros recogían cada uno de los componentes del artefacto explosivo.
El trabajo fue arduo, "pero a las 7:00 del día siguiente, mi compañero estaba en Madrid con los elementos recogidos para que fuesen analizados", explica el inspector, que señala que "con la información recabada se realizó un informe que se remitió a todos lo Tedax del país por si en su zona colocan una bomba similar". Ésta después es enviada al Data Bomb Center.
El mando policial manifestó que el origen de la condecoración con la que ha sido premiado junto a su compañero es "porque se trabajó muy bien en todo momento y se siguieron los protocolos establecidos. Los superiores nos dejaron trabajar con una calma relativa en situaciones de tanto nerviosismo". Éste repartió elogios para cada uno de los componentes de la unidad, pues, "al fin y al cabo, esto es un trabajo de equipo".
Los Tedax de Málaga son conscientes de que se encuentran en una zona caliente por la gran repercusión mediática en el extranjero que tiene cualquier acontecimiento que ocurre en la provincia. "Puede resultar raro, pero fuera del país, cuando se habla de España, se habla de la Costa del Sol", un aspecto que utilizan los terroristas como altavoz de sus actos irracionales. La jornada del 17 de julio fue larga para los artificieros malagueños. Pero no concluyó ahí. La alerta seguía y había que atender cualquier alerta. Concluyó con una amenaza en un centro comercial de Vélez-Málaga y una explosión de gas en Torremolinos.
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